miércoles, 14 de junio de 2023

retrato de mujer - francisco de goya - 1824

se trata de un retrato llevado a cabo por el pintor en la última etapa de su vida, ya exiliado en Burdeos. Unos años en los que, en contra de lo que normalmente habría sido, senectud y desánimo en esas circunstancias, desarrolló una gran labor artística, encontrándonos, amén de otros cuadros de mayor formato, con una serie de pequeños retratos de encargo ó no y ejecutados con una variedad de técnicas, desde miniaturas sobre marfil a litografías de varios tipos.

Goya volvería en dos ocasiones a Madrid, en 1826 para gestionar el asunto de su jubilación con excelentes resultados, nada menos que 50 mil reales directamente del Rey, y de nuevo, al año siguiente, para otras trámites. Según he leído, al parecer durante esta segunda estancia en la capital del Reino, fué pintado por Vicente López, retrato archifamoso y que con seguridad todos conocereis.

Algunos autores ven en este retrato a María Martínez de Puga, distinguida dama que se cree ayudaría al pintor para su rápida salida de España trás la vuelta del absolutismo de Fernando VII. Otro Puga, Dionisio Antonio de Puga, quién podría estar relacionado con ella, estampa su firma como testigo en un documento encontrado en el que se concede a Goya el mantener su salario como pintor real mientras estuvo ausente de la Corte. Quizás estos hechos podrían ser el motivo por los que nuestro pintor, en correspondencia y agradecido, hizo esta pintura para María.

El retrato es relativamente pequeño, 80x58,4 cms, pero lo que no hay duda es de su pasmosa modernidad. En efecto, Goya, os pido que observéis en detalle la obra, cada vez más en esta última etapa de su carrera, emplea una pincelada suelta, casi descuidada, como brochazos, que los sitúan  ya muy cerca de la modernidad. Fijaros en la ejecución del vestido ó en el pañuelo que sostiene con su brazo, negros y grises amarronados, como rasposos pero asombrosamente precisos, como lo harían muchos años después algunos de los impresionistas. 

En contraste, su rostro y su bellísimo collar son de gran finura y sencillez, casi un simple dibujo, pero le aporta una gran dignidad y reposo. Esta obra perteneció al pintor Aureliano de Beruete,viejo conocido de este blog, y más tarde estuvo unos cuantos años en la coleccion particular de un londinense hasta su adquisición por Frick en 1914. 

 

la fragua - francisco de goya - 1815 - 1820


 Es muy posible que esta pintura la hiciera Goya para colgarla en su Quinta del Sordo y durante el período de la restauración absolutista en España tras la vuelta de Fernando VII, unos años en los que nuestro pintor apenas llevó a cabo encargos.

La llamada Quinta del sordo, denominación no en consonancia con la sordera del pintor, sino de la de su anterior propietario, un tal Marcelino Blanco, consistía en una extensa finca con la casa sobre una pequeña colina y situada en lo que hoy es el Carabanchel Bajo de Madrid, entonces totalmente alejada del casco urbano, en pleno campo y con el río Manzanares no lejos de allí. Fué demolida en 1909, tras pasar por varios propietarios. La vivienda en sí era más bién pequeña pero el pintor la amplió dotándola de una planta principal, una puerta de acceso mas señorial y vivienda para el jardinero, gallinero , un estanque y dos norias para el riego. En el comedor de la plana baja y en un gran salón de la principal, llevó cabo hasta 14 pinturas al óleo, directamente sobre las paredes. Sin embargo, pruebas radiológicas posteriores demuestran que fueron hechas sobre otras , la mayoría paisajes de la mano de Goya.

Allí vivió durante los últimos años de su vida en España, cediéndola a su nieto Mariano poco antes de su forzoso exilio a tierras francesas en Mayo de 1824, tras la caída de Riego un año antes, seguramente temeroso de una muy probable represión por su conocida simpatía con el movimiento liberal.

Sin embargo, esta que vemos, la Fragua, está pintada sobre tela, pero también sobre una pintura subyacente, al parecer de san Ignacio de Loyola. Hay al menos dos versiones de este mismo tema. La primera es un pequeño óleo pintado sobre hojalata del año 1814 y que pertenece a la Colección Masaveu de la Fundación del mismo nombre que se puede visitar en Madrid. Merece la pena, no os la perdais.

La segunda es también un pequeño dibujo de estos mismos años sobre papel hecho con lápiz y sanguina acuarelados, three men digging   , que pertenece al Museo Metropolitano de Nueva York y forma parte de la sección Images of Spain; tiene la particularidad de que ha cambiado los martillos de forjado por simples azadones y están cavando. La tensión del esfuerzo que ésta actividad exige la expresa el pintor aragonés a través de un dibujo parco de línea pero, como en casi toda su obra, brillantemente preciso en las posturas.

No es ni mucho menos la primera vez que Goya atiende temas de carácter social ya que siempre, como sabeis, sintió una gran inquietud por ellos. Es posible que Henry C. Frick se sintió atraído por el tema ya que, al fin y al cabo,sus comienzos en el mundo de la industria del acero fueron mas bién precarios, su primera fundición, si se puede llamar así, fué un horno de los que se usaban para convertir carbón en coque.

 

felipe IV en fraga - diego Velázquez -1644


 al parecer esta fué la obra favorita de nuestro Henry Clay Frick, cuya colección de pintura española estamos comentando.

Su autor, como veis, no podía ser otro que el genial Diego Velázquez, que consigue, a pesar de la rapidez con que hubo de terminarla, uno de sus mejores retratos y, para mi gusto, el mejor de su monarca Felipe IV.

Los hechos que envuelven la génesis de esta obra son bién conocidos. Dentro de los enfrentamientos entre españoles y franceses a lo largo de la llamada Guerra de los Diez Años, estuvo la famosa sublevación del campesinado catalán, guerra dels Segadors, y, en estas circunstancias, Felipe IV hubo de desplazarse en persona con el ejército, primera y única vez que lo haría, a la localidad de Fraga, la llamada Campaña ó jornada de Aragón. Ahí lo acompañó nuestro pintor quién,  tras la toma exitosa de Lérida, sería requerido por el Rey para la pintura de su propio retrato conmemorativo.

Eso sí, debería hacerlo lo antes posible para su envío a la Corte de Madrid con el fín de ser expuesto en los actos conmemorativos de ésta victoria. Velázquez cumplió plazos, lo acabó en tan solo tres sesiones, y, desde luego cumplió en cuanto a calidad se refiere. Lo asombroso es que, de esos mismos días, data su obra el bufón Don Sebastián de Morra, el Primo, obra que también fué enviada a Madrid durante el més de Junio. Una vez en Madrid el nuevo retrato del Rey, la reina, Isabel de Borbón, lo expuso en público a petición de la Corte catalana en la capital y se sabe que en Agosto de ese mismo año,1644, se pudo ver en la iglesia de San Martín, de la calle Desengaño, "debajo de un dosel bordado en oro".  

Diego Velázquez pintó este retrato, tras su estancia en Italia cuando contaba 45 años y el Rey 39. Su estancia en ese país le había aportado una forma de pintar mucho más fluída y había enriquecido su paleta, cualidades que comienzan a aflorar en esta obra: fijaros en la sencillez y espontaneidad de la pincelada en los adornos de la vestimenta y en la textura de las mangas, sobre los que simples manchones de cerca son definitivos en la percepción del conjunto al alejarse. Naturalmente este nuevo estilo irá siempre acompañado en sus retratos por su siempre austero empaque típica de los haugsburgo y por sus fondos neutros.

Queda por destacar lo que seguramente os parecerá también lo que quizá llama más la atención en esta obra: el color; la combinación de esos dos colores, bermellón y plata, acompañada de blancos puros son un acierto incomparable. Se sabe que el Rey  mismo le pidió que le pintara con sus mejores galas y estamos seguros que quedaría plenamente satisfecho. He leído en alguna parte que el cronista oficial José Pellicer y Tovar anotó que el 2 de mayo de ese 1644 el Rey presidió las tropas vestido tal y como se ve en el cuadro. Es curioso también el hecho de representarle mirando hacia la izquierda, cosa poco habitual en el pintor.  

En 2009 la obra fué sometida a una limpieza de barnices ennegrecidos. Existen algunas copias de ella, quizás la mejor sea la que pertenece al Dulwich College de Londres, que incluso se pensó era del propio Velázquez, aunque actualmente se atribuye a su yerno, Juan Bautista Martínez del Mazo.

retrato de un oficial - francisco de goya - 1804


 Puede tratarse del Conde de Teba, don Eugenio Guzmán de Palafóx y Portocarrero. En tal caso sería el XVII conde de esta noble casa, y, puestos a contar su ajetreada vida, se podrían escribir varios libros. No vamos a extendernos en ello dado el carácter de éste blog, pero pensar en él como un aristócrata, culto, in quieto, gran militar y, ante todo, muy firme siempre en sus propias decisiones. En general optó por la causa liberal, participando activamente en muchos de los movimientos llevados a cabo en este sentido durante el reinado de Fernando VII. Estuvo muchas veces recluido en prisión ó apartado, lo cual no impidió que alcanzara el grado de capitán general. Añadir a todo esto su ardorosa entrega durante toda la lucha contra los franceses que llevó a cabo el pueblo español durante la Guerra de la Independencia.

