No había visto nunca el oro brillar de esta manera. En las fotos no se aprecia bién porque les falta algo de nitidez, pero en el Prado éstas y muchas otras joyas han sido colocadas en las mejores condiciones para mostrar todo su esplendor. No os las perdais si vivís en Madrid o alrededores. Forman parte éstas de la colección siberiana, perteneciente al zar Pedro I llamado el Grande, por su gran estatura pero sobre todo por lo que engrandeció a su país, Rusia, mientras fué Zar. La primera es la mitad de un broche de un cinturón. La colección cuenta al parecer con 14 pares diferentes de esta clase, todos ellos representando animales en acción, tema muy común en este tipo de objetos de las culturas nómadas de Eurasia. En 1715 el Zar recibió, como presente por el nacimiento de su primer hijo, una gran cantidad de objetos artísticos y joyas, muchas de ellas provenientes de sepulcros siberianos. La belleza de su ejecución cautivó al Zar y a partir de ahí se aplicó a la protección de ese patrimonio que hasta entonces estaba siendo diezmado por los saqueos. La mayoría de los frutos de estos saqueos acababan siendo fundidos y por ello se ordenó la entrega a la Corona de cualquier nuevo hallazgo.Naturalmente el tesoro creció enormemente y hoy se encuentra en el Hermitage de San Petersburgo a disposición de todo el que lo visite, solo para verlo ,claro.
El Hermitage en el Prado - 8nov2011 al 8abr2012
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