lunes, 28 de octubre de 2024

clara peeters - copa de plata con flores y dulces - 1611

Tenemos ahora la obra de una pintora bastante conocida hoy día, por la gran calidad e innovación de sus bodegones y, quizás para los madrileños, por tener en nuestro Museo del Prado cuatro de sus mejores obras. Estas y algunas más pudieron admirarse en la exposición celebrada en éste el año 2016. Anteriormente, en el 2013, también varias obras de Peeters figuraron en la Exposición que tuvo lugar en la Fundación Juan March de Madrid, y que estan incluidas en este blog

Sus orígenes y, más aún, su propia biografía, siguen siendo hoy en día tema de discusión, No ésta del todo claro si nació en la ciudad de Amberes ó en la vecina localidad de Malinas, situada más al sur. Sea como fuere, lo que si´esta probado es que desarrolló parte de su carrera artística en la primera de estas ciudades y también que pertenecía a una familia de pintores. Suponemos pués que su formación tuvo que ver mucho con este arte, no en vano se conoce un cuadro a ella atribuido del año 1607, año en que la  joven Clara, a la sazón ya casada, según muchos estudiosos, con el pintor Henrick Peeters II,  podría rondar los 20 años; lleva por título Naturaleza muerta con confitería, vino, joyas, romero y vela encendida.

Esta su primera obra conocida podría aportar una serie de datos relacionados con los objetos que en ella aparecen; así, la pasta color salmón en forma de P (Peeters) al lado de otra blanca con toques rosas formando un corazón, podrían  aludir a su reciente matrimonio, un maravilloso y feliz acontecimiento, que refuerza con un anillo y con una ramita de romero, planta que se utilizaba adornando entradas y mesas nupciales. A su vez la vela encendida representaría la esperanza de un parto felíz del hijo que ya a finales del año 1607 estaba esperando, su primer hijo, Egidius, como su bisabuelo. Hasta el año 1621 podemos casi asegurar que permaneció trabajando como pintora en Amberes, pués, aunque no aparece  inscrita en el gremio de pintores de la ciudad, si consta su nombre en algunos documentos y muchos de los soportes de sus lienzos llevan el sello de característico de esa población flamenca

Como muchas de sus obras están datadas, podemos durante estos años seguir su producción artística, arrojando una cifra de al menos 31 cuadros y otras 25 más que llevarían su firma PC. Los analistas que han profundizado en el estudio de su estilo han encontrado obras, posiblemente de su mano, que datarían hasta el año 1630. Esta página os muestra algunos de estos cuadros y el lugar donde se encuentran.

A partir de su primera obra conocida que hemos comentado anteriormente, su estilo y técnica evolucionaron con rapidez, de manera que su popularidad y fama se extendió dentro y fuera de los Países Bajos meridionales. Fué de los primeros pintores que pusieron en sus bodegones pescados y esta costumbre fué muy copiada enseguida por otros colegas. Poco a poco las clases sociales más prósperas encontrarían en el bodegón una forma de identificarse con los objetos valiosos, bellísimas copas, objetos cotidianos de oro y plata ó de vidrio acompañados de ricas viandas, que se mostraban. Ello era un señal de riqueza, educación y sobre todo buén gusto.

Aunque no era novedad, Clara fué muy aficionada a hacerse notar como mujer pintora introduciendo pequeños autorretratos, incluso portando paleta y pinceles, en miniatura, reflejándose en la superficie pulida de algunos objetos. Lo cierto es que ello era también una forma de demostrar su precisión, no solo al pintar tales minucias con destreza, sino tomándolo como un verdadero desafío a la hora de elaborar los propios reflejos en los que estos se alojaban; se trataba en suma de reflejar la luz de la forma más precisa y hermosa posible. Así, en su obra Naturaleza muerta con flores, copas doradas, monedas y conchas de 1612, introduce su imagen en 5 puntos, y en Naturaleza muerta con flores, copa dorada, almendras, frutos secos, dulces, galletas, vino y jarra de peltre de 1611 lo hace en cinco ocasiones.     