En fín, para el que tenga curiosidad en conocer más detalles de su azarosa vida le recomiendo esta página de la web DB-e que publica la Real Academia de la Historia : Eugenio Eulalio Palafóx y Portocarrero. 

La obra fué propiedad de don José Lázaro Galdiano desde el año 1893, pasando a la colección Frick en 1914.

Goya pintó también a su hermana, la marquesa de Villafranca, María Tomasa Palafóx y Portocarrero, retrato propiedad del Museo del Prado desde 1926.

 

pedro de alcántara tellez, duque de osuna - francisco de goya - 1795



 un gran retrato de Francisco de Goya, fechado en el año 1795, pero que podría ser incluso más tardío por su gran dominio técnico y su riqueza de colorido. Restaurado por el Museo Metropolitano de Nueva York, al igual que el ya visto anteriormente de Velázquez, Felipe IV en Fraga, figuró en la grandiosa exposición que sobre el genio aragonés se celebró en la National Gallery de Londres el pasado año 2015 y que atrajo a mas de 180000 visitantes.

Posiblemente ésta obra formó pareja con el de su propia mujer, María Josefa de la Soledad Pimentel, de 1785, tratándose de lienzos de las mismas dimensiones en los que, en pareja, ambos esposos enfrentan sus miradas. María Josefa, condesa-duquesa de Benavente, era su prima hermana y fué dama de gran condición que rivalizó con la de Alba e incluso con la misma reina María Luisa, tanto en el plano meramente personal, como en el cultural, social y filantrópico, manteniendo siempre una lucha constante revindicando el acceso de la mujer a las instituciones. Y, en lo que a nuestro pintor se refiere, le apoyó desde el primer momento junto a su marido mediante numerosos encargos y atenciones. 

En efecto, el interés y la relación de ésta familia aristocrática con el pintor, en ningún modo exclusiva, por su palacio pasaban literatos, músicos, artistas y, en definitiva, lo mejor del panorama cultural de la época, le proporcionó hasta casi 30 encargos. Unos son estrictamente familiares, como el conocido los Duques de Osuna y sus hijos, de 1788, y, los más, son obras que habrían de decorar los salones del Palacio que poseían cerca  de Madrid, en la Alameda, el Capricho. Estas las llevó a cabo Goya en dos fases, una primera entre 1786-87, representando escenas populares al estilo de sus famosos cartones para tapices, véase por ejemplo Procesión de aldea, y posteriormente entre 1797 y 1978, una segunda serie !dentro ya de lo que sería su época negra!, seis pequeñas escenas de brujería, oscuras y tenebrosas, los asuntos de brujas, como se la vino a llamar. Ver ahora sus conocidos Aquelarre ó Vuelo de brujas.

_ un momento, me quiere decir que una dama tan refinada y culta se avino a disfrutar de la tranquilidad de su hogar rodeada de tales negruras ?_

Pues sí, y tiene su razón de ser. Esa dama, como usted dice, inteligente y casi erudita, poseía una biblioteca de casi seis mil volúmenes, entre los que se encontraban unos cuantos títulos relacionados con la brujería y otros temas de carácter esotérico. Te recomiendo que visites esta entrada de la web: el jardín de las brujas, que agradecemos a Laura Galdeano, muy ilustrativa sobre esta cuestión de la brujería qué, en estos años además, era del interés de una parte apreciable de la clase intelectual y aristocrática.

El atuendo con el que Goya representa al Duque es el imperante venido de nuestra vecina Francia, gris el pelo por haberse empolvado, coleta y casaca gris abotonada como veis por encima del chaleco.

El asunto de la datación de la obra sigue sin estar hoy día del todo aclarado. Algunos incluso piensan que podría haberse completado incluso después de la muerte del duque en 1807, valiéndose de una miniatura existente, propiedad hoy del Prado, debida al pintor Guillermo Ducker, y en la que el aristócrata posa de lado, tal y como lo hace en el que estamos viendo, cosa muy poco frecuente en los retratos del aragonés. Otros argumentan detalles técnicos que Goya solo empezó a utilizar en sus últimos años (¿tonos rojizos de los nudillos?......)

A finales del siglo XVIII la familia Osuna entró en bancarrota, debido posiblemente a negocios fallidos con banqueros franceses ó inversiones poco afortunadas. Pedro de Alcántara llegó a ser embajador en Francia tres años y poco después de volver a España murió casi en la ruina.

    

   

expulsión de los mercaderes del templo - el greco - 1600


 esta obra ya la comenté durante la exposición que tuvo lugar en 2014 conmemorando el Cuarto Centenario de su muerte. Podéis verlo aquí

san jerónimo - el greco - 1590-1600


Obras del Greco representando a San Jerónimo abundan en su producción artística, unas veces como doctor de la iglesia, vestido como tal, y otras como penitente en el desierto.

De las primeras os traigo, aparte de la que estáis viendo de la colección Frick, la que actualmente pertenece al Museo de Arte Metropolitano de Nueva York del año 1609, y la que podéis ver en la National Gallery de Londres. Aparentemente son casi indénticas, quizá esta última difiere algo más de las primeras en algunos detalles....comprobarlo si quereis. Pero en los tres casos el pintor cretense lo representa vestido con el atavío de cardenal, pues nuestro pintor quiere mostrarlo como una figura excelsa de la Iglesia, aún cuando Eusebio Hierónimo, ese es su verdadero nombre latino, nacido en Estridón, Dalmacia, el año 342 de nuestra era, nunca llegó a serlo. Es un hombre del siglo IV pero en estas representaciones parece que estamos ante un primado de la Iglesia del siglo XVII. 

Como penitente en el desierto no se queda atrás, existen varias versiones bién conocidas de las cuales os muestro la que se puede contemplar en la capilla de Santa Ana de la  catedral de Badajoz, perteneciente a la Fundación Amparo del Moral, y la que pertenece a la National  Gallery escocesa, en Edimburgo, pero en su condición de ermitaño penitente, San Jerónimo, retirado durante dos años voluntariamente al desierto de Calcis en Siria, fué representado por nuestro pintor en muchas otras ocasiones.

Volviendo al que estamos viendo de la colección Frick, se trata de una obra de su período toledano en la que El Greco ensalza, como hemos venido diciendo, la condición de erudito y hombre de letras de este Padre y Doctor de la Iglesia, no en vano dominaba el latín, era su lengua materna, la retórica latina, tenía amplios conocimientos de griego e, incluso, se trasladó durante un tiempo a la ciudad de Belén para familiarizarse con el hebreo. Santo patrón de los traductores, se le considera por la Iglesia como el hombre "elegido por Dios" para "explicar y hacer entender la Biblia".

En efecto, San jerónimo es el traductor de la Biblia del hebreo al griego y al latín, la llamada Vulgata, esto es, "edicción para el pueblo", como encargo del papa Dámaso I. El concilio de Trento en el año  1546 declararía ésta como la versión oficial de la Iglesia católica romana.

Santo al que vemos  En los finales del siglo XVI y principios del XVII la influencia de Erasmo de Roterdam, sacerdote católico y como sabéis filósofo, teólogo y gran humanista, se empezaba a notar de forma cada vez más acusada en el seno de la misma Iglesia católica, y, aún permaneciendo siempre en obediencia al papa, si que llamó la atención sobre algunos abusos e irregularidades que, en su opinión se debían corregir. Si Lutero, tras denunciar algo parecido, si rompió con la Iglesia católica, nunca lo hizo Erasmo, aún cuando en algunos puntos estaba de acuerdo con él. Viene al caso todo esto por el hecho de que, siendo como era un humanista de primera línea, el de Roterdam puso gran atención en los escritor de San Jerónimo, que también lo fué y todo ello coincidió o quizá fué la causa de que la figura de este Padre de la Iglesia comenzara a verse cada vez más en la pintura flamenca e italiana. No es de extrañar que el Greco comenzara por entonces  a recibir encargos de la figura del Santo.

Santo que vemos aquí mostrándonos casi con seguridad la Biblia, con sus galas de cardenal demostrando su destreza en esa  ejecución de tonos rojo brillantes a base de restregar los blancos secos sobre el color, técnica que ya no abandonaría nunca.       

vicenzo anastagi - el greco - 1575


 


quién es este personaje, como veis en traje de campaña, descubierto para el retrato, pero con el casco bién a la vista, haciendo notar su condición de hombre de armas?. 

