lunes, 29 de abril de 2013
cartel para la exposicion de new york 1939
todo lo dicho en la entrada anterior sobre la Exposición de Chicago del año 1933 se podría decir de la de New York acontecida seis años después, en una situación mundial, sin embargo, bastante más crítica. La exposición fué inagurada tan solo cuatro meses antes de que las tropas alemanas cruzaran la frontera polaca y ,no obstante, el acontecimiento, me refiero por supuesto a la exposición, fué una explosión de optimismo y esperanza en la humanidad.
El mismísimo presidente de la nación, Franklin D. Roosevelt, uno de los grandes dirigentes que ha tenido Norteamérica, presidió la ceremomia de inaguración y su discurso a tal efecto fue televisado por primera vez, constituyendo para la cadena NBC su estreno en las emisiones para la ciudad de New York. El milagro de la televisión había llegado. El espíritu de la muestra se condensó en el slogan : el mundo de mañana, es decir la esperanza en un mundo mejor a través del esfuerzo y el trabajo de cada día y con la ayuda de la tecnología y los avances de la ciencia. Toda la nación y todo el mundo andaban muy necesitados de un poco de fé en el futuro, y todo lo mostrado en esta gigantesca feria contribuiría a conseguirlo.
Y el cartel que vemos también sigue esta línea : maravillosa la muchacha en su semblante pleno de alegría y optimismo elevando su mano al cielo en un gesto que quiere superar todas las tristezas y amenazas de la época. Unos castillos de fuegos artificiales, asomando por detras de uno de los edificios más representativos de la exposición, una esbelta y afiladísima aguja, acompañan su movimiento y lo enfatizan. El cartel es todo alegría. El panorama mundial era todo tristeza. Ni idea tenían la mayoría de los ciudadanos que pasaron por la Feria ese año que su país acabaría erigiéndose en protagonista de primera fila en la contienda que estaba a punto de empezar y que éste mismo espíritu optimista y decidido les daría alas para luchar por un mundo en paz y en contínuo progreso, como así ha sido en general a raíz de la última gran guerra.
Esos edificios blancos representados,recién mencionados, Perisphere y Trylon ,constituyeron el emblema de la Exposición. Uno en forma de enorme aguja de tres caras (trylon) de 190 metros de altura, y el otro una esfera , también enorme , de 180 pies de diámetro que albergaba en su interior toda una gran representación del mundo del futuro en forma de una ciudad con toda clase de adelantos que el visitante veía desde arriba según era conducido sobre un pasillo móvil, y quedaba extasiado ante los adelantos y ventajas que la técnica y la ciencia aportaban : !que maravillosa y cónfortable la vida en una ciudad así!. A la salida recibían un pin con la frase impresa : He visto el futuro. Hoy han desaparecido, pero durante bastantes años fueron utilizados en representaciones teatrales, y su imagen y, sobre todo, su significado, han servido como iconos en multitud de creaciones , desde cómics hasta produciones cinematográficas, la más conocida de ellas, Pinocho, donde Walt Disney utiliza estos símbolos en la isla del placer, ese lugar atractivo y de perdición donde son conducidos los niños perezosos .
cartel de la exposición de chicago 1933
en 1833 chicago no era más que un pequeño asentamiento de poco más de 4000 habitantes situado en la frontera oeste de una nación que comenzaba a expansionarse. En los siguientes 100 años se convirtió en el principal nudo de transportes de la nación, con una gigantesca industria volcada en la carne y su empaquetado y distribución, pasando a ser la cuarta ciudad más grande del mundo. La exposición mundial que en el año 1933 se inaguró junto al lago Michigan pretendía precisamente mostar este fabuloso desarrollo en un momento en el que la cuarta parte de la población trabajadora del país estaba en paro y las perspectivas de recuperación eran todavía muy remotas. Claro está que las de éxito económico de la propia exposición eran aún peores, máxime cuando desde el primer momento se intentó pagarla exclusivamente con fondos de origen privado.
