al comenzar el otoño del intenso año 1888, Van Gogh vislumbró alguna mejora en sus necesidades primarias al recibir una cantidad de dinero, a raíz del fallecimiento de su acomodado tío Cent, y gracias de nuevo al buén corazón de su hermano Theo. Esto le permitió hacer realidad el sueño de tener su propio aposento amueblado y con un cierto grado de confort ; hasta entonces no había podido ser así, de modo que ahora ya podía cumplir su segunga gran ilusión: formar una verdadera escuela de pintura ó comunidad de artistas en torno a un ideal común y que tuviera la entidad suficiente para ir pasando a las siguientes generaciones para bién del arte y ,sobre todo, de la misma humanidad.
Y, condición indispensable, a la cabeza de estos artistas debería estar su amigo Gauguin. Así pues era menester que éste se incorporara de forma inmediata a la nueva comunidad, cosa que, en efecto hizo al fín tras una espera llena de ilusiones y excitación. Pero los meses de convivencia no supusieron ni para el uno ni para el otro ninguna satisfación y todo el proyecto se vino abajo. Choque de dos caracteres extremadamente fuertes e independientes, aún cuando Vincent se sometió en cierto modo a las directrices pictóricas de Gauguin y si no, ver ésta obra, recuerdo del jardín en Etten, del mes de noviembre, que podría ser perfectamente de Paul. Empero, de esta etapa nos han dejado ambos su brillante serie de vistas de la necrópolis romana de Alyscamps:
-les Alyscamps, Paul Gaugain 1888
-les Alyscamps, hojas de otoño cayendo, Vincent Van Gogh
La noche anterior a la Nochebuena de ese año y en plena fase de desentendimiento entre los dos artistas, Van Gogh se corta su famosa oreja, más bién un apéndice de la misma, y, a partir de ahí sus paranoias y depresiones van siendo cada vez más frecuentes y tras varias hospitalizaciones, algunas verdaderamente preventivas, acaba en Mayo de 1889 marchando voluntariamente a un manicomio: el Asilo de Saint-Paul de Mausole en Saint Remy al norte de Arles, donde encuentra la paz de un monasterio y el sosiego que necesita su manifiesta y consciente locura. Y, todavía con mayor dedicación que en Arlés, se dedica infatigablemente a pintar.
Aquí pasa de la utopía amable y colorida de Arlés a la deformación ó verdadera dislocación de las formas, llevando la pintura a un extremismo casi brutal mediante pinceladas más que curvas, retorcidas, como entregado a una verdadera lucha emocional que pueda contrarrestar su encierro y su locura, ó quizá conscientemente, evidenciarlos. Los primeros meses se limita a pintar exclusivamente la finca del antiguo convento agustino y sus aposentos interiores, y a ésta etapa pertenece esta vista de su fachada a través de esos enormes árboles que cubren todo el cuadro y empequeñecen las tristes figuras de sus compañeros de retiro. El mismo alude a ello en una de sus cartas:
“También tengo dos vistas del jardín y del manicomio, en las que este lugar parece apacible. Traté de reconstruir el sitio, simplificando y acentuando el carácter altivo de los pinos y de los cedros sobre el azul. “
Como se puede observar, ademas de las formas, el color ha vuelto a perder la intensidad de las obras del anterior período, pero de ningún modo su expresividad. En otra de las cartas a su hermano dice:
“Desde que entré aquí, los desiertos jardines con esos altos pinos y la hierba que crece salvaje junto a la maleza, me han bastado para mi trabajo y no he salido afuera.”
y Theo a su vez le escribiría:
“Hay una fuerza en los colores que no habías conseguido antes… Has llevado todo al límite, se percibe el vértigo.”
En fín, a pesar de los altibajos a causa de recaidas en su estado mental, fué éste un período clave en la evolución de su pintura y de la pintura en general, pues estaba dando los primeros pasos en lo que más adelante se entendió como pintura expresionista. Van Gogh pintó repetidamente los jardines que rodeaban la edificación. Del otoño de ese año traigo aquí tres obras más de ellos, todas plenas de vigor y fuerza contenida:
-jardín del hospital de Saint-Paul 1889
-jardín de Saint-Paul en Saint Remy 1889
-árboles en el jardín del asilo 1889
En Mayo de 1890 abandonó el manicomio y marchó a París y dos meses después se pegó un tiro muriendo a los dos días cuando contaba 37 años . Solo en los últimos treinta meses había realizado 500 obras, la gran mayoría de altísimo nivel. Si quereis conocer algunos detalles de primera mano de su muerte, ver la siguiente página debida al profesor A. González García a quién damos las gracias de antemano por su magnífico trabajo sobre Van Gogh:
http://www.aloj.us.es/galba/MONOGRAFICOS/VAN%20GOGH/muerte.htm
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