En efecto, no se le podría definir de otro modo a Vicenzo Anastagi, caballero de la Orden de Malta, quién, diez años antes de ser inmortalizado por el Greco en éste retrato, se cubrió de gloria en la victoria sobre los turcos durante su asedio de la isla mediterránea de Malta, sede de la Orden. Por esa acción, importantísima para el futuro devenir de la lucha de la Cristiandad contra el Imperio Otomano, Vicenzo fué nombrado sargento Mayor del Castillo de Sant`Ángelo a instancias de Giacomo Boncompagni, hijo ilegítimo del papa Gregorio XIII.

Es posible que el hecho de éste nombramiento fuese la razón de pedir al pintor cretense esta obra. A su vez, también queda dentro de lo probable que el Greco, en ese momento en sus últimos años de su estancia en Roma, se fijase precisamente en el retrato que el pintor Scipione Pulzoni había hecho del ya mencionado Giacomo Boncompagni. aún cuando ambos representen dos personajes radicalmente diferentes en su indumentaria, y si no observar la relativa sencillez y naturalidad de la que estamos viendo, frente al empaque, riqueza y prestancia de Giacomo, como correspondería al hijo de un monarca papal. Pero ambos, es indudable, personifican a dos hombres de armas con categoría y dignidad.

Durante esta etapa del Renacimiento era habitual por parte de la mayoría de los pintores, el esmerarse en la representación fideligna y espléndida de los atuendos de guerra, armaduras , cascos,y las propias armas, consiguiendo un gran dominio el la consecución de los reflejos, técnica, todo hay que decirlo, simplificada con el uso de la pintura al óleo.

El Grcco, para terminar, nos ofrece en esta obra adquirida por Frick en 1913, definitivamente un hombre casi en estado de batalla inminente, ejecutado con una pincelada suelta, libre y austera, austeridad que enfatiza su condición aguerrida y sincera, sin ningún tipo de ostentación.


jueves, 8 de junio de 2023

bartolome esteban murillo - autorretrato -1652


 Tras llegar a un acuerdo entre el Museo del Prado y la Frick Collection  de New York el pasado año, finalmente  nueve obras de pintores españoles han viajado desde el famoso museo de Manhattan para ser expuestas temporalmente en la pinacoteca madrileña.

a lo largo de las siguientes entradas los iremos viendo y comentando; siempre constituye una gran satisfacción y sorpresa para los que no somos expertos en el arte el encontrarnos con obras desconocidas para nosotros pintadas por los grandes maestros.  

Henry Clay Frick, hijo de emigrantes y oriundo del estado de Pensilvania, aprovechó el momento de gran empuje industrial de la segunda mitad del diecinueve y pronto se afianció en el negocio del carbón y del acero, de manera que la C. Frick Coke Company una década después ya controlaba casi el ochenta por ciento del mismo.

Aficionado al arte desde jóven, su fortuna posterior le permitió convertirse en un gran coleccionista cuando aún no había entrado en la cuarentena. Con el fín de albergar su cada vez más copiosa colección de arte, Henry se hizo construir una gran mansión en New York, nada menos que en la Quinta Avenida de Manhattan, que se asegura costó alrededor de 5 millones de dólares del año 1913, y que fué su lugar de residencia hasta su muerte en 1919. Su viuda continuó viviendo allí, aún cuando él ya había legado en su testamento todo el inmueble y su contenido al Estado con la finalidad de que fuese un Museo permanente, lo que es hoy la famosa Frick Collection. 

Como otros grandes coleccionistas de arte estadounidenses de la época, Henry viajó por Europa , visitó sus más destacados museos y entró en contacto con el mercado de obras, adquiriendo muchas de artistas de gran relieve como  Rembrandt, Renoir, Ingres o Vermeer. Tambien visitó España en dos ocasiones y a su colección fueron a parar las nueve obras que aquí veremos.

Este autorretrato del pintor Murillo lo adquirió bastantes años después de su primera visita en 1893 y fué su primera adquision de  una obra española. Por entonces el pintor sevillano ya era bién conocido y admirado en su país y Henry se sumaba con creces a ésta devoción. El artista estaba alrededor alrededor de los treinta años de edad y su atuendo es sencillo, al contrario de su otro autorretrato pintado dieciséis años más tarde, obra que pertenece a la National Gallery de Londres y en la que, lógicamente más maduro, ofrece una imagen más digna y acompañada por sus útiles del oficio, pinceles y paleta. De cualquier forma en ambas obras Murillo quiso hacer resaltar su condición de hidalguía y su orgullo de ser un pintor, un artista célebre y considerado, Tal es así que en ambas obras  su figura, como veis se encuentra enmarcada dentro de un óvalo en trampantojo simulando una piedra en mal estado que descansa sobre otra; si en el nuestro el conjunto es más descuidado, en el de la National Gallery es equilibrado y mucho más formal. Tras su muerte se le añadió la leyenda que veis en su base, identificándolo como Maximi Pictoris Hispanilati.

Murillo le tuvo siempre en grandísima estima y lo conservó hasta su muerte. Adquirido después por Frick, su familia lo mantuvo durante más de cien años como un cuadro querido y valorado hasta su pase al Museo en 2014, donde hoy lo podemos admirar.

miércoles, 17 de mayo de 2023

joaquín sorolla - martín rico - 1906

Adquirido a su biznieto muy recientemente por el Museo del Prado, en 2022. A su vez, Martín RIco regaló a Sorolla su bellísima obra Venecia, casas del jardín público.

Sobre este pintor podeis ver en éste mismo blog  la Exposición a él dedicada el paisajista Martín Rico- octubre 2012


joaquín sorolla - manuel bartolomé cosío - 1908


 

joaquín sorolla - francisco giner de los ríos - 1915

 Nacido el año 1839 en el pueblo andaluz de Ronda, Francisco Giner de los Ríos es también una personalidad destacadísima en la España de finales del siglo XIX  por su esfuerzo y tesón en la apertura de la nación hacia una sociedad más libre, racional y avanzada, algo que estaba faltando desde hacía mucho tiempo en nuestro país. 

Al lado de Julio Sanz del Río, su amigo y mentor, fué uno de los creadores de la Institución Libre de Enseñanza por la que pasaron y colaboraron lo más principal de la intelectualidad liberal y librepensadora de entonces. Su doctrina, a pesar de sus muchos oponentes, cosa natural en una España  atrasada y muy rígidamente anclada en ideas antiguas tradicionales, influyó para bién en la implantación de sistemas de educación más libres, humanos y avanzados.

A ella se deben la Junta de Ampliación de Estudios, con el fín de promover la investigación y el estudio científico y que estuvo siempre presidida por Santiago Ramón y Cajal, la Residencia de Estudiantes, pensada como lugar de residencia y encuentro de universitarios, desafortunadamente apenas asequible a las clases más modestas, pero en la que se desarrollaron un sin fín de actividades culturales, docentes y artísticas, e incluso se impartían clases de idiomas completamente gratis. No faltaron en su seno laboratorios de experimentación científica. Por último debemos mencionar la frecuencia con la que se llevaron a cabo Misiones Ambulantes Pedagógicas, esto es, salidas por toda la geografía nacional con el fín de promover la cultura y la orientación pedagógica.

Todo se cortó en seco a la llegada al poder del general Franco.

La mirada inteligente y un tanto tranquila de Giner de los Ríos, llena toda la obra en la que Sorolla entona su rostro moreno con un fondo nuboso-rojizo. Esta es una de las dos últimas adquisiciones del Museo del Prado, dos cuadros que salieron del país trás la última guerra civil. El otro, el de Manuel Bartolomé Cossío, también de Sorolla, podeis verlo en la siguiente entrada. 


lunes, 15 de mayo de 2023

joaquín sorolla - francisco rodriguez de sandoval - 1906

Sorolla a lo largo de su vida mantuvo siempre una relación estrecha con la clase médica, y, entre sus miembros, éste hombre que podemos ver aquí, el doctor Francisco Rodríguez de Sandoval, mantuvo siempre con el pintor una estrecha amistad y fué su médico de cabecera en la última etapa de su vida.

Miembro fundador de la Institución Libre de Enseñanza, organización de carácter pedagógico profundamente liberal que tuvo una gran influencia en la España más progresista y renovadora a partir del último cuarto del siglo XIX, y de la que formaron parte ó apoyaron personalidades de la talla de Joaquín Costa, Ramón y Cajal, José Ortega y Gasset ó Gregorio Marañón.

Para mí, éste retrato podría titularse "el de los bellos grises", pués, como veis, el pintor de Valencia despliega un magnífico repertorio de este color con una gran simplicidad y elegancia. Como novedad, ilumina solo la parte derecha del fondo, dejando la izquierda más oscura, con lo que consigue mayor profundidad en la escena y hace al mismo tiempo realzar la figura del doctor.    

