miércoles, 13 de marzo de 2013

rafael - baldassare castiglione 1519


para mi gusto, uno de los mejores retratos de Rafael, con esa excelsa variedad de ocres y marrones envolviendo una mirada de la que es difícil desprenderse; pruébenlo. La prestancia y nobleza de la misma es arrebatadora y visita obligada para cualquiera que se acerque al museo del Louvre de París. Su disposición, seriedad, y tono de color puede verse reflejada en otros dos retratos posteriores del mismísimo Rembrandt , mejor dicho autorretratos, uno de ellos de 1640 y el otro ya de 1659. El propio Rubens llevó a cabo una copia de este retrato que se encuentra en el Courtauld Institute of Art de Gran Bretaña, aún cuando no es una copia exacta sino más bién una copia de Baltassare con una expresion muy distinta y además, con todas las manos a la vista, lo cual ofrece un nuevo punto de atención y con ello la intensidad de la  mirada de Baldassare se debilita. También Matisse realizó una copia-interpretación , un Baldassare matissiano, si es que se puede emplear el adjetivo. Incluso hay quién ve cierta influencia en uno de los retratos, el del Hermitage, que Velázquez hizo a nuestro  Conde-Duque. En fín, la obra ha sido estudiada, copiada y ,sobre todo admirada, a lo largo y a lo ancho del mundo artístico.

Castigliano, diplomático, poeta, escritor y amigo de Rafael, puede considerarse un típico ejemplo de personalidad humanística de finales del XV italiano. Estudió en la ciudad de Milán y poco después entró al servicio de Francesco Gonzaga de Mantua y algunos años después al de Guidobaldo de Montefeltro, duque de Urbino, quién designó a Baldassare para representarle ante la corte de Enrique VII de Inglaterra en su ceremonia de consagración como miembro de la Orden de la Liga, en la que no pudo estar presente por problemas de salud. Baldassare fué hecho caballero para tal misión y se presentó ante la corte inglesa con varios regalos :  un par de hermosos caballos, aves de cetrería bién entrenadas y por último un cuadro representando a San Jorge acometiendo al Dragón obra de Rafael. Guidobaldo murió en 1508 y le sucedió su sobrino Francesco Maria della Rovere que volvió a utilizar a nuestro caballero en funciones diplomáticas esta vez ante el Papa. Pero en 1516, León X adjudicó por las buenas el Ducado de Urbino a su sobrino Lorenzo II de Médicis , y la defenestrada corte ducal hubo de exilarse en Mantua llevando consigo a Baldassare. Allí se casó disfrutando de  unos años de paz y felicidad, encontrando además tiempo suficiente para casi acabar su obra literaria más importante, que tenía solo empezada desde hacía tiempo : el libro del Cortesano, compendio de normas y virtudes deseables en cualquier buén  cortesano, valores que se van desvelando a través de las conversaciones llevadas a cabo entre algunos personajes extraídos de la corte de Urbino reunidos alrededor de la única y venerada musa de nuestro autor y poeta :  Elisabetta Gonzaga, esposa de Guidobardo y duquesa de Urbino, pintada por supuesto por Raphael en 1504. Ambos mantuvieron durante toda su vida una ferviente y respetuosa atracción y amistad. Baldassare en su obra da la clave a Rafael para aplicar en la fisonomía de su propio retrato, el que estamos tratando, la noble y dignísima apariencia resultado de la conducta que describe la obra literaria.

No hay comentarios:

Publicar un comentario