También en la jarra dorada central y el la otra azul de la izquierda de nuestro cuadro aparecen como veis sus autorretratos. La obra pertenece al Museo del Prado, al que acompañen otros tres más de tamaño similar y del mismo año, 1611.

Esta página de la web incluye gran cantidad de bodegones de este período que pueden interesaros.

 


 

 


 

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miércoles, 23 de octubre de 2024

louise moillen - bodegón con frutas - 1637

Obra perteneciente a la colección del Museo Thyssen de Madrid, es quizás una de las mejores y más maduras obras de Louise Moillen, pintora nacida en París en el año 1610 e hija de otro pintor, Nicolás Moillen, quién estaba además bién relacionado en el mundillo artístico parisino, frecuentando la feria de Saint Germain des Prés al que no solo concurrían artistas y marchantes franceses, sino de otros países, en especial de la vecina Holanda. Aunque Nicolás murió cuando su hija contaba solo nueve años de edad, aún tendría tiempo de ver algunas de las obras que en este lugar se comercializaban, en especial de los holandeses, a la cabeza entonces de la pintura del bodegón.

No obstante, muy posiblemente quién llevó a nuestra jóven pintora a convertirse en una artista consagrada fué su padrastro, con quién su madre volvió a casarse al año de enviudar, Francois Garnier, pintor de poco éxito pero especializado en el bodegón, y a quién pronto superó.

 Realmente hasta 1634 la mayoría de sus obras eran muy simples de composición, casi siempre vistas frontales aunque esmeradas en el detalle  e introduciendo con frecuencia insectos y frutas abiertas o definitivamente rotas, cosa que habría incorporado de l bodegón holandés. Véase por ejemplo su cesta de albaricoques del año 1634 ó albaricoques con uvas, obras de calidad pero excesivamente simétricas y poco espontáneas.

En este su bodegón con frutas que vemos todos sus elementos se disponen ya de una forma natural, como echados espontáneamente sobre la mesa, y dando al natural follaje un mayor protagonismo que hace la composición mucho más real; como vemos, prescinde totalmente de la simetría que en obras anteriores era poco menos que obligada, La iluminación es mucho más ambigua lo que le da a la escena verosimilitud y, porqué no, belleza. En resumen, estamos ya en el cenit de su destreza como pintora de bodegones.

la lástima es que este nivel lo fué poco a poco perdiendo al compás de su desinterés progresivo por su oficio, hasta que su casamiento el año 1640 con Etienne Girardot , comerciante de maderas, fue el ocaso definitivo. Al parecer su madre llevó a cabo un inventario de toda su obra, contando 22 de las cuales nueve quedaron inacabadas.

Louise tuvo tres hijos de este matrimonio, y cuando fué revocado parcialmente el Edicto de Nantes, el ambiente social y religioso se tornó problemático para los protestantes, uno de ellos hubo de convertirse al catolicismo y y el resto hubo de exilarse en Londres, pero la pintora permaneció en París donde moriría a los 86 años de edad.

 


jueves, 17 de octubre de 2024

johanna helena herolt - naturaleza muerta con frutas, pájaro e insectos - 1690

Johanna Helena Herolt, pintora nacida en Francfort, puede ser considerada también una verdadera botánica y entomóloga ( estudio de los insectos), ya que dedicó gran parte de su actividad  a estos estudios en compañía de su madre, María Sibylla Merian, pintora, y su hermana menor Dorothea María Graff , también pintora. El apellido Herolt es añadido por su casamiento con Jacob Hendrik Herolt, dedicado al comercio con las Indias occidentales holandesas, la antigua Guayana Holandesa, hoy Surinam. María Sibylla fué la descubridora de la metamorfosis y dedicó su vida , ademas de ser una magnífica dibujante y pintora, al estudio de los insectos y especialmente de las mariposas. Tal es así que en su honor una de estas lleva su nombre, la Catasticta sibyllae.

