viernes, 10 de noviembre de 2017
edvard munch - gansos en el huerto 1911
Desde el mes de Octubre de 1908 y hasta el final de la primavera del siguiente año Munch hubo de ingresar en Copenhague en una clínica psiquiátrica tras sufrir un colapso nervioso. El pintor acusaba los efectos del alcohol, bebía cada vez más y, al parecer también fumaba exageradamente.
Ya en el invierno del año 1905, sintiéndose realmente falto de fuerzas y cansado del vertiginoso ajetreo en que se había convertido su vida, siempre de ciudad en ciudad, apurando las noches, organizando exposiciones y manteniendo una constante relación con los círculos artísticos que le eran más afines, se trasladó al pequeño pueblo de Bad Elgersburg en la Turingia alemana, tratando de encontrar en aquel entorno natural un poco de sosiego y reposo, "para probar el efecto del aire puro del campo sobre mis nervios" según escribió a su tía Karen. Obra suya de estos meses es la llamada Jóvenes y patos (Calle de pueblo), cuadro de gran colorido y ternura pero no falto de tensión; en efecto, el pintor contrapone claramente a ambos sexos al representar en una calle del pueblo dos grupos bién diferenciados, el de los chicos compacto y amenazante, mientras el femenino, en segundo plano, se agrupa un tanto a la defensiva en torno a un solitario árbol. Como en la obra que nos trae, Gansos en el huerto, y como en tantas de ésta época, Munch hace participar de la escena a un grupo de gansos. De unos años más tarde, 1913, es Patos y pavos, de nuevo con árboles y nieve.
El año 1909 el pintor alquiló una casa en Kragero, pequeña localidad marina al suroeste de Oslo, donde, repuesto en parte de sus últimos contratiempos físicos y mentales, lleva a cabo algunos bellísimos paisajes, alegres, sueltos y optimistas, así como estudios de la naturaleza y de animales de enorme espontaneidad. De estos paisajes yo destacaría el titulado Invierno en Kragero, pintado algunos años después, en el que éstas novedades se hacen notorias y donde la presencia destacada de un gran pino no es mera anécdota sino más bién una apuesta decidida por la vida misma encarnada en éste robusto y saludable árbol. Es posible que el que vemos en nuestro Gansos en el huerto, un manzano tal vez, centrado en el cuadro, quiera darnos también esa sensación de vitalidad y ganas de vivir.
Un año después, en 1910, adquiriría finalmente una propiedad en Hvitsten, otro pequeñisimo pueblo muy frecuentado por artistas desde mediados de siglo, y ese mismo año lleva a cabo una gran exposición en la capital, Oslo. Tanto Hvitsten como Kragero y Aasgaardstrand van a ser en lo sucesivo sus principales lugares de reposo y creación, sus puntos de descanso en donde, cada vez con más frecuencia, pasará grandes temporadas.
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