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miércoles, 5 de abril de 2023

luis paret y alcázar - jura de don fernando VII - 1791


 por último, y aunque esta obra, propiedad del Museo del Prado, no figuraba en la exposición que estamos visitando, la traigo aquí como remate, pues, para mi gusto constituye una gran obra de Paret, detallada, precisa en su ejecución y dibujo y que, para los que somos de Madrid y conocemos bién el aspecto actual del interior de la iglesia, iglesia de los Jerónimos, templo que ha albergado grandes  ceremonias regias como la que podemos ver, la escena y la bellísima decoración del aposento, no deja de sorprendernos. 

Con el fín de no extenderme en comentarios , creo que es preferible que consultéis el excelentetexto al respecto que figura en la página misma del Museo del Prado <aquí

martes, 4 de abril de 2023

luis paret y alcázar - vista del arenal de bilbao - 1783-84


 

luis paret y alcázar - vista de fuenterrabía - 1786


 

luis paret y alcázar - vista de bermeo -1783


 quizá porque había visto algunos de los paisajes pintados por Paret, o bién con el ánimo de congraciarse con él trás su injusto destierro en Puerto Rico, el rey Carlos III, el año 1786, comisionó a nuestro pintor para que llevara a cabo una labor muy de acuerdo con el espíritu de la Ilustración que ya se palpaba en los ambientes intelectuales y en la propia administración: debía llevar a cabo una sucesión de trabajos en los que se detallasen mediante planos, esquemas y "vistas" todo el avance que la Monarquía estaba haciendo en las instalaciones portuarias de unas cuantas localidades del norte de España. En el afán de favorecer el comercio, no solo aquí, sino en varios estados europeos, los gobiernos trataron de mejorar las comunicaciones marítimas y los puertos eran puntos vitales de salida y entrada de mercancías. Ya Luis XV en Francia, unos años antes, se había valido del pintor Joseph Vernet para esta realizar esta misma tarea.

Paret debería cubrir al menos dos puertos, dos obras, cada año y el contrato duraría seis años. Inmediatamente se puso al trabajo. En total parece ser que realizó unos catorce trabajos, en los que los cuadros correspondientes mantienen una uniformidad de dimensiones, 80 x 120 cms, casi constante. Comenzando por la zona más oriental del País Vasco, hizo Fuenterrabía, Pasajes, San Sebastián, Bilbao, Santurce.......

No obstante, hay que decir que bastante antes del encargo, ya el pintor, desde su retiro obligado de Bilbao, había pintado por su cuenta unas cuantas vistas de aquel entorno, la mayoría puertos de mar. En este blog me he limitado a algunas de ellas, esta de Bermeo, quizá la mejor, y las que podeis ver en las dos entradas siguientes, vista de Fuenterrabía del año 1786 y una vista del Arenal de Bilbao de 1783-84. El que vemos ahora de la bella localidad euskera de Bermeo esta pintado, como muchos otros, sobre cobre y se trata de una gran composición en la que destaca en primer plano, a la izquierda, un grupo de vecinos de la localidad ocupados en sus labores rutinarias ligadas a la pesca, lo cual es una característica común en muchas de las vistas que por encargo o sin él  el artista llevará a cabo en los años sucesivos. Las figuras están dotadas de un gran dinamismo y maravillosamente pintadas como era su norma. En el fondo Paret esta dignificando en trabajo de las clases más populares y con ello a ellos mismos. Es posible que ésta obra fuese pintada para el Príncipe de Asturias, el futuro Carlos VI.

Vuelve a insistir en este aspecto en su Arenal de Bilbao del Museo de Bellas Artes de esta capital, esta vez tratándose de estibadores y comerciantes ligados al comercio marítimo y en el que la ladera del monte Archanda domina la famosa ría del Nervión que, para los que la conozcáis, nada tiene que ver con lo que es en la actualidad.