Pero, a pesar de tan malos augurios, fué todo un éxito en todos los órdenes, incluido el económico y mostró , pabellón por pabellón, la importancia del desarrollo de la técnica y la ingeniería en la calidad de vida de los pueblos en general y de ésta ciudad de los Grandes Lagos en particular. Un siglo de Progreso. El cartel que podéis ver no puede ser más elocuente en éste sentido. La fabulosa representación iba a devolver las ilusiones a un pueblo acobardado y pesimista que tras la Gran Depresión había perdido el Norte.
Como ejemplo de este alarde de tecnología os diré que la Exposición quedó inagurada con el encendido de todas sus luces mediante la pequeñísima radiación que nos está llegando de Arturo, estrella situada a casi 37 años luz de distancia y que podeis ver hacia el oeste en las primeras horas de las noches de verano en el hemisferio norte. La ciencia y su aplicación a la vida era capaz ya de concentrar la luz en multitud de células fotoeléctricas de varios observatorios astronómicos y obtener la cantidad de energía necesaria. Eso sí, la mayoría de la arquitectura que se construyó empleó materiales modernos y baratos acordes con la crisis. Pero en su interior todo era una atractiva demostración sobre lo que la tecnología y la ciencia podían hacer para mejorar y hacer mucho más agradable y fácil nuestra vida cotidiana, desde los transportes, ferrocarril, barcos y aviones hasta la electrificada cocina de la nueva ama de casa americana.
Pero además fué un lugar de contacto de industriales e inventores que podían ver de primera mano nuevos hallazgos tecnológicos decisivos para sus proyectos. Así ocurrió con el motor diesel y el ferrocarril : de su oportuna alianza salieron las potentes locomotoras diesel que tanta importancia tendrían en este tipo de transporte a lo largo y ancho de ese extensísimo pais y después de todo el globo.
martes, 23 de abril de 2013
sophie taeuber-arp - seis espacios distintos 1939
un cuadro llamativo por su armonía de colores y su equilibrio de líneas y volúmenes. Pero desde luego no es un Mondrian aunque está en la línea. Este es menos formal, no ha sido concebido bajo la fría exactitud matemática que se percibe en cualquier obra del grupo neoplástico desarrollado alrededor de De Stilj. Hay cierto movimiento, inclinación en las líneas, juegos entre ciertos volúmenes, en fín, ha roto la disciplina aunque se mantiene dentro de un orden geométrico que busca también un lenguaje plástico puro, esencial, sin adornos ni referencias reales.-¿oiga,pero me quiere decir de una vez quién es su autor?-
-Autor no, autora-.Se trata de Sophie Taeuber, y me encantaría qué, si no habeis oído su nombre hasta ahora, la recordeis en adelante con éste, que es el suyo propio y no con aquél bajo el que normalmente se la conoce, Sophie Taeuber-Arp, que es mitad ella y mitad su célebre marido, Jean Arp, del que hemos tenido ocasión de hablar al comentar el cuadro Sucession de Kandinsky, en la entrada anterior. Y digo "me encantaría" porque esta artista como la copa de un pino ha estado siempre oculta y amparada bajo la sombra de éste conocido y aclamado pintor-escultor, ó vicebersa si se prefiere, de origen alsaciano. De carácter tranquilo y poco ostentoso, sin excesivo interés en destacar, esta artista nacida en Suiza recibió una formación artística impecable en Munich, formación basada en la libertad de expresión y en la contemplación simultánea de las artes aplicadas, pasando a continuación a la Escuela de Artes y Oficios de Hamburgo que estaba a la cabeza en lo que a modernidad y desarrollo libre de las artes en general se refiere. Con todo esto quiero dejar bién claro la clase de mujer con la que nos encontramos, máxime cuando además Sophie aprovechó con creces esta exquisita educación al tiempo que desarrollaba un carácter tranquilo, animoso y, según decían, encantador. Al parecer, una mujer con "angel".
Cuando encuentra a su futuro marido en 1915, la pintora era profesora de diseño textil en Zurich y miembro activo del grupo Dadá, incluyendo entre sus actividades el de la danza, actuando en el Cabaret Voltaire de Zurich en representaciones puramente dadá. Pero además Sophie dedicó su tiempo a la escultura, la fotografía, la cerámica, el diseño en general y la arquitectura.Como ejemplo de ésta última traigo los planos que hizo en 1926 para la decoración interior de una de las salas del café de L`Aubette en la plaza Kleber de Estrasburgo, en colaboración con su marido y en los que se advierte con claridad la influencia del neoplasticismo holandés con Theo van Doesburg a la cabeza, quién, por otra parte, también participó en la elaboración de este mismo proyecto .