 


miércoles, 10 de mayo de 2023

joaquín sorolla - mercedes mendeville - 1906

 Se trata de Mercedes Mendeville y Trapani, de origen uruguayo, casada en segundas nupcias con Manuel de Alvear y Ramírez de Arellano, conde de San Félix. Estamos hablando de una familia culta y enamorada de las artes. Así, su hermana María Carolina que también residió en España, fué una excelente pintora de género y retratista, ver sino su obra La vuelta del baile, que obtuvo una medalla en el Salón de París del año 1877. Pero quizás la más brillante y conocida de todos fué Mercedes Castellanos Mendeville, cariñosamente conocida como "Niní". Mujer de gran empuje y constancia, realizó durante toda su vida una constante labor al servicio de los más necesitados, especialmente los niños. A este fín, entre otras muchas obras, fundó la Casa Cuna de las Hijas de la Caridad, donó de forma completa un edifício de su propiedad en la calle de Francisco Silvela para los huérfanos de oficiales del ejército y a su muerte donó todos sus bienes a la Compañía de las Hijas de la Caridad e S. Vicente de Paul.

Mercedes Mendeville, madre, aparece en esta obra dentro de un lienzo estrecho y alargado que acentúa su esbeltez y elegancia. La estrechez de su cintura hace desbordar la opulencia y sensualidad de la dama, atributos que el pintor realzó mediante ese maravilloso empleo de blancos y rosas aterciopelados y brillantes ejecutados con una pincelada suelta y larga pero precisa en intensidad y contraste (*).

(*) : me refiero a la perfecta complementariedad de tonos entre sombras y brillos, ó mejor, entre zonas iluminadas, sombras y brillos, técnica que Sorolla llegó a dominar como ninguno. Agrandar figura y ver también éste detalle del rostro de Mercedes, que el pintor dulcifica con una media sonrisa encantadora, y en el que hace destacar el brillo de sus ojos ennegreciendo ligeramente la cuenca de los mismos. 

 


sábado, 6 de mayo de 2023

joaquín sorolla - maría guerrero, actriz - 1906

la incomparable María Guerrero fué tan popular que las más sofisticadas pusieron de moda imitar sus grititos escénicos y salpicar sus conversaciones con ah! y oh! viniera o no a cuento.

Este comentario está extraído del magnífico libro de Ana Martos Rubio titulado Biografía canalla de Emilia Pardo Bazán, y da nota de la gran popularidad que por estos años de comienzos del siglo XX había alcanzado la gran actriz teatral.

Pero, os diréis, que relación tenía con el también celebradísimo pintor Don Joaquín Sorolla y Bastida ?.   

Aún habiendo nacido María Guerrero en el seno de una familia culta y hasta cierto punto erudita, donde la pasión por el arte en general y la pintura en particular influyeron sobre la futura actriz desde su más temprana edad, tuvo sin embargo que aplicarse con gran tesón en sus comienzos, desde sus primeras apariciones en pequeños papeles mal retribuidos, hasta introducirse en el mundo de la Zarzuela donde el trabajo ya no la faltó; este esfuerzo la hizo enfermar y su padre la retiró provisionalmente de la escena.

Ya recuperada, el año 1890 fué definitivo en su carrera, en Marzo interpretó a Doña Mariquita en la Comedia Nueva de Moratín, donde nada menos que José de Echegaray quedó impresionado de sus dotes de actriz y desde entonces mantuvo una gran amistad con María, y en Noviembre de ese año obtuvo un clamoroso éxito interpretando a doña Inés en el Tenorio, y en la que el propio autor José de Zorrilla, ya muy mayor, subió al escenario y besó y abrazó emocionado a la actriz.

-oiga, pero no nos iba a hablar de su relación con Sorolla?-

tiene usted razón, pero permítame que antes le hable de una afición de María que no deja de ser curiosa: desde niña sintió siempre un gran deseo de hacerse pintar, sí, créalo, tener retratos suyos hechos por pintores allegados al ambiente artístico en que se movía su familia. Así, el pintor valenciano Emilio Sala la pintaría con 11 años y posteriormente lo harían, entre otros, Raimundo de Madrazo y Daniel Vázquez Díaz. Y nuestro Sorolla no podía faltar a esta cita, no en vano era el pintor más famoso y solicitado de esos años; fué él mismo el que le pidió a la actriz que le permitiera hacerle un retrato, pero no un retrato cualquiera, sería algo digno de colgarse en las mismísimas paredes del Museo del Prado, y aquí nos demuestra la gran devoción y admiración que sentía por Velázquez, y que después, al hablar de nuestra obra, abordaremos. Lo cierto es que entre ambos se fué consolidando una gran amistad que duraría toda la vida y que se acrecentó cuando María Guerrero cambió de domicilio y fué a vivir justamente al lado del pequeño palacete que el pintor había adquirido en la calle de Martínez Campos de Madrid y que hoy es el Museo Sorolla. Al parecer, María proporcionaba al valenciano vestidos e indumentaria que pudieran servirle en su trabajo de pintor.

En el este retrato María Guerrero contaba con ventinueve años y es el resultado definitivo de una primera versión del año 1897, ya que nueve años después modificó su tamaño añadiendo retales arriba y abajo, enriqueciendo el fondo donde añadió una figura, la del esposo de María, Fernando Díaz de Mendoza, también actor, aquí como Rufino , profesor de ella, Finea, personaje principal en La Dama Boba de Lope de Vega y transformó su rostro por otro más bello, más luminoso y excelentemente resuelto como era en él habitual.

Y ahora hablamos de Velázquez, qué, no lo negareis, es en quién habéis pensado nada más ver el retrato. !Es todo un homenaje descarado al excelso sevillano!, y que me perdone Don Joaquín. Y si no acordaros de Las Meninas ó de La infanta Margarita: prestancia, serenidad, sencillez de pincelada....solo el rostro de La Dama Boba es más risueño, más alegre y vivaz como correspondía a su carácter dentro y fuera de la escena.


martes, 2 de mayo de 2023

joaquín sorolla - juan espina capo - 1892

 tenemos ante nosotros, conste que no me paso ni un ápice en el adjetivo, a un gran luchador. Pintor, por supuesto, muy destacado como paisajista y grabador, pero también una personalidad comprometida a fondo con los ideales de progreso y libertad, y al que no le faltó  tiempo todavía para desarrollar toda su vida una gran labor en la creación y el fomento de instituciones artísticas de nuestra nación.

Fué otro de los alumnos destacados del pintor de origen belga Carlos de Haes en la Escuela Especial de Pintura, Escultura y Grabado de la Escuela de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, cuya influencia se refleja en todos sus paisajes, entre los cuales os traigo estos:

- atardecer

- jardín

- deshielo

- paisaje de primavera

- el pico de Peñalara - Rascafría

Muy jóven, aún no había alcanzado la veintena, participa en la sublevación del cuartel de Artillería de San Gil de Madrid, episodio dentro del complot llevado a cabo en la nación con el objeto de derribar la Monarquía de Isabel II. Aquello acabó en fracaso y Espina se salvó huyendo, tras su condena a muerte, a la Serranía de Cuenca. Posteriormente anmistiado, vuelve a la lucha siete años más tarde, en 1873, durante la rebelión que, por cantones, se produce durante la Primera República y en la que varias ciudades españolas intentaron constituirse como estados federados autónomos gestionados independientemente del gobierno central. Espina estuvo en la más existosa, Cartagena, que durante meses resistió el asedio constante hasta su rendición final y debe huir al norte de Africa.

Salvado por milagro de represalias por esta constante actividad revolucionaria, nuestro pintor siguió al mismo tiempo, como hemos adelantado, empeñado en el fomento de vías de desarrollo artístico que mucho convenían a la sociedad de su tiempo. A él le debemos, junto a otros, la existencia de la Sociedad de Pintores y Escultores de Madrid y de sus famosos Salones de Otoño, exposiciones anuales de pintura de gran prestigio; académico de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando ejerció también como profesor en el Centro Instructivo Obrero y del Fomento de las Artes y fué delegado español en muchas Exposiciones Internacionales.     


martes, 18 de abril de 2023

joaquín sorolla - jaime garcía banús - 1892

 según he encontrado en la web, este retrato de Sorolla "fué adquirido por el Estado en Enero de 1993 a Doña encarnación Ramos Bermejo en 4.350.000 pts".

Es indudable que nuestro pintor se distinguió especialmente a lo largo de toda su abundante obra como un excelente pintor de niños, solos o formando parte de grupos familiares. Empezando por su bellísimo Los hijos de los señores de Urcola de 1907, propiedad de la Fundación Masaveu, pasando por el de su hijo Joaquín de 1896, vestido de blanco, de la Fundación Sorolla ó el retrato de Basel Mundy de 1908, hasta llegar a sus doradas representaciones de niños en la playa ó, de acuerdo con su faceta social mucho más comprometida, a niños de ambientes humildes, niños trabajando ó fisicamente débiles.