 Johanna, ya una pintora consumada, se trasladó con su abuela su madre y su hermana contando 23 años a Amsterdam, donde continuaron activamente su estrecha labor. Tuvo dos hijos que quedaron prácticamente a su cargo y como complemento a sus ganancias como pintora e ilustradora, trabajó en el Jardín Botánico de Amsterdam.

En 1705 publicaron finalmente, como resultado de sus estudios naturalistas, la obra titulada Metamorphosis Insectorum Surinamensium, un gran conjunto de láminas presentando grabados en color de gran precisión y belleza. En 1711, Johanna emigro con su marido a Surinam, donde finalmente moriría.

como siempre os aconsejo que ampliéis cada una de las láminas que aparecen en la anterior referencia de esta obra (Metamorphosis.......), con el fín de apreciar la delicadeza y precisión de los dibujos. Una verdadera obra de arte!.

 


miércoles, 16 de octubre de 2024

giovanna garzoni - naturaleza muerta con melón - 1650

 no podían faltar en esta exposición los bodegones, al fín y al cabo una obra de arte como las demás, donde, en la época que nos concierne, siglo XVII, la libertad compositiva del artista podía expresarse casi sin límites, sin tener que ceñirse como era habitual a temas religiosos, bíblicos o históricos en los que el tema elegido le obligaba a ceñirse a las propias circunstancias del mismo.

No obstante, hay que decir que la pintura de objetos naturales dispuestos conformando un bodegón siempre había existido en el mundo del arte, desde el antiguo Egipto decorando las paredes de algunas de las tumbas, hasta estos años, unas veces formando parte de escenas en los que solo eran simples detalles accesorios y otras conllevando una clara connotación religiosa ó trascendental.   

A pesar de que este género ganaba adeptos en toda Europa y, por supuesto, también en Italia, no estaba  a la altura de lo que se consideraba como una obra de arte total, lo que se llamaba gravitas, la "gran pintura", era algo menor, demasiado simple a pesar de, en muchos casos, ser el resultado de un gran virtuosismo. Pero la gran revolución en el arte del bodegón estaba llegando de la mano de los adelantos científicos, los nuevos escenarios geográficos que iban descubriéndose y la nueva pintura al óleo que permitía apurar todos los detalles naturalistas del objeto que se tratara. Muchos de los artistas que fueron incorporando el bodegón en su obra fueron mujeres, algunas especializadas en la representación floral y muchas en todo lo demás.

Entre ellas traemos a la nacida en una pequeña ciudad italiana junto al Adriático, Ascola Piceno, de padres artesanos, Giovanna Garzoni, quien desarrolló a lo largo de su vida itinerante una carrera artística especializada en la elaboración de obras de pequeñas dimensiones representando objetos naturales con gran delicadeza y precisión. El hecho de haber trabajado en su primera etapa ayudando en una farmacia, hizo que por sus manos y sobre todo por sus ojos pasara todo un mundo vegetal, incluso hizo su propio herbolario, lo cual sin duda debió influir en su obra, una vez se dedicó definitivamente a la pintura. Sus pequeñas miniaturas se hicieron famosas entre las clases más acomodadas, llegando a recibir numerosos encargos de este tipo hasta de la mismísima Corte de los Médicis durante su estancia en Florencia, Finalmente se instaló en Roma donde acabó su larga vida, llegando a ser admitida como miembro de la Academia de San Lucas, cosa excepcional siendo mujer. 

Como curiosidad esta pintora estudió el arte de la caligrafía de la mano de Giacomo Rogni, y llevó a cabo un libro de título  Libro de’ caratteri cancellereschi corsivi or Book of Chancery Cursive Characters. He encontrado esta página en la web, ucdarthistoryma, en la que Aoife Cosgrove hace un magnífico estudio de este libro y de su relación con Regni y otros pintores flamencos.