Sophie Taeuber no fué seguidora consagrada en ninguna de los movimientos artísticos contemporáneos por los que se sintió influenciada. Estuvo entre los dadás, entre los surrealistas, entre los neoplásticos , y entre los cubistas y sobre todo en la abstracción, pero de ninguno de ellos se declaró una seguidora incondicional ni se manifestó oralmente ó por escrito, tal y como lo hacían la mayoría de los integrantes de las jóvenes vanguardias europeas coetáneas.
Este cuadro es del año 1939. Desde 1929 la pareja estaba viviendo en la casa-taller que ella misma había diseñado en Meudon,al suroeste de París, diseño de nuevo influido por la arquitectura de más prestigio y más avanzada del momento, la de los Adolf Loos, Wright y Van Doesburg. Allí comenzaron una época de gran creatividad y trabajo intenso, compaginándolo con celebradas reuniones con las personalidades más influyentes de la vanguardia cultural, desde Joan Miró a Maurice Ravel pasando por Max Ernst, Marcel Duchamp, Picabia, Robert Delanuy ó James Joyce.No en vano ella fué miembro en estos años del grupo Círculo y Cuadrado y del subsiguiente Abstraction-Creation y fundadora de la revista Plastic de signo marcadamente constructivista. Esta envidiable actividad social y artísica se mantuvo hasta el año 1943. Sophie experimentaba contínuamente con todo tipo de artes: tapices, muebles, cuadros, fotografías, esculturas, trajes....... todo era adecuado para experimentar en busca de una obra que se acercase lo más posible al equilibrio de forma y color que buscaba.
miércoles, 17 de abril de 2013
vassily kandinsky - sucession 1935
y, por supuesto, no podía faltar Kandinsky en esta visión de la pintura de éste período de los años 30 del pasado siglo. Kandinsky , como muchos otros influyentes maestros de éste, está presente en cada una de las transcendentes etapas que fueron estructurándolo desde el punto de vista social y político y ,desde luego, artístico.
Ahora , con esta obra, presentamos un Kandinsky que ,sintiéndose acorralado y, sobre todo,devalorado por las nuevas doctrinas que habían acabado haciéndose con el poder en su Alemania de adopción y ya de nacionalidad, vuelve a París y se instala en un pequeño apartamento de Neuilly-sur-Seine , en el extrarradio, un séptimo piso donde el salón le sirve de estudio. Es el año 1933 y, a punto de cumplir 67 años, le acompaña su actual mujer Nina. La Bauhaus ha sido clausurada por los nazis y para colmo no tiene en la capital de Francia un recibimiento como él hubiera esperado.Su abstracción pura no está de moda entre los círculos vanguardísticos que marcan la pauta.
Pues bién,se acaba una etapa, punto, línea y geometría, y se embarca en una nueva búsqueda sin abandonar en ningún momento la abstracción. Kandinsky permanecerá siempre en ella, fiel a sus principios formales y a su sentido íntimo y espiritual del arte. Una nueva etapa en la que se puede intuir, sin duda alguna, la influencia de Joan Miró con su obra de 1924 Carnaval de Harlequin y de Jean Arp y Yves Tanguy (Ribbon of extremes,1932). Sus tres obras que aquí os traigo, estareis de acuerdo en cuanto las veais ,contienen formas que recuerdan al menos a las de Sucession. Son formas extraídas del mundo natural y más concretamente de la biología. Podemos llamarlas orgánicas o quizá mejor, biomórficas, y nos recuerdan los más elementales microorganismos, pequeñas algas, amebas o la misma célula. De la rigidez del plano ó la figura geométrica definida, fría y exacta a la voluptuosidad y libertad de la curva sinuosa y viviente. De las formas duras a las suaves y blandas.Y lo mismo podemos decir del color empleado en casi todas las composiciones de ésta época: suaves y delicados tonos pastel en lugar de los fortísimos de sus años anteriores de Munich y Weimar. Son éstos unos años de tranquilidad y dedicación exclusiva en la vida del pintor, quién, a pesar de la creciente amenaza bélica en todo el continente, encuentra en ellos un remanso sin obligaciones ni responsabilidades apremiantes.Hemos hablado de influencias y, sin volvernos atrás, hay que puntualizar que Kandinsky no era ni mucho menos ajeno al mundo de la biología y la historia natural. En efecto ya desde sus años en la Bauhaus recopilaba fotos e ilustraciones representando mundos derivados de la observación microscopica y además era poseedor de importantes libros sobre el tema. Combinando estas formas, más o menos remodeladas según su desenfadado y alegre estado interior, con otras aún lineales y geométricas, llevó a cabo en estos años una serie de obras que él mismo consideró siempre como de las más importantes y significativas de su carrera.