Podemos hablar un poco de la biografía de éste niño que reposa en una buena butaca, entre almohadones de calidad, con un balón como lo quisieran la gran mayoría de los pequeños de su misma edad en la España de finales del XIX. Es indudable que se trata de un infante perteneciente a una familia acomodada. Sorolla lo hace saber, ver si no la clase de ropa que viste. En efecto se trata de su sobrino político, por parte de su mujer Clotilde, quién era hermana de Antonio García del Castillo, casado con María Banús. En la familia García Banús destacaron algunos de sus miembros dentro del grupo de intelectuales españoles de ideología liberal. Así, dos hermanos de Clotilde, Antonio y Mario, desarrollaron carreras brillantes en el ámbito docente, el primero, profesor de química en la Universidad de Barcelona, hubo de exilarse y fundó en Bogotá y los Andes sendas facultades de ésta disciplina y Mario fué profesor de biología en la Universidad de Yale. María Teresa, hermana de Jaime, fué durante toda su vida una destacada feminista. Y, finalmente digamos que otro Jaime García Banús, abuelo del niño del retrato, fué también profesor en Valencia y destacó en las disciplinas de Neurohistología y Psicología experimental. 

El cuadro presenta como veis una dedicatoria,  " a mi hermana María", como si fuese el niño, Jaime, quién le ofrece su retrato a su hermana María Teresa. Para mi gusto, lo mejor del cuadro, como en tantos retratos de Sorolla, está en la expresión infantil y queda, parada, del rostro y en el maravilloso uso de los delicados tonos blancos, que con los marrones- rojizos y el complemento azul establecen un equilibrio visual magnífico.


sábado, 15 de abril de 2023

joaquin sorolla - maría teresa moret - 1901

 

 seguimos con la familia Moret, en este caso, la esposa y prima de Aureliano Moret, Doña María Teresa Moret y Remisa. El cuadro es parejo con el de su esposo de la entrada anterior, y la disposición y pose son casi idénticos. Ambos fueron presentados en la exposición Nacional del año 1901, donde Sorolla fué galardonado con premio en reconocimiento de su magnífica carrera pictórica. Quizá no mantiene tan dignamente esa prestancia tan velazqueña que resalta en el de su marido, es algo menos contrastado, algo menos señorial, pero desde luego mantiene la austeridad y facilidad de trazo que caracterizan todos los retratos del pintor : ver si no la carencia de joyas o adornos, la sencillez del tejido y, como en su parejo, la belleza de los tonos oscuros, ahí sí, totalmente recordándonos a los del genial pintor sevillano.

Sorolla mantuvo toda su vida una gran amistad y trato frecuente con ella. También llevó a cabo los retratos de sus padres, Segismundo y Concepción, obras que pertenecen al Museo del Prado.    


viernes, 14 de abril de 2023

joaquín sorolla - aureliano de beruete - 1902

una gran amistad unió durante toda su vida a éste hombre, Aureliano de Beruete padre con nuestro pintor, y entre ambos existió siempre una suerte de admiración y colaboración. (ver al respecto esta entrada del blog sobre el cuadro de Sorolla tormenta sobre Peñalara). Beruete fué quizá la persona que mejor conocía, y seguía paso a paso, la obra del valenciano, le acompañó en muchas ocasiones durante el trabajo y le visitaba con frecuencia en su casa de la calle Martínez Campos de Madrid. Bastante mayor que Sorolla, le llevaba 38 años, económicamente muchísimo más holgado y perteneciente a una familia en lo más alto de la escala social, abrió muchos caminos por su influencia al valenciano y facilitó su contacto con la alta burguesía, aún cuando a la vista de su excelsa obra cualquiera pensará que nada de esto lo habría de necesitar. En el Museo-casa de Sorolla se conservan  las 82 cartas enviadas por Beruete a Sorolla de las que se puede extraer el gran interés por su obra y, pleno de satisfacción por su rápido progreso, su esfuerzo constante por conseguir para él los máximos galardones y el mayor número de ventas, tal como haría el clásico mecenas protector 

Pero además estamos ante un gran intelectual, crítico de arte y personaje destacado dentro del movimiento liberal y progresista que en estos años de finales de siglo y principios del XX comenzaba a desarrollarse en el seno de la sociedad española. En efecto Aureliano de Beruete fué miembro fundador de la Institución Libre de Enseñanza, fué uno de los compromisarios que en febrero de 1873 votaron la Primera República, e incluso, brevemente,llegó a ser elegido diputado en Cortes por voluntad popular. 

Entre sus muchos estudios y publicaciones relacionadas con el arte destaca su famosa monografía sobre Velázquez, escrita en francés y publicada en París el año 1898.

Pues bien, Aureliano de Beruete desde el primer momento, trás sus años de estudios en la Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid con nada menos que Carlos de Haes como profesor, pintor holandés ya mencionado repetidamente en éste blog, se interesó por la pintura al aire libre y, de la mano de Haes ó sin él posteriormente, visitó los más bellos rincones de nuestra península con la paleta y el caballete al hombro para dejarnos infinidad de paisajes que, de la seriedad y frescura velazqueña pasaron poco a poco a ser auténticas obras impresionistas. Especialmente se volcó en Madrid, Toledo y provincias aledañas, pero también llevó a cabo largas jornadas al aire libre por Galicia y el País Vasco y en París entra en contacto con la famosa escuela de Barbizón, donde conoce a varios de los pintores considerados ya como preimpresionistas.

Podéis ver a continuación algunos de sus paisajes:

vista de Segovia

el Guadarrama

paisaje de toledo

Peñalara

paisaje del río Manzanares(Madrid)

paisaje con el convento de Santo Espíritu de Segovia

paisaje de Toledo

 Pero atendamos un poco la obra que nos trae. Fué un regalo de Sorolla a Beruete, aunque éste último se lo dejó cuantas veces lo requirió para su exhibición. Durante una de estas, en Londres en 1908, un norteamericano, precisamente el magnate de los ferrocarriles, Archer M. Huntington, lo vió, le gustó e inmediatamente lo quiso comprar. Mr. Huntington, además de potentado, era un hombre culto, enamorado de España y apasionado de su arte; no en vano estaba creando un gran museo, sería la Hispanic Society, dedicado a divulgarlo y fomentarlo.

Sorolla no tuvo inconveniente pero antes tendría que consultarlo, claro está, con Beruete, quién, no pudo aceptar.....Hay una carta suya para el pintor valenciano donde, con gran sentimiento, expone sus razones. No quisiera extenderme demasiado en el asunto, pero permitirme que aquí la transcriba:

«Lo destino, con el de María Teresa, y usted lo sabe, al Museo Moderno. Ya sé que usted me haría otro y que sería aún mejor que ya es, pero este lienzo tiene para mí un mérito inmenso: pertenece a una época que ya pasó; tiene algo que dudo pudiera darse en otro, aun cuando fuera mejor como arte. Ya sabe que desde que fue conocido obtuvo un éxito grande; ha sido la envidia de muchos.Todo hace que, con gran sentimiento por el interés hacia usted, me haya visto privado de complacerle en esta ocasión».

Sorolla llevó a cabo un segundo retrato para Huntington ese mismo año, para mi gusto, sin la prestancia y naturalidad que tiene el primero.                                                                                      

martes, 11 de abril de 2023

joaquín sorolla - maría de los ángeles beruete y moret -1904

el Museo del Prado ha querido rendir homenaje a la figura de este maravilloso pintor valenciano presentando reunidos en una de sus salas una selección de sus retratos, todos ellos propiedad del museo.

A continuación los iremos presentando en sucesivas entradas. Sorolla llevó a cabo durante toda su brillante carrera innumerables retratos, hoy en día repartidos en varios museos y, como es natural, en muchas colecciones privadas. Su gran capacidad para captar la realidad y el gran maestro que tuvo siendo aún muy jóven en la persona de Antonio García Peris, destacado fotógrafo valenciano y futuro suegro, se casó con su hija Clotilde, fueron definitivos para convertirle en uno de los retratistas más afamados internacionalmente durante los primeros años del siglo XX. A este respecto os traigo aquí una página extraída del País- lo mejor de Verne muy ilustrativa.  

María de los Angeles de Beruete y Moret, que estamos viendo, es la hermana del excelente pintor español Aureliano de Beruete y Moret, y, perdonarme que repita los apellidos, no es más que para esclarecer quién es cada cual, ya que existe un tercero en el linaje, ¡también Aureliano  de Beruete y Moret¡, hijo de éste, que fué director del museo del Prado entre 1918 y 1922. Aristócrata como la que más, desarrolló durante toda su vida una intensa labor social cristiana hasta tal punto que el Papa León XIII, el año 1886, le otorgó el título pontificio de condesa de Barcilés.

Todavía la quedaba tiempo para organizar con frecuencia, en su casa de la calle Zurbano de Madrid,  grandes fiestas a las que concurrían artistas y políticos de renombre de la sociedad de la época. En definitiva, una gran señora.   




miércoles, 5 de abril de 2023

luis paret y alcázar - jura de don fernando VII - 1791


 por último, y aunque esta obra, propiedad del Museo del Prado, no figuraba en la exposición que estamos visitando, la traigo aquí como remate, pues, para mi gusto constituye una gran obra de Paret, detallada, precisa en su ejecución y dibujo y que, para los que somos de Madrid y conocemos bién el aspecto actual del interior de la iglesia, iglesia de los Jerónimos, templo que ha albergado grandes  ceremonias regias como la que podemos ver, la escena y la bellísima decoración del aposento, no deja de sorprendernos. 

