ó también la clase de costura. Obra sorprendente dentro del repertorio del pintor en ésta época, aún cuando la alineación de figuras en sentido horizontal podría tener en cierto modo antecedente en las lavanderas de la Varenne, que ya hemos visto, realizada 6 años antes. Pero es solo una conjetura que de ningún modo puede ser confirmada. Rico era pintor detallista en extremo con el dibujo según ya había demostrado multitud de veces en obras grandes y pequeñas y en toda clase de apuntes y el tema elegido ofrecía la ocasión de recrearse en la postura, el vestido y la fisonomía de nada menos que 17 niñas a cual más encantadora y tierna.
En la misma línea vuelve a incorporar en la pared de fondo otro tema que muy posiblemente estudió y copió hasta la saciedad en Granada y en el resto de la Andalucía por la que pasó : el mosaico árabe, esto es el trazado geométrico carácterístico que decora todos y cada uno de los elementos arquitectónicos de la Alhambra y de otros edificios árabes. Entre ellos podría haber incorporado el arco de una de las puertas de la llamada Casa de los Infantes de Granada, palacio hoy ya no existente, dada su similitud con el representado en ésta obra.
Lo que sí es seguro es que Martín Rico, de manera consciente, representa la escena en un patio deteriorado y poco cuidado, azulejos rotos ó qué faltan, dinteles de puerta y ventanas que han perdido el relieve del yeso, manchas evidentes en la pared, una fuente ya seca desde hace tiempo,....el correspondiente a un clásico gran edificio envejecido y utilizado para un uso mucho más humilde para el que se concibió : una institución de caridad, de las que la Granada de la época contaba con varias.
Allí la maestra enseña a coser a estas niñas y Rico capta de nuevo un momento de reposo y quietud empleando un colorido suave y delicadísimo y una luz de día nublado con el fín de no provocar apenas sombras que habrían alterado en cierto modo la paz del momento.
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