Obra perteneciente a la colección del Museo Thyssen de Madrid, es quizás una de las mejores y más maduras obras de Louise Moillen, pintora nacida en París en el año 1610 e hija de otro pintor, Nicolás Moillen, quién estaba además bién relacionado en el mundillo artístico parisino, frecuentando la feria de Saint Germain des Prés al que no solo concurrían artistas y marchantes franceses, sino de otros países, en especial de la vecina Holanda. Aunque Nicolás murió cuando su hija contaba solo nueve años de edad, aún tendría tiempo de ver algunas de las obras que en este lugar se comercializaban, en especial de los holandeses, a la cabeza entonces de la pintura del bodegón.
No obstante, muy posiblemente quién llevó a nuestra jóven pintora a convertirse en una artista consagrada fué su padrastro, con quién su madre volvió a casarse al año de enviudar, Francois Garnier, pintor de poco éxito pero especializado en el bodegón, y a quién pronto superó.
Realmente hasta 1634 la mayoría de sus obras eran muy simples de composición, casi siempre vistas frontales aunque esmeradas en el detalle e introduciendo con frecuencia insectos y frutas abiertas o definitivamente rotas, cosa que habría incorporado de l bodegón holandés. Véase por ejemplo su cesta de albaricoques del año 1634 ó albaricoques con uvas, obras de calidad pero excesivamente simétricas y poco espontáneas.
En este su bodegón con frutas que vemos todos sus elementos se disponen ya de una forma natural, como echados espontáneamente sobre la mesa, y dando al natural follaje un mayor protagonismo que hace la composición mucho más real; como vemos, prescinde totalmente de la simetría que en obras anteriores era poco menos que obligada, La iluminación es mucho más ambigua lo que le da a la escena verosimilitud y, porqué no, belleza. En resumen, estamos ya en el cenit de su destreza como pintora de bodegones.
la lástima es que este nivel lo fué poco a poco perdiendo al compás de su desinterés progresivo por su oficio, hasta que su casamiento el año 1640 con Etienne Girardot , comerciante de maderas, fue el ocaso definitivo. Al parecer su madre llevó a cabo un inventario de toda su obra, contando 22 de las cuales nueve quedaron inacabadas.
Louise tuvo tres hijos de este matrimonio, y cuando fué revocado parcialmente el Edicto de Nantes, el ambiente social y religioso se tornó problemático para los protestantes, uno de ellos hubo de convertirse al catolicismo y y el resto hubo de exilarse en Londres, pero la pintora permaneció en París donde moriría a los 86 años de edad.
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