Sobre el melón de esta obra que vemos se ha posado una mosca, lo cual no es de ningún modo algo excepcional en la pintura de bodegones de estos años; muchos pintores querían que sus obras fueran todo un sistema ecológico natural, haciendo convivir en la escena a cualquier especie si se daba el caso.

En la siguiente referencia podreis disfrutar de algunas obras más de Giovanna 


sábado, 12 de octubre de 2024

elisabetta sirani - porcia hiríendose en el muslo - 1664


 

 

 Elisabetta Sirani, hija de Giovanni Andrea Sirani, también pintor, y oriunda de la ciudad italiana de Bolonia, fué capaz en su corta carrera artística, murió con tan solo 27 años, de desarrollar un estilo propio, tanto en sus obras al óleo como en sus numerosos dibujos a la aguada de gran belleza y luminosidad; por supuesto, como mujer, no tuvo posibilidad de acceder a ninguna de las Academias. Se formó al lado de su padre, discípulo y estrecho colaborador en el taller del gran pintor boloñés Guido Reni,  y le sustituyó en el taller cuando la gota que padecía le impidió seguir trabajando, antes de alcanzar la veintena.

Su gran laboriosidad y rapidez de ejecución la permitió, a partir de entonces, atender la cada vez más alta demanda de encargos, por lo que pronto incorporó a la tarea a muchas artistas y ayudantas entre las que estaban sus dos hermanas menores Anna María y Bárbara. Al taller comenzaron a acudir personajes interesados en su manera de hacer, desde artistas consagrados hasta mandatarios de alto nivel. Al parecer el Gran Duque Cosme III de Médicis contó entre sus compradores.

Aparte de obras de gran formato, fueron muy populares las de carácter religioso de menor tamaño para la devoción en los hogares, la mayoría Vírgenes con el Niño y Sagradas Familias. Todas ellas nos recuerdan un poco el estilo y el sabor de la delicadeza que vemos en la obras de Reni. Sus temas fueron producto, primeramente de la gran influencia de la Escuela Boloñesa , por supuesto Reni incluido, pero también de su gran formación, no en vano y aprovechando la nutrida biblioteca de su padre, se volcó en el estudio de la Biblia, la mitología, los clásicos y la vida de muchos de los santos.

La escena que vemos ahora está sacada de las Vidas Paralelas de Plutarco, en los que se cuenta que Porcia, esposa de Bruto, se hiere intencionadamente en el afán de demostrar a su marido su discreción y fidelidad con la secreta conjura para asesinar a César. He pensado que el siguiente párrafo de la obra de Plutarco explicará mejor el sentido de la acción de Porcia:

 Tú, mi esposo, aunque confiaste en que mi espíritu no te traicionaría, sin embargo desconfiabas de mi cuerpo, y tu sentimiento no era más que humano. Pero descubrí que mi cuerpo también puede guardar silencio... Por tanto, no temáis, sino decidme todo lo que me ocultáis, porque ni el fuego, ni los azotes, ni las aguijones me obligarán a divulgar una palabra; yo no nací en esa medida una mujer. Por lo tanto, si todavía desconfías de mí, es mejor para mí morir que vivir; de lo contrario, que nadie me piense más tiempo la hija de Catón o su esposa. Al ver la herida y temple e su esposa posa se conmovió haciendo .Al ver la herida y temple e su esposa posa se conmovió haciendo  que este no dudara de ella y de su temple  por lo que había hecho

 

 

 


 

 

 

 

 

 

 

 

 

martes, 8 de octubre de 2024

artemisa gentileschi - yael y sisara - 1620

 A pesar de ser valorada y como consecuencia tener encargos suficientes para obtener una cierta estabilidad económica durante su primer período de su carrera en Florencia, Artemisa comenzó a tener problemas con acreedores debido a la mala administración de la pareja, amén del deterioro sentimental  que poco a poco iba creciendo entre ambos. Además las relaciones con la corte de los Médicis ya no eran tan estrechas como en un principio. Finalmente se vería forzada a un drástico cambio. En febrero de 1620 marchó a Roma, al parecer con la ayuda económica de la que sería su segunda pareja, Francesco Maria Maringhi. Algunos autores dan el año 1621 como definitivo para este traslado. Lo que si es seguro es que la acompañó su hija Prudenzia, única superviviente de los cuatro hijos de su primer matrimonio.

