Paret, como muchos otros pintores dieciochescos europeos de estos años, se sintió atraído por toda clase de acontecimientos festivos que eran del gusto de las clases altas pero que, al mismo tiempo, desbordaban el interés y la imaginación del pueblo llano, algo así como lo que actualmente ocurre con nuestra extensa y atractiva prensa rosa. Aunque nuestro pintor no estuvo nunca plenamente integrado en la Corte, ni siquiera en estos primeros años de su carrera, sí estaba en primera fila como observador por su amistad y conexión con nada menos que el hermano del Rey Carlos III, el infante Don Luis.
Con seguridad asistiría a la parada que vemos en su obra, función hípica de carácter cortesano que periódicamente se celebrada en el Palacio de Aranjuez, residencia de temporada de los Reyes, en la que aprovecha la ocasión para deleitarnos a través de una bellísima muestra de atuendos de todo tipo, carruajes, caballeros, grupos en animada actitud, y un sinfín de detalles costumbristas que llenan toda la gran explanada junto a la fachada lateral del Palacio. Parece ser que se trata de la que tuvo lugar a principios del verano de 1770, año en el que el artista realizó el cuadro por encargo del infante Don Luis, quién, entusiasmado con el resultado, pidió le hiciera una copia idéntica.
Es una obra de gran formato, 137 x 370, la primera de ésta clase que Paret llevaba a cabo y, aunque apenas se aprecia en nuestra imagen por la pequeñez de las figuras, esta pintada de manera minuciosa y exquisita en todos los detalles mientras, por otro lado, introduce en la misma sin miramientos a todo el abanico social, desde los más humildes hasta los mas grandes de la Corte, pasando por pomposos caballeretes, militares de todas las graduaciones, mujeres ataviadas al uso castizo, eclesiasticos de todos los rangos, anticipándose con ello algunos años al gran Francisco de Goya.
Participaban en el acto más de doscientas personas, pero los que constituían el núcleo, esto es, los que llevaban a cabo las figuras ecuestres al ritmo de la música eran solo 48, divididos en cuatro secciones de 12 caballeros que les vemos desfilando de cuatro en fondo; cada sección tenía un color diferente predominante en su ropa. Estamos viendo ya el final de la exhibición, con los cuartetos que van saliendo de dos en dos, uno a la derecha y otro a la izquierda. Así, el primer jinete que salió de la comitiva es el de más a nuestra izquierda y se trata al parecer del príncipe de Asturias, Carlos, futuro Carlos IV. Del mismo modo, en el lado opuesto, el que encabeza la fila es el infante don Luis de Borbón, hermano del Rey.
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