 

 

 

 

 

jueves, 30 de marzo de 2023

luis paret y alcázar - las hijas de paret, maría y ludovica - 1787

a estas alturas aún no hemos dicho una palabra del porqué de ese destierro de nuestro pintor. Tres años pasó en la isla de Puerto Rico durante los cuales continuó con su tarea de pintor en todo momento. Las causas por las que el Monarca, Carlos III, le condenó a este alejamiento de España, están posiblemente relacionadas con cierta complicidad, que él estimó existente, en la vida un tanto licenciosa de de su hermano menor don Luis de Borbón: hablando claro , le consideró su compañero de correrías ó, al menos, su alcahuete. Pero quizá la razón principal estribaba en el hecho de que el propio don Luis, por éste motivo y por el temor del Monarca, cuyos hijos habían nacido todos fuera de España y que por lo tanto podrían perder sus derechos sucesorios, tal y como se interpretaba en aquel momento la Ley al respecto, fué alejado de la Corte por su hermano como primera medida y condicionado en su matrimonio, que en ningún caso debería dar lugar exigencias sucesorias.

La obra que estamos viendo, de un corte totalmente rococó, fué llevada a cabo una vez que el pintor, por fín, fué perdonado y pudo regresar a España, aún cuando no se le permitió residir en Madrid, sino a una distancia determinada que lo llevó a Bilbao. Era el año de 1785. Allí residió con su esposa, Micaela, francesa, y con sus hijas María y Ludovica. Formaba pareja con el del retrato de su mujer, hoy en el Prado, y ambas están pintadas sobre lámina de cobre y enmarcadas en trampantojo con adornos de flores y telas en el más puro estilo francés dominante. 



martes, 14 de marzo de 2023

luis paret y alcázar - autorretrato de estudio -1777

 sobre si se trata en efecto de un autorretrato de nuestro pintor había ciertas dudas, aún cuando los estudios y observaciones de algunos competentes estudiosos se dirigían ya a dar por válida su autoría. En efecto, al observar otro autorretrato conocido, el que se encuentra en el Museo de Arte e Historia de San Juan de Puerto Rico, apreciaban, verlo si no, un claro parecido entre ambos rostros. Por supuesto me diréis que la indumentaria y el porte de ambos representados son bién diferentes. Ello encajaría también en sus disquisiciones , dado que la de Puerto Rico de 1776, vestido como un jíbaro y portando a la espalda un racimo de plátanos, la llevó a cabo durante su destierro en ésta isla del que más adelante hablaremos, y cuya intención podría ser la de ablandar al Rey y tratar de conseguir el permiso para su retorno; en cambio en éste que estamos comentando, Paret, aparece ricamente ataviado, con ropas finas y caras y en aptitud melancólica y pensativa, como siempre fué muy habitual en autorretratos de artistas.

Más aún, un segundo auténtico autorretrato, el perteneciente a la colección Abelló, del año 1779, es decir, pintado ya en (Bilbao), España, es asombrosamente parecido al que vemos, exceptuando parte de los elementos simbólicos, libros, mapas o bustos clásicos; pero en ambos aparece un barco con la enseña de la Cruz de Borgoña ó de San Andrés, esto es, español, en pleno naufragio.

Sin embargo los estudios radiográficos recientísimos, llevados a cabo en ésta obra precisamente durante la exposición que estamos tratando, han revelado sin ningún género de dudas que se trata de un verdadero autorretrato de Paret, llevado a cabo durante su destierro en la isla caribeña el año de 1777. Una inscripción en latín encontrada en el reverso de la tela así lo demuestra.  

Tras todo esto, podemos ahora seguir una razonable interpretación de las tres obras, que encajan perfectamente con su cronología. La mas temprana, de 1776, la del jíbaro para entendernos, la lleva a cabo en mismo año de su destierro en la isla, cuando todavía esperaba de Carlos III, una muy pronta derogación de su pena, y se representa así posiblemente, como ya hemos indicado mas arriba,, para simbolizar las condiciones en que se encontraba, impropias de su estatus y condición.

 La siguiente, la que aquí vemos, de 1777, también pintada en Puerto Rico, es de dos años después, dos largos años esperando clemencia que nunca llegaba; entonces lleva a cabo una escena totalmente añorante, llena de simbología que alude a su condición de hombre erudito y artista , que languidece tristemente en aquel lugar apartado que en ningún caso le corresponde; además se considera un hombre que está naufragando,  a punto de perder todo lo conseguido en su devenir como artista y cortesano.

