con esta obra llevada a cabo el año 1923 vamos a comenzar un recorrido por la exposición que tuvo lugar sobre Salvador Dalí durante el verano del pasado año 2013 en el Museo Reina Sofía de Madrid, que despertó un enorme interés y ante la que las colas fueron constantes. Me llevó 2 horas y media, mitad al sol, mitad a la sombra, de un caluroso domingo del mes de agosto, el encontrarme en la puerta de acceso de este enorme y , especialmente ese día, fresco edificio, antiguo hospital reconvertido . Pero mereció la pena recorrer sala tras sala, a cual más repleta de obras de este genial artista. Una ocasión única de verlas reunidas, aunque, como siempre pasa con estos pintores tan prolíficos, su obra daría para varias muestras similares en extensión.
Al presentároslas a continuación intentaré separar el Dalí artista del Dalí figura pública, pués sobre esta última ya se ha escrito y comentado de todas las formas posibles, y además, tratándose de una personalidad excesivamente proclive a mostrarse ante los medios, las anécdotas y sucesos de su larga vida, incontables y las más de las veces extentóreos, pudieran emborronar ó incluso desviarnos de lo verdaderamente importante en Dalí: su enorme calidad como pintor y la maravillosa serie de obras que continuamente fué realizando dentro del movimiento surrealista y que lo sitúan a la cabeza de sus filas.
Podría ser fuente de escándalos, aparecer a diario en nuestra radio y televisión, obsequiarnos con discursos descabellados ó vestirse de la forma más disparatada e informal, pero cada vez que se ponía delante del lienzo ó lienzos de turno llegaba la paz y el sosiego: aparecía el artista y lo que tocaba se convertía en oro.
Esta obra la hizo con 19 años y para entonces ya era Dalí todo un pintor con esa única y declarada vocación .Nacido en Figueras, hijo de un notario de la localidad, librepensador y anticatólico, no conoció a su hermano mayor de su mismo nombre, Salvador, que había muerto nueve meses antes de su nacimiento. Este triste suceso pudo haberle influído más adelante en su carácter, lo cual sería tal vez simplemente una conjetura, aún cuando el mismo hizo alusión a ello en varias ocasiones, pero ya desde muy pequeño dió señales de cierta rebeldía ante todo tipo de ordenamiento e imposición. Así lo vemos asistir sin ninguna atención ni dedicación a la Escuela Pública de Figueras siendo trasladado por su padre al colegio Hispano-francés de la Salle, donde al menos aprendió el idioma del país vecino, idioma en el que siempre se expresó con facilidad y soltura. En lo que sí progresaba rápidamente era en el dibujo hasta el punto de llamar enseguida la atención de sus propios padres y profesores. Era, en efecto, un prodigio, como lo demuestran algunas obras que os traigo: Paisaje cerca de Figueras del año 1910 cuando contaba !seis años de edad! ó esta otra, Vilabertrín, realizada con 9 años.
El mismo pintor reconoce que fué con los hermanos de la Salle donde aprendió las primeras nociones de dibujo que desarrollaba a continuación en casa aprovechando todos los momentos y todos los lugares en los que pudiera aislarse y dibujar. Así, cuenta que improvisó su taller en una bañera abandonada que por supuesto le servía simultáneamente para refrescarse en los meses agobiantes de verano. Allí pintaba pequeñas acuarelas de paisajes y copiaba al óleo reproduciones de los grandes maestros encontradas en la biblioteca de su padre.
La Jorneta, un paisaje de Cadaqués, la pinta mucho más tarde, en 1923, bién en Madrid, bién de vuelta a Figueras después de haber sido expulsado de la Academia de Bellas Artes, puede que injustamente al ser considerado cabecilla de un enfrentamiento general del alumnado contra el profesor Daniel Vazquez Díaz. La pena era temporal, por un año, pero a Dalí no le importó lo más mínimo, pues realmente nunca esperó sacar ningún provecho de la Academia. Sea como fuere, lleva a cabo esta obra influído por sus lecturas contínuas sobre los movimientos en boga, qué , en este caso lo llevan a tomar el cubismo como forma de hacer , al igual que realizaba obras acercándose a los impresionistas, qué temporalmente le habían seducido.
Muy parecida a ésta es El rec de la Jorneta (el barranco de la Jorneta), del mismo año, un cuadro en cierto modo clasicista representando un paisaje también con algunos asomos cubistas.
finalmente os traigo una página en la que se muestran algunos cuadros realizados durante éste período, todos ellos muy influídos por el movimiento cubista así como por Joaquim Sunyer y en alguno de ellos por Cezanne.
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