No podemos dejar de ofreceros algunas de ellas :
-capricious forms, 1937
-colourfull ensemble
-complex simple 1939
-untitled 1941
-twilight 1943
-white figure 1943
y esta otra de Miró,sea como homenaje :
- l´estel matinal 1940
por último, este pequeño regalo musical asociado a Sucession extraído de Youtube :
http://www.youtube.com/watch?feature=player_detailpage&v=DXIwJRwh1ZE
viernes, 12 de abril de 2013
reginald marsh - twenty cent movie 1936
pintor nacido en el mismísimo París el año 1898, pero nortemericano y , sobre todo ,neoyorquino hasta la cepa . En efecto, se educó en la universidad de Yale y de ahí pasó sin demora al floreciente mundillo del periodismo norteamericano de principios de siglo. Hijo de artistas, su madre fué una pintora especializada en miniaturas y su padre a su vez lo fué en murales, se casó a los 25 años con una escultora, y , divorciado de ella, volvió a hacerlo a los 36 con otra artista , esta vez pintora, Felicia Meyer . Colaborador de importantes revistas del momento, siempre tratando de conservar cierta independencia en su profesión de dibujante e ilustrador, como Esquire, Fortune y Life, que, como vemos , se mantienen hoy día en todo su apogeo, así como de periódicos de gran tirada.
Bién, hasta ahí podía ser la biografía de cualquier dibujante aventajado con medios económicos, el abuelo de Marsh había hecho fortuna vendiendo carne, y algo de suerte , capaz de encontrar buenas oportunidades en una sociedad en pleno desarrollo acelerado y de no dejarlas pasar. Pero, !ojo!, tenemos delante a un verdadero cronista de ésta sociedad y a un concienzudo observador y admirable detallista.
Y si no, ahí está el cuadro que vemos; no es un portento de técnica pictórica ni de belleza sublime, por supuesto, pero está cargado de intención y nos presenta la realidad misma de uno de los más representativos lugares de esparcimiento de las ciudades de mediados del siglo XX :la entrada de un cine. Todo un icono de ésta maravillosa época, en la que el llamado séptimo arte se abría paso a marchas forzadas y ofrecía algo realmente nuevo a la hora de recrear la vida individual y colectiva de una enorme población entre dos guerras y con una profunda depresión económica a sus espaldas.
Marsh combinó , durante su vida de artista, su trabajo en el estudio de su casa con la búsqueda de todo tipo de material para llevarlo a cabo, recogiendo información en forma de apuntes , fotografías , ó simplemente de propios recuerdos. Y esto lo hizo pateándose la ciudad de Nueva York de arriba a abajo ó simplemente también observando lo que veía en la calle desde las ventanas de su propia casa de la calle 14. Pintor de barrios bajos y de ferias con sus barracas y atracciones , lo fué también de lugares mucho más selectos y distinguidos ,y, a pesar de no ser considerado por algunos como un pintor comprometido social ó políticamente, como muchos de sus contemporáneos, entra de lleno, creo yo, en éste grupo,como lo demuestran muchísimos de sus cuadros y especialmente sus escenas en blanco y negro publicadas en la revista Fortune en las que representa situaciones ciertamente dramáticas y llenas de contenido social y humano derivadas de la gran depresión de 1929.