Por último, ya en el Bilbao de 1779, un año después de su vuelta, perdonado pero todavía alejado de La Corte por imperativo Real, nos ofrece el tercer autorretrato, libre de añoranzas, pero manteniendo la escena del naufragio, es decir, todavía pendiente de su total liberación.



jueves, 9 de febrero de 2023

luis paret y alcázar - oropéndola - 1774-75

si Carlos III creó su Real Gavinete de Historia Natural, futuro germen de nuestro Museo de Ciencias Naturales, que os aconsejo, su hermano el infante don Luis de Borbón, no le fué a la zaga y en su palacio de Boadilla del Monte (Madrid) desarrolló también el suyo propio donde el aviario y su colección de aves disecadas, amén de cuadrúpedos, peces, minerales y otros ejemplares, constituía una de las más importantes muestras existentes en toda Europa del naturalismo imperante. También contaba con un taller de taxidermia. Don Luis no paró ahí, construyendo otros dos aviarios, primero en Aranjuez y después en su residencia final de Arenas de San Pedro (Avila).

Como ejemplo de éste entusiasmo generalizado entre la nobleza, destacaba la famosa Menagerie Real en Versalles mandada construir por Luis XIV, un lugar bellísimo e imponente donde se disponían instalaciones adecuadas para albergar todo tipo de animales exóticos, destacando sus grandes aviarios con especies traídas de los lugares más apartados.

En 1774, don Luis encargó a Paret la confección de un álbum formado por dibujos de las aves que componían su colección. El pintor llevó a cabo la tarea que debió constituir un bellísimo documento artístico pero del que los estudiosos solo han obtenido noticias parciales. Se sabe que fueron apareciendo dibujos sueltos en subastas, exposiciones, algún artículo suelto que mencionaba alguno de ellos, en fín, nada definitivo sobre el conjunto total. Muy probablemente pudieron ser 20 dibujos los que componían el álbum. El Prado posee ésta bellísima aguada, así como otra, cola-roja collarada .

Perteneciente a una colección particular de Barcelona, se conoce otra Tángara azul manchada.


miércoles, 8 de febrero de 2023

luis paret y alcázar - una cebra - 1774

 Durante el siglo XVI, la sucesión de descubrimientos de nuevas tierras, la mayoría cubiertas de una vegetación exuberante habitada por multitud de animales totalmente nuevos a sus ojos. causó gran sensación, de la que se hicieron eco rápidamente los círculos y sociedades científicas, en su mayoría dependientes del poder real.

Tanto es así, que en apenas un siglo se desarrolló un género en pintura, que llamaron animalista, empezando en los Países Bajos y pasando sucesivamente a Francia, Inglaterra y, algo más tarde a España. Como ejemplo, de comienzos del XVIII, os traigo dos obras, una del pintor holandés Aert Shouman y la segunda del francés Jean-Batiste Oudry.

 Casi todas las cortes europeas sin excepción rivalizaron en la posesión de rarezas zoológicas y botánicas, invirtiendo para ello tiempo y dinero sin escrúpulos. Nuestros Borbones ni mucho menos se quedaron atrás en esta tarea. En efecto, la segunda esposa de Felipe V, Isabel de Farnesio, al parecer fué una entusiasta, tenía verdadera pasión por los animales, empezando por los de compañia, pero adquiriendo con el tiempo otros  hasta hacerse con una verdadera colección. A este respecto os aconsejo qué, recordando a la parmesana, os deis una vuelta por el Palacio de Riofrío, en Segovia, en cuya construcción y mantenimiento tuvo ella una destacada participación. En su interior se encuentra un museo de animales disecados bellamente y ambientados en su medio natural, Museo de la caza, muy adecuado al lugar, ya que los dominios circundantes fueron uno de los pagos favoritos de nuestros monarcas para llevar a cabo esta actividad cinegética.

Siguiendo con la Farnesio, supo muy bién transmitir a sus hijos esta afición y así, tanto Carlos III como su hermano Luis se convirtieron en grandes coleccionistas de animales, llegando incluso a competir entre sí en esta su gran afición. En concreto esta cebra fué el animal favorito de éste segundo, magníficamente atendida, junto a otros muchos animales, en el zoológico particular que había dispuesto junto a su palacio en Boadilla del Monte, y por la que pagó una fuerte suma a mercaderes y viajantes holandeses, verdaderos traficantes en este tipo de negocio. No en vano, el infante era poseedor de una gran fortuna adquirida mientras fué Arzobispo en Toledo y en Sevilla.  

Su hermano Carlos III no podía ser menos y, por supuesto, también tenía su propia colección entre las que destacaba una hembra de oso hormiguero traída desde Buenos Aires en un larguísimo y ajetreado viaje. El ejemplar, como era natural causó sensación y el monarca encargó al pintor Rafael Mengs un cuadro que hoy se conserva en el Museo de Ciencias Naturales de Madrid. 

