viernes, 1 de noviembre de 2013

mariano de fortuny y marsal - marroquies 1872-74



La obra muestra el dominio de Fortuny de la pintura de tableautin así como del género orientalista del que fue uno de sus principales representantes.
La composición debió ser realizada en Granada al regreso de su viaje por el norte de África en octubre de 1871, partiendo de dibujos y apuntes realizados in situ. Fortuny representó en esta obra unos tipos marroquíes, situando las figuras ante un muro encalado, solución a la que recurrió en diferentes ocasiones, otorgando potencia volumétrica y rotundidad cromática y lumínica. La composición, muy cerrada sobre sí misma por las posturas de los personajes masculinos, capta con intensidad un momento de quietud. Entre las figuras destaca la del árabe a caballo, debido al colorido de sus ropajes y de los jaeces de su montura. La ejecución, de pincelada empastada y consistente, transmite ricas calidades en todas las superficies. Destaca la destreza del pintor en la captación de la luz, que proyecta la tapia a pleno sol, recurso que Fortuny estudiaría repetidamente durante su estancia en Granada entre 1870 y 1872 y que contribuye a la creación de una atmósfera propia del mediodía norteafricano (Texto extractado de Díez, J.L.; Barón, J.: El siglo XIX en el Prado, Museo del Prado, 2007, p. 303 y Barón, J.: El legado Ramón de Errazu: Fortuny, Madrazo y Rico, Museo del Prado, 2005, p. 131). 

(extraído de la página oficial del Museo del Prado :  http://www.museodelprado.es/ )

No hay comentarios:

Publicar un comentario