Ya desde sus tiempos de estudiante en Yale, Marsh ,asiduo del cinema, no dejaba de hacer un pequeño comentario sobre cada película que veía, costumbre que nunca abandonó . En los años 30 en los que nos ocupamos, la ciudad de New York contaba con gran cantidad de salas de cine, baste decir que solo en Manhattan había más de 140 entre las salas de estreno y las demás y el cuadro que vemos representa ,por supuesto, a una de las segundas. La Gran depresión, aunque provocó una disminución en la afluencia a las mismas y en la producción de películas, no hizo el daño que cabría esperarse, y todavía se sigue hablando de esta década como de la Edad de Oro del cine americano. Por supuesto los precios bajaron de los 25 ó 30 centavos a los veinte y menos, según la sala, y además se empezaron a ofrecer programas dobles. Más aún, en los peores momentos , algunas salas instauraron los "días de la patata", durante los cuales podía sustituirse el dinero por patatas como tarifa de entrada. En esta sala que vemos, de 20 centavos como indica el cartel, Marsh no solo nos describe con gran detalle el público que acude , con un tratamiento algo diferente de los dos sexos, sino que nos llena de información escrita sobre el espectáculo ofrecido en el interior. Esto , muy normal en todas sus escenas de cinemas y otros espectáculos populares, es el resultado final de un sinfín de esquemas y apuntes previos que siempre llevaba a cabo como preparación de la obra definitiva. Los más se inclinan a identificar éste como el Lyric Theatre de la callle 42, que se inaguró como teatro de Opera y pasó a ser tan solo una sala de cine con la Depresión. No nos detenemos a comentar cada uno de los anuncios y carteles de su fachada, baste decir que se trata de información real y muy probable, me refiero sobre todo a los títulos que aparecen, en ese año de 1936.
No abandonamos a este pintor sin dejar una página con sus principales obras, pués, como vereis, bién lo merece.
sábado, 6 de abril de 2013
antonio berni - new chicago atletic club 1937
Antonio Berni, argentino nacido en Rosario en 1905 decidió llevar a cabo este retrato de casi 2 x 3 metros representando a un modesto equipo de fútbol de chavales de la calle, posiblemente todos reales y por supuesto revestidos de toda la naturalidad e informalidad presente en la vida corriente de un lugar cualquiera en la Argentina de mitad del siglo pasado. En estos años Berni es ya un pintor qué , habiendo pasado por el surrealismo parisino, se ha decantado por un realismo social enérgico y cargado de intención. Afiliado al partido comunista casi desde su vuelta de París, donde estudió gracias a una beca concedida por sus excepcionales dotes para la pintura, se fué comprometiendo políticamente cada vez más y utilizó la pintura para representar una realidad que era necesario transformar mejorando las condiciones de los más desfavorecidos socialmente.
Desde el año 1930 en que se establece en Rosario con su mujer , la también artista francesa Paula Cazenave, y su hijita Lilí, las condiciones de la nación habían empeorado en todos los órdenes con el establecimiento de una dictadura militar y las consecuencias económicas desfavorables derivadas del crack del 29. En estas condiciones la forma de hacer y de pensar de Antonio se transforma a pasos agigantados, máxime cuando en 1933 entra en contacto con el pintor mexicano Siqueiros. David Alfaro Siqueiros es un muralista totalmente comprometido con la lucha revolucionaría qué, naturalmente, encaja perfectamente en la nueva concepción del arte y de la acción política que se estan manifestando en Berni. Juntos colaboran en el encargo de un gran mural en Rosario, el Mural Botana de 1933, enorme obra de más de 200 metros cuadrados , y , a partir de ahí , este género, el muralismo, tan adecuado como medio de expresión social y política será muy utilizado por el pintor.
En efecto, poco antes de llevar a cabo la obra que nos trae , de 1937, realizó tres de sus más famosísimos pinturas murales de las que posiblemente hayais visto alguna reprodución : se trata de Desocupados , Manifestación , sobre arpillera y con témpera, de 1934 y Chacareros , de 1935.
Mucho más tarde, en 1944, fundará, con otros pintores y muralistas , el primer Taller de Arte Mural. Su obra es extensísima y contínua hasta el mismo año de su muerte en 1981, y le encumbra como uno de los principales pintores argentinos del siglo XX.
(Agradecemos, una vez más , a la excelente página FORO XERBAR, el habernos facilitado la última referencia sobre la obra de Berni , que , como veis, es completísima).