Muy similar a la cebra que estamos viendo de Paret, es esta otra pintada por el artista y erudito inglés George Stubbs para la princesa Carlota de Inglaterra, diferenciándose en el escenario y en los utensilios empleados en su atencíon que Paret ha representado entre las patas del animal.


jueves, 26 de enero de 2023

luis paret y alcázar - la carta - 1772


 Aquí Paret muestra una escena en la que una muchacha, elegantemente ataviada y empleando un colorido suave y luminoso, está leyendo una nota posiblemente enviada por algún pretendiente. A su lado espera sentada una mujer quizá esperando alguna contestación. Como se ve, la chica se ha levantado de su asiento y apartado discretamente para la lectura.

En el más puro estilo rococó, el pintor ha sido prolijo a la hora de ambientar la escena, mostrándonos un bello rincón ajardinado. En el suelo, en primer plano, varios objetos simbolizando posiblemente la vocación ó el quehacer que normalmente la ocupa, aparecen olvidados y en desorden, como dando absoluta prioridad a la intriga y pasión que la esta conmoviendo.

miércoles, 25 de enero de 2023

luis paret y alcázar - carlos III comiendo en su corte - 1771-72

 En una gran estancia del Palacio Real de Madrid, residencia de los Borbones y su Corte, el Rey Carlos III está comiendo en la presencia, como era lo habitual, de numerosos nobles y gente de Palacio, quienes mantienen entretenido al monarca pero, como se puede ver, nunca como comensales.

Esta costumbre también existió durante alguno de los anteriores Habsburgos. En concreto el Emperador Carlos I lo hacía, pero durante el reinado de Felipe IV desapareció, no reanudándose hasta la llegada de la dinastía francesa. Casi todos los personajes que aparecen han sido identificados por los estudiosos. Hay dos caballeros que parecen destacar, ó quizás esa ha sido la intención de Paret,  por su rica indumentaria y presencia, los dos con atuendo azul y cada uno a un lado de la mesa. El de la derecha podría ser el Conde de Aranda, a la sazón presidente del Consejo de Castilla y que sería después Secretario de Estado con Carlos IV, hombre de ideas y política avanzada, a quién se debe la derogación de las imposiciones que dieron lugar al famoso motín de Esquilache. Por el contrario, el de la izquierda podría ser Pablo Jerónimo Grimaldi, entonces primer Secretario de Estado, hombre de ideas absolutistas, su casa fué asaltada por los manifestantes durante el motín de Esquilache, y por tanto rival político de Aranda.

Es posible que la escena planteada por nuestro pintor tienda a resaltar esta circunstancia.

Podemos apuntar, quizás viene al caso, algo sobre la clase de comida que estaría, es solo una conjetura, comiendo su Majestad. Aún cuando era muy asíduo, como todos los Borbones, al chocolate con nata por la mañana en su desayuno, no compartió nunca con estos la afición por las comidas copiosas y variadísimas de las que venían gozando los reyes de ésta y de la anterior dinastía. Pero lo que fué invariable desde la llegada de Felipe V fué la adopción de la gatronomia francesa tanto en el menú como en los vinos, casi siempre cavas ó champagne del otro lado de los Pirineos, hasta el punto de que los tres cocineros que dirigían la cocina de Palacio eran casi siempre franceses.

 

 


martes, 24 de enero de 2023

luis paret y alcázar - baile popular a la puerta de una taberna - 1770-75

 esta obra pertenece a la colección particular de Alicia Koplowitz, miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, un gran conjunto pictórico que ofrece un recorrido desde el siglo XVI hasta el XXI, con nombres desde Zurbarán hasta, ya en nuestros días, Antonio López, .

Como veis se trata de una escena esencialmente costumbrista, mostrando todo un repertorio de atuendos e indumentarias populares de la España del XVIII, no reparando en detalles y exhibiendo un rico colorido, característica que Paret nunca deja de incorporar, al menos en alguno de los personajes. Aquí, a pesar de ser la obra de una tonalidad marrón, procura añadir alegría y color en el vestido de la jóven bailarina central y en el chaleco azulado brillante de lo que parece ser un instrumentista. Al final el ambiente adquiere un tinