sábado, 21 de enero de 2023

luis paret y alcázar - la tienda de Geniani - 1772

 este cuadro lo pintó Paret por encargo de su benefactor  el infante don Luis de Borbón, hermano de Carlos III. Al parecer le encargó al mismo tiempo otro para que formaran pareja titulado  La prommenade au Parc, que llevó a cabo en 1773 y que hoy está en paradero desconocido, aunque se sabe con certeza que ambos constaban en la amplia colección del Marqués de Salamanca de mediados del siglo XIX.

Volviendo a Don Luis de Borbón, se sabe que a su muerte la obra pasó a pertenecer a su viuda, María Teresa de Villabriga, y posteriormente a su hija la Condesa de Chinchón, también Teresa, que habreis visto y admirado sin duda en el retrato maravilloso que le hizo Francisco de Goya y que pertenece al Museo del Prado. Luego pasó a ser propiedad del Marqués de Salamanca como ya hemos indicado. Y, finalmente, y ya para acabar este vaivén, acabó, tras pasar por otros propietarios y subastas con los que no os quiero marear, en las manos de Lázaro Galdiano quién lo adquirió en París en subasta pública por 14000 francos de 1922. Hoy pertenece al Museo que lleva su nombre en Madrid.

La obra está ambientada en la tienda que el comerciante italiano José Geniani había abierto en la calle de la Montera de Madrid. El establecimiento estaba magníficamente decorado y por ella pasaba lo mejor de la sociedad madrileña de la época. Como ejemplo, se dice que el Duque de Medinaceli se gastó allí 18000 reales en un reloj de oro esmaltado y guarnecido de brillantes para regalárselo a su prometida, no podía ser para menos, la Duquesa de Alba. 

Para mi gusto, es de las mejores que se pueden ver en la Exposición, incluso algunos historiadores  la consideran una verdadera obra de arte llena de un colorido, delicado y bellísimo, y con una caracterización de los personajes de gran personalidad e independencia, y la comparan con una muy similar del pintor francés Jean Antoine Watteau, le Enseigne de Gersaint de 1720-21. Edmé-François Gersaint fué un célebre marchante parisino que abrió un establecimiento comercial dedicado esencialmente al arte, encargando a este arista la "confección" de un cartel que anunciara, sobre el frontal de la puerta del negocio, su finalidad. Esta última quizá es más distinguida en sus personajes y objetos, diríamos más rococó, que la del pintor español. De cualquier forma sobre ambas obras se han vertido ríos de tinta, y os doy una dirección de la página Academia.edu  , donde, si os interesa, podeis ilustraros ampliamente sobre éste y otros cuadros de Luis Paret y Alcázar 

 


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