Con el fín de no extenderme en comentarios , creo que es preferible que consultéis el excelentetexto al respecto que figura en la página misma del Museo del Prado <aquí

martes, 4 de abril de 2023

luis paret y alcázar - vista del arenal de bilbao - 1783-84


 

luis paret y alcázar - vista de fuenterrabía - 1786


 

luis paret y alcázar - vista de bermeo -1783


 quizá porque había visto algunos de los paisajes pintados por Paret, o bién con el ánimo de congraciarse con él trás su injusto destierro en Puerto Rico, el rey Carlos III, el año 1786, comisionó a nuestro pintor para que llevara a cabo una labor muy de acuerdo con el espíritu de la Ilustración que ya se palpaba en los ambientes intelectuales y en la propia administración: debía llevar a cabo una sucesión de trabajos en los que se detallasen mediante planos, esquemas y "vistas" todo el avance que la Monarquía estaba haciendo en las instalaciones portuarias de unas cuantas localidades del norte de España. En el afán de favorecer el comercio, no solo aquí, sino en varios estados europeos, los gobiernos trataron de mejorar las comunicaciones marítimas y los puertos eran puntos vitales de salida y entrada de mercancías. Ya Luis XV en Francia, unos años antes, se había valido del pintor Joseph Vernet para esta realizar esta misma tarea.

Paret debería cubrir al menos dos puertos, dos obras, cada año y el contrato duraría seis años. Inmediatamente se puso al trabajo. En total parece ser que realizó unos catorce trabajos, en los que los cuadros correspondientes mantienen una uniformidad de dimensiones, 80 x 120 cms, casi constante. Comenzando por la zona más oriental del País Vasco, hizo Fuenterrabía, Pasajes, San Sebastián, Bilbao, Santurce.......

No obstante, hay que decir que bastante antes del encargo, ya el pintor, desde su retiro obligado de Bilbao, había pintado por su cuenta unas cuantas vistas de aquel entorno, la mayoría puertos de mar. En este blog me he limitado a algunas de ellas, esta de Bermeo, quizá la mejor, y las que podeis ver en las dos entradas siguientes, vista de Fuenterrabía del año 1786 y una vista del Arenal de Bilbao de 1783-84. El que vemos ahora de la bella localidad euskera de Bermeo esta pintado, como muchos otros, sobre cobre y se trata de una gran composición en la que destaca en primer plano, a la izquierda, un grupo de vecinos de la localidad ocupados en sus labores rutinarias ligadas a la pesca, lo cual es una característica común en muchas de las vistas que por encargo o sin él  el artista llevará a cabo en los años sucesivos. Las figuras están dotadas de un gran dinamismo y maravillosamente pintadas como era su norma. En el fondo Paret esta dignificando en trabajo de las clases más populares y con ello a ellos mismos. Es posible que ésta obra fuese pintada para el Príncipe de Asturias, el futuro Carlos VI.

Vuelve a insistir en este aspecto en su Arenal de Bilbao del Museo de Bellas Artes de esta capital, esta vez tratándose de estibadores y comerciantes ligados al comercio marítimo y en el que la ladera del monte Archanda domina la famosa ría del Nervión que, para los que la conozcáis, nada tiene que ver con lo que es en la actualidad.

 

 

 

 

 

jueves, 30 de marzo de 2023

luis paret y alcázar - las hijas de paret, maría y ludovica - 1787

a estas alturas aún no hemos dicho una palabra del porqué de ese destierro de nuestro pintor. Tres años pasó en la isla de Puerto Rico durante los cuales continuó con su tarea de pintor en todo momento. Las causas por las que el Monarca, Carlos III, le condenó a este alejamiento de España, están posiblemente relacionadas con cierta complicidad, que él estimó existente, en la vida un tanto licenciosa de de su hermano menor don Luis de Borbón: hablando claro , le consideró su compañero de correrías ó, al menos, su alcahuete. Pero quizá la razón principal estribaba en el hecho de que el propio don Luis, por éste motivo y por el temor del Monarca, cuyos hijos habían nacido todos fuera de España y que por lo tanto podrían perder sus derechos sucesorios, tal y como se interpretaba en aquel momento la Ley al respecto, fué alejado de la Corte por su hermano como primera medida y condicionado en su matrimonio, que en ningún caso debería dar lugar exigencias sucesorias.

La obra que estamos viendo, de un corte totalmente rococó, fué llevada a cabo una vez que el pintor, por fín, fué perdonado y pudo regresar a España, aún cuando no se le permitió residir en Madrid, sino a una distancia determinada que lo llevó a Bilbao. Era el año de 1785. Allí residió con su esposa, Micaela, francesa, y con sus hijas María y Ludovica. Formaba pareja con el del retrato de su mujer, hoy en el Prado, y ambas están pintadas sobre lámina de cobre y enmarcadas en trampantojo con adornos de flores y telas en el más puro estilo francés dominante. 



martes, 14 de marzo de 2023

luis paret y alcázar - autorretrato de estudio -1777

 sobre si se trata en efecto de un autorretrato de nuestro pintor había ciertas dudas, aún cuando los estudios y observaciones de algunos competentes estudiosos se dirigían ya a dar por válida su autoría. En efecto, al observar otro autorretrato conocido, el que se encuentra en el Museo de Arte e Historia de San Juan de Puerto Rico, apreciaban, verlo si no, un claro parecido entre ambos rostros. Por supuesto me diréis que la indumentaria y el porte de ambos representados son bién diferentes. Ello encajaría también en sus disquisiciones , dado que la de Puerto Rico de 1776, vestido como un jíbaro y portando a la espalda un racimo de plátanos, la llevó a cabo durante su destierro en ésta isla del que más adelante hablaremos, y cuya intención podría ser la de ablandar al Rey y tratar de conseguir el permiso para su retorno; en cambio en éste que estamos comentando, Paret, aparece ricamente ataviado, con ropas finas y caras y en aptitud melancólica y pensativa, como siempre fué muy habitual en autorretratos de artistas.

Más aún, un segundo auténtico autorretrato, el perteneciente a la colección Abelló, del año 1779, es decir, pintado ya en (Bilbao), España, es asombrosamente parecido al que vemos, exceptuando parte de los elementos simbólicos, libros, mapas o bustos clásicos; pero en ambos aparece un barco con la enseña de la Cruz de Borgoña ó de San Andrés, esto es, español, en pleno naufragio.

Sin embargo los estudios radiográficos recientísimos, llevados a cabo en ésta obra precisamente durante la exposición que estamos tratando, han revelado sin ningún género de dudas que se trata de un verdadero autorretrato de Paret, llevado a cabo durante su destierro en la isla caribeña el año de 1777. Una inscripción en latín encontrada en el reverso de la tela así lo demuestra.  

Tras todo esto, podemos ahora seguir una razonable interpretación de las tres obras, que encajan perfectamente con su cronología. La mas temprana, de 1776, la del jíbaro para entendernos, la lleva a cabo en mismo año de su destierro en la isla, cuando todavía esperaba de Carlos III, una muy pronta derogación de su pena, y se representa así posiblemente, como ya hemos indicado mas arriba,, para simbolizar las condiciones en que se encontraba, impropias de su estatus y condición.

 La siguiente, la que aquí vemos, de 1777, también pintada en Puerto Rico, es de dos años después, dos largos años esperando clemencia que nunca llegaba; entonces lleva a cabo una escena totalmente añorante, llena de simbología que alude a su condición de hombre erudito y artista , que languidece tristemente en aquel lugar apartado que en ningún caso le corresponde; además se considera un hombre que está naufragando,  a punto de perder todo lo conseguido en su devenir como artista y cortesano.

Por último, ya en el Bilbao de 1779, un año después de su vuelta, perdonado pero todavía alejado de La Corte por imperativo Real, nos ofrece el tercer autorretrato, libre de añoranzas, pero manteniendo la escena del naufragio, es decir, todavía pendiente de su total liberación.



jueves, 9 de febrero de 2023

luis paret y alcázar - oropéndola - 1774-75

si Carlos III creó su Real Gavinete de Historia Natural, futuro germen de nuestro Museo de Ciencias Naturales, que os aconsejo, su hermano el infante don Luis de Borbón, no le fué a la zaga y en su palacio de Boadilla del Monte (Madrid) desarrolló también el suyo propio donde el aviario y su colección de aves disecadas, amén de cuadrúpedos, peces, minerales y otros ejemplares, constituía una de las más importantes muestras existentes en toda Europa del naturalismo imperante. También contaba con un taller de taxidermia. Don Luis no paró ahí, construyendo otros dos aviarios, primero en Aranjuez y después en su residencia final de Arenas de San Pedro (Avila).