La obra que vemos es del año 1620 y representa, según reza el texto bíblico, el momento en que Jael, mujer de la tribu kenita se dispone a destrozar el cráneo del general de las huestes cananeas, Sisara; trás la derrota de sus tropas por el ejército israelita, la jovén se presta a darle alojamiento, descanso y comida y, mientras duerme, plácidamente, como nos muestra Artemisa, ejecuta su acción. 

Con el fín de equilibrar la composición de la escena, Artemisa introduce al fondo, en la oscuridad, una pilastra que aprovecha para darse a conocer con la leyenda tallada en la piedra:

ARTEMITIA LOMI FACIBAT MD CXX

esto es: Artemsia Lomi lo hizo en 1620; el apellido Lomi lo utilizó frecuentemente durante todo su primer período florentino con el fín de hacer notar su relación artística con otro pintor de gran  prestigio en la ciudad, Aurelio Lomi, a modo de aval. Actualmente se encuentra en el Museo de Bellas Artes de Budapest, una vez magníficamente restaurado el año1978 por Verónika Ember.

     

  


viernes, 4 de octubre de 2024

lavinia fontana - judith con la cabeza de holofernes - 1600


           


el Renacimiento, y en concreto el Renacimiento en los Estados italianos, a la mayoría de las personas nos evoca inmediatamente una serie de nombres, Miguel Angel, Rafael, Leonardo, Botticelli, ......, todos nombres de hombres ilustres; pocas veces alguien nos dará el nombre de una mujer. Sin embargo debió haberlas de gran talento pero muy pocas tuvieron la oportunidad de poderlo desarrollar. Las que lo consiguieron gozaron en casi todos los casos, dadas sus circunstancias personales, de una ventaja previa: nacer de padre artista que supliera a las Academias de Arte donde les estaba vetado su ingreso. A su vez, si las influencias y recursos familiares eran suficientes, podrían seguir su formación con otro artista, y, siempre a su vera, podrían no salir nunca de su taller ó independizarse finalmente. Abiertas al mundo artístico al fín, si contrajesen nupcias y tuvieran casa e hijos que atender, su carrera sería lenta y posiblemente acabaría agostándose.

No es afortunadamente el caso de la autora de esta obra que ahora vemos. Sí, su padre fué un pintor manierista, Próspero Fontana, casi siempre retratista, bién situado, y con el qué, desde muy jóven, Lavinia aprendió todo lo que necesitaba para destacar en el mundillo artístico de Bolonia, su ciudad natal. Gracias a ello y a las amistades de su progenitor, también tuvo la suerte de conocer y relacionarse con figuras ya destacadas de ese ámbito, como el mismísimo Veronés y más tarde con la ya consagrada pintora Sofonisba Anguissola. Además, su padre no estaba muy bién de salud y necesitaba que su propia hija, imperativamente, ayudara a mantener el taller, esto es, la economía familiar, a buén nivel. Contrajo nupcias sin embargo pero, en lugar de convertirse en una circunstancia negativa, facilitó, ó al menos no constituyó ningún estorbo, pués su matrimonio con el también pintor Giovan Paolo Zappi, de familia rica, se llevó a cabo bajo una condición impuesta por la propia novia: que pudiera dedicarse plenamente a la pintura. Aceptada por este, no solo siempre la cumplió sino que además parte de su trabajo como pintor lo volcó en los cuadros de su esposa; un caso verdaderamente insólito para la mentalidad de la época. Contaba entonces con 25 años.