Como ejemplo de éste entusiasmo generalizado entre la nobleza, destacaba la famosa Menagerie Real en Versalles mandada construir por Luis XIV, un lugar bellísimo e imponente donde se disponían instalaciones adecuadas para albergar todo tipo de animales exóticos, destacando sus grandes aviarios con especies traídas de los lugares más apartados.

En 1774, don Luis encargó a Paret la confección de un álbum formado por dibujos de las aves que componían su colección. El pintor llevó a cabo la tarea que debió constituir un bellísimo documento artístico pero del que los estudiosos solo han obtenido noticias parciales. Se sabe que fueron apareciendo dibujos sueltos en subastas, exposiciones, algún artículo suelto que mencionaba alguno de ellos, en fín, nada definitivo sobre el conjunto total. Muy probablemente pudieron ser 20 dibujos los que componían el álbum. El Prado posee ésta bellísima aguada, así como otra, cola-roja collarada .

Perteneciente a una colección particular de Barcelona, se conoce otra Tángara azul manchada.


miércoles, 8 de febrero de 2023

luis paret y alcázar - una cebra - 1774

 Durante el siglo XVI, la sucesión de descubrimientos de nuevas tierras, la mayoría cubiertas de una vegetación exuberante habitada por multitud de animales totalmente nuevos a sus ojos. causó gran sensación, de la que se hicieron eco rápidamente los círculos y sociedades científicas, en su mayoría dependientes del poder real.

Tanto es así, que en apenas un siglo se desarrolló un género en pintura, que llamaron animalista, empezando en los Países Bajos y pasando sucesivamente a Francia, Inglaterra y, algo más tarde a España. Como ejemplo, de comienzos del XVIII, os traigo dos obras, una del pintor holandés Aert Shouman y la segunda del francés Jean-Batiste Oudry.

 Casi todas las cortes europeas sin excepción rivalizaron en la posesión de rarezas zoológicas y botánicas, invirtiendo para ello tiempo y dinero sin escrúpulos. Nuestros Borbones ni mucho menos se quedaron atrás en esta tarea. En efecto, la segunda esposa de Felipe V, Isabel de Farnesio, al parecer fué una entusiasta, tenía verdadera pasión por los animales, empezando por los de compañia, pero adquiriendo con el tiempo otros  hasta hacerse con una verdadera colección. A este respecto os aconsejo qué, recordando a la parmesana, os deis una vuelta por el Palacio de Riofrío, en Segovia, en cuya construcción y mantenimiento tuvo ella una destacada participación. En su interior se encuentra un museo de animales disecados bellamente y ambientados en su medio natural, Museo de la caza, muy adecuado al lugar, ya que los dominios circundantes fueron uno de los pagos favoritos de nuestros monarcas para llevar a cabo esta actividad cinegética.

Siguiendo con la Farnesio, supo muy bién transmitir a sus hijos esta afición y así, tanto Carlos III como su hermano Luis se convirtieron en grandes coleccionistas de animales, llegando incluso a competir entre sí en esta su gran afición. En concreto esta cebra fué el animal favorito de éste segundo, magníficamente atendida, junto a otros muchos animales, en el zoológico particular que había dispuesto junto a su palacio en Boadilla del Monte, y por la que pagó una fuerte suma a mercaderes y viajantes holandeses, verdaderos traficantes en este tipo de negocio. No en vano, el infante era poseedor de una gran fortuna adquirida mientras fué Arzobispo en Toledo y en Sevilla.  

Su hermano Carlos III no podía ser menos y, por supuesto, también tenía su propia colección entre las que destacaba una hembra de oso hormiguero traída desde Buenos Aires en un larguísimo y ajetreado viaje. El ejemplar, como era natural causó sensación y el monarca encargó al pintor Rafael Mengs un cuadro que hoy se conserva en el Museo de Ciencias Naturales de Madrid. 

Muy similar a la cebra que estamos viendo de Paret, es esta otra pintada por el artista y erudito inglés George Stubbs para la princesa Carlota de Inglaterra, diferenciándose en el escenario y en los utensilios empleados en su atencíon que Paret ha representado entre las patas del animal.


jueves, 26 de enero de 2023

luis paret y alcázar - la carta - 1772


 Aquí Paret muestra una escena en la que una muchacha, elegantemente ataviada y empleando un colorido suave y luminoso, está leyendo una nota posiblemente enviada por algún pretendiente. A su lado espera sentada una mujer quizá esperando alguna contestación. Como se ve, la chica se ha levantado de su asiento y apartado discretamente para la lectura.

En el más puro estilo rococó, el pintor ha sido prolijo a la hora de ambientar la escena, mostrándonos un bello rincón ajardinado. En el suelo, en primer plano, varios objetos simbolizando posiblemente la vocación ó el quehacer que normalmente la ocupa, aparecen olvidados y en desorden, como dando absoluta prioridad a la intriga y pasión que la esta conmoviendo.

miércoles, 25 de enero de 2023

luis paret y alcázar - carlos III comiendo en su corte - 1771-72

 En una gran estancia del Palacio Real de Madrid, residencia de los Borbones y su Corte, el Rey Carlos III está comiendo en la presencia, como era lo habitual, de numerosos nobles y gente de Palacio, quienes mantienen entretenido al monarca pero, como se puede ver, nunca como comensales.

Esta costumbre también existió durante alguno de los anteriores Habsburgos. En concreto el Emperador Carlos I lo hacía, pero durante el reinado de Felipe IV desapareció, no reanudándose hasta la llegada de la dinastía francesa. Casi todos los personajes que aparecen han sido identificados por los estudiosos. Hay dos caballeros que parecen destacar, ó quizás esa ha sido la intención de Paret,  por su rica indumentaria y presencia, los dos con atuendo azul y cada uno a un lado de la mesa. El de la derecha podría ser el Conde de Aranda, a la sazón presidente del Consejo de Castilla y que sería después Secretario de Estado con Carlos IV, hombre de ideas y política avanzada, a quién se debe la derogación de las imposiciones que dieron lugar al famoso motín de Esquilache. Por el contrario, el de la izquierda podría ser Pablo Jerónimo Grimaldi, entonces primer Secretario de Estado, hombre de ideas absolutistas, su casa fué asaltada por los manifestantes durante el motín de Esquilache, y por tanto rival político de Aranda.

Es posible que la escena planteada por nuestro pintor tienda a resaltar esta circunstancia.

Podemos apuntar, quizás viene al caso, algo sobre la clase de comida que estaría, es solo una conjetura, comiendo su Majestad. Aún cuando era muy asíduo, como todos los Borbones, al chocolate con nata por la mañana en su desayuno, no compartió nunca con estos la afición por las comidas copiosas y variadísimas de las que venían gozando los reyes de ésta y de la anterior dinastía. Pero lo que fué invariable desde la llegada de Felipe V fué la adopción de la gatronomia francesa tanto en el menú como en los vinos, casi siempre cavas ó champagne del otro lado de los Pirineos, hasta el punto de que los tres cocineros que dirigían la cocina de Palacio eran casi siempre franceses.

 

 


martes, 24 de enero de 2023

luis paret y alcázar - baile popular a la puerta de una taberna - 1770-75

 esta obra pertenece a la colección particular de Alicia Koplowitz, miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, un gran conjunto pictórico que ofrece un recorrido desde el siglo XVI hasta el XXI, con nombres desde Zurbarán hasta, ya en nuestros días, Antonio López, .

Como veis se trata de una escena esencialmente costumbrista, mostrando todo un repertorio de atuendos e indumentarias populares de la España del XVIII, no reparando en detalles y exhibiendo un rico colorido, característica que Paret nunca deja de incorporar, al menos en alguno de los personajes. Aquí, a pesar de ser la obra de una tonalidad marrón, procura añadir alegría y color en el vestido de la jóven bailarina central y en el chaleco azulado brillante de lo que parece ser un instrumentista. Al final el ambiente adquiere un tinte galante y sereno


lunes, 23 de enero de 2023

luis paret y alcázar - las parejas reales - 1770

 Paret, como muchos otros pintores dieciochescos europeos de estos años, se sintió atraído por toda clase de acontecimientos festivos que eran del gusto de las clases altas pero que, al mismo tiempo, desbordaban el interés y la imaginación del pueblo llano, algo así como lo que actualmente ocurre con nuestra extensa y atractiva prensa rosa. Aunque nuestro pintor no estuvo nunca plenamente integrado en la Corte, ni siquiera en estos primeros años de su carrera, sí estaba en primera fila como observador por su amistad y conexión con nada menos que el hermano del Rey Carlos III, el infante Don Luis.

Con seguridad asistiría a la parada que vemos en su obra, función hípica de carácter cortesano que periódicamente se celebrada en el Palacio de Aranjuez, residencia de temporada de los Reyes, en la que aprovecha la ocasión para deleitarnos a través de una bellísima muestra de atuendos de todo tipo, carruajes, caballeros, grupos en animada actitud, y un sinfín de detalles costumbristas que llenan toda la gran explanada  junto a la fachada lateral del Palacio. Parece ser que se trata de la que tuvo lugar a principios del verano de 1770, año en el que el artista realizó el cuadro por encargo del infante Don Luis, quién, entusiasmado con el resultado, pidió le hiciera una copia idéntica.

Es una obra de gran formato, 137 x 370, la primera de ésta clase que Paret llevaba a cabo y, aunque apenas se aprecia en nuestra imagen por la pequeñez de las figuras, esta pintada de manera minuciosa y exquisita en todos los detalles mientras, por otro lado, introduce en la misma sin miramientos a todo el abanico social, desde los más humildes hasta los mas grandes de la Corte, pasando por pomposos caballeretes, militares de todas las graduaciones, mujeres ataviadas al uso castizo, eclesiasticos de todos los rangos, anticipándose con ello algunos años al gran Francisco de Goya.

Participaban en el acto más de doscientas personas, pero los que constituían el núcleo, esto es, los que llevaban a cabo las figuras ecuestres al ritmo de la música eran solo 48, divididos en cuatro secciones de 12 caballeros que les vemos desfilando de cuatro en fondo; cada sección tenía un color diferente predominante en su ropa. Estamos viendo ya el final de la exhibición, con los cuartetos que van saliendo de dos en dos, uno a la derecha y otro a la izquierda. Así, el primer jinete que salió de la comitiva es el de más a nuestra izquierda y se trata al parecer del príncipe de Asturias, Carlos, futuro Carlos IV. Del mismo modo, en el lado opuesto, el que encabeza la fila es el infante don Luis de Borbón, hermano del Rey.   




sábado, 21 de enero de 2023

luis paret y alcázar - la tienda de Geniani - 1772

 este cuadro lo pintó Paret por encargo de su benefactor  el infante don Luis de Borbón, hermano de Carlos III. Al parecer le encargó al mismo tiempo otro para que formaran pareja titulado  La prommenade au Parc, que llevó a cabo en 1773 y que hoy está en paradero desconocido, aunque se sabe con certeza que ambos constaban en la amplia colección del Marqués de Salamanca de mediados del siglo XIX.

Volviendo a Don Luis de Borbón, se sabe que a su muerte la obra pasó a pertenecer a su viuda, María Teresa de Villabriga, y posteriormente a su hija la Condesa de Chinchón, también Teresa, que habreis visto y admirado sin duda en el retrato maravilloso que le hizo Francisco de Goya y que pertenece al Museo del Prado. Luego pasó a ser propiedad del Marqués de Salamanca como ya hemos indicado. Y, finalmente, y ya para acabar este vaivén, acabó, tras pasar por otros propietarios y subastas con los que no os quiero marear, en las manos de Lázaro Galdiano quién lo adquirió en París en subasta pública por 14000 francos de 1922. Hoy pertenece al Museo que lleva su nombre en Madrid.

La obra está ambientada en la tienda que el comerciante italiano José Geniani había abierto en la calle de la Montera de Madrid. El establecimiento estaba magníficamente decorado y por ella pasaba lo mejor de la sociedad madrileña de la época. Como ejemplo, se dice que el Duque de Medinaceli se gastó allí 18000 reales en un reloj de oro esmaltado y guarnecido de brillantes para regalárselo a su prometida, no podía ser para menos, la Duquesa de Alba. 

Para mi gusto, es de las mejores que se pueden ver en la Exposición, incluso algunos historiadores  la consideran una verdadera obra de arte llena de un colorido, delicado y bellísimo, y con una caracterización de los personajes de gran personalidad e independencia, y la comparan con una muy similar del pintor francés Jean Antoine Watteau, le Enseigne de Gersaint de 1720-21. Edmé-François Gersaint fué un célebre marchante parisino que abrió un establecimiento comercial dedicado esencialmente al arte, encargando a este arista la "confección" de un cartel que anunciara, sobre el frontal de la puerta del negocio, su finalidad. Esta última quizá es más distinguida en sus personajes y objetos, diríamos más rococó, que la del pintor español. De cualquier forma sobre ambas obras se han vertido ríos de tinta, y os doy una dirección de la página Academia.edu  , donde, si os interesa, podeis ilustraros ampliamente sobre éste y otros cuadros de Luis Paret y Alcázar 

 


jueves, 19 de enero de 2023

luis paret y alcázar - escena de tocador - 1770-73

 Posiblemente os preguntareis que es lo que está pasando en esta escena tan concurrida, dibujada por Paret a base de tinta. lápiz y aguada grisácea, pero es difícil extraer de su lectura el verdadero sentido, la información que el artista trata de comunicarnos. siendo así que el mismísimo Xavier de Salas, director del Museo del Prado en los años cincuenta del pasado siglo XX y en cierto modo rescatador de la obra, no acaba tampoco de darnos una total descipción exacta de su significado; puede tratarse de un descanso en una representación teatral ó quizá solamente una composición algo más castiza dentro del estilo rococó, estilo que, por supuesto marca casi toda la obra pictórica de nuestro pintor, como lo demuestran algunos de los atuendos más populares que aristocráticos de sus caracteres.

De cualquier forma, tampoco se aprecian mucho los detalles. Por otro lado, según han revelado los estudios radiográficos llevados a cabo, parece ser que Paret había dibujado primeramente un interior nada parecido al definitivo que vemos, un interior mucho más lujoso y sofisticado en correspondencia con el estilo francés imperante, aunque las figuras son exactamente las mismas.

En cierto modo, esta obra y algunas más, me recuerdan al pintor veneciano nacido a comienzos del XVIII, Pietro Longhi, del que adjunto su obra La visita de 1746.  


miércoles, 18 de enero de 2023

luis paret y alcázar - comitiva preparándose para un baile de máscaras - 1767-70

nacido el año 1746, el mismo año que Francisco de Goya, de madre española y padre francés, el niño Paret se matriculó en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid con tan solo 11 años, bajo la tutela artística de Antonio González Velázquez , que por entonces ya había llevado a cabo la decoración pictórica de la cúpula y las pechinas de la iglesia de la Santísima Trinidad de los Españoles en Roma. Con 17 años tuvo la suerte de poder viajar a la Ciudad Eterna como pensionado, gracias a la oportunidad que le brindó el infante don Luis de Borbón, hermano del rey Carlos III, donde permaneció hasta 1766.

La obra que vemos es de un año después y no deja de ser curioso el hecho de que, acompañando a su firma el artista nos informa de su edad en ese momento, 21 años, quizá para destacar orgullosamente su precocidad en esto de las bellas artes. También hay que constatar otra particularidad que la caracteriza, y es el tratarse sin lugar a dudas de ser el primer cuadro sobre el tema de las máscaras que se pintaba tras la prohibición de este tipo de festejos en España por Felipe V. Levantada ésta, Paret conmemora así el Carnaval de Madrid de 1767, fiestas que a partir de ahí se permitieron pero sometidas a un control especificado en un Reglamento.

Permitirme que os traiga siguiendo con ello un comentario muy sabroso sobre las normas aconsejadas en esta nueva regulación;(extraído del comentario de la pag. del Museo del Prado) :

El 4 de enero de 1767 se publicó por orden del gobierno un minucioso reglamento de los bailes en máscara para garantizar “la tranquilidad, decoro, y prudencia con que deben concurrirla, los que la gocen; pues el efecto de la máscara iguala a cuantos la usan, en la confianza de ser todas personas bien intencionadas, respetuosas del público, de civil educación, y adictas a las disposiciones del buen gobierno”. Todos los disfraces tenían que ser confeccionados para ese fin, y las telas debían ser de buena calidad para evitar cualquier indecencia, aunque sin ser preciosas ni estar guarnecidas con adornos delicados como gasas o flores, pedrería o perlas, “aunque sean falsas”, “pues igualándose todos por la máscara, no hacen al caso distinciones demasiado sobresalientes, que tal vez se determinan a usar personas sin conveniencias para ello; consistiendo la principal diversión de la máscara en la mucha concurrencia, en la variedad de trajes, en la conveniente decencia de ellos, en hablar, bailar y entretenerse con el grueso de objetos, que se presentan”. Los “vestidos de disfraz de húngaro, armenio, marinero arriero e inglés” y los “zapatos y guantes de máscara” se vendían o prestaban siempre "con permiso superior", y estaban prohibidos los disfraces de magistrados, eclesiásticos o religiosos.

Os aconsejo que leais el resto del comentario en: 

https://www.museodelprado.es/coleccion/obra-de-arte/baile-en-mascara/993b2b5a-c5c7-4938-b315-291986103c2b 

Seis años después volvió la prohibición

Para mi gusto, esta es la obra más bella exhibida en esta exposición, en la que más se aprecia el gusto rococó y en la que el colorido se manifiesta más suave y delicado. En palabras de Juan J. Luna, Jefe del Departamento de Pintura del siglo XVIII del Museo del Prado,..... Paret es como un meteoro que aparece de pronto en el escenario artístico de la España del XVIII.......Esto es, algo muy distinto de lo que se venía pintando, un caso singular, algo excepcional del que debemos sentirnos orgullosos.