Lavinia puede ser considerada como la primera mujer con estudio propio y capaz de conseguir un gran éxito profesional fuera de la Corte, ello sin dejar de atender a su propia familia, una gran familia de 11 hijos, aunque solo la sobrevivieron ocho. Además fué de las primeras en tratar el desnudo femenino, !vaya desfachatez en una mujer! y en recibir encargos públicos.

Muchos de los encargos fueron retratos de personas de la clase alta  boloñesa, pero, coincidiendo con el jubileo del año 1600, el cardenal Gilomano Bernerio le encargo algunos trabajos, quién , plenamente satisfecho, la invitó a trasladarse a Roma como retratista de la Santa Sede. Allí su éxito fue completo recibiendo encargos de todas los altos estamentos sociales, amén de trabajos en iglesias y capillas  . En la Ciudad Eterna pasaría los últimos 11 años de su vida, quizá los más prolíficos.

La obra que vemos ahora, de tema muy frecuente entre los pintores de esa época, ya hemos visto anteriormente la de Artemisia Gentileschi, Judith y su criada, lo llevó a cabo ese mismo año de 1600. En ella la pintora hace alarde de su gran habilidad y delicadeza en el aderezo femenino, tanto de joyas como de vestiduras.



martes, 1 de octubre de 2024

artemisia gentileschi - susana y los viejos -1623

 la bella Susana, sorprendida cuando sale del baño por dos hombres ya viejos, muestra con su gesto su rechazo a las pretensiones sexuales de estos. El juicio al qué tuvo que enfrentarse nuestra pintora, del que ya hablamos en nuestra anterior entrada, Judith y su criada, tuvo una gran repercusión entre la población de Roma y, aunque fallado a su favor, debió marcar para siempre su vida y como consecuencia su interés a la hora de elegir los temas que llevar a sus obras, al menos en los años posteriores a su paso por el citado tribunal. Posiblemente esta obra que estamos viendo fué una consecuencia directa de ese estado de ánimo. Al fín y al cabo nos está mostrando un acoso sexual, ó mejor, un intento de llevarlo a cabo.

De cualquier forma, Susana y los viejos es uno de los temas bíblicos que más veces se ha llevado a los lienzos.

Podéis encontrarlo en capítulo 13 del Libro de Daniel. Según reza, Susana, mujer de un rico comerciante judío, se bañaba tranquilamente en los jardines que poseían. Los viejos en cuestión no eran ni mucho menos extraños en esa casa ya que, como jueces que eran, tenían gran relación con el marido de Susana. Admiraban como cualquiera su belleza, pero se fué despertando en ellos el deseo de poseerla hasta que un día deciden abordarla cuando se baña, sola y sin ninguna de sus sirvientas alrededor,  con esas intenciones. Al rechazarles, la amenazan con la acusación de haberse citado con un joven, y que para ello habría prescindido de sirvientas. Esto es la acusarían de adulterio, delito que en aquellos tiempos y en esa sociedad se pagaba con la muerte. Susana no cede, prefiriendo la muerte a ser deshonrada. Citados todos a juicio, este se desarrolla en en unos términos totalmente amañados y la joven esposa es condenada a muerte. Implora a Dios su ayuda y éste manda a Daniel, todavía un niño y futuro profeta, quién intervienen el proceso y pregunta por separado a cada uno de los viejos acusadores: bajo que árbol pecaba Susana con el supuesto joven ?, uno contesta , bajo una encina y el otro bajo una acacia. Finalmente ella es absuelta y los viejos son dilapidados.

Como veis, el suceso es en esencia muy parecido al que le aconteció en su vida real a Artemisia, quién en su obra prescinde de cualquier tipo de vegetación y otros detalles que pudieran ambientar una escena desarrollada en el  precioso jardín de cualquier rico comerciante. Compárese con el cuadro del mismo título debido a Pedro Pablo Rubens y que pertenece a la Real Academia de bellas Artes de San Fernando

el tema lo trató Artemisia en otras dos obras:   la que pertenece a The Burghley House Collection, Stamford, Lincolnshire., del año 1622, y la de la Pinacoteca Nacional de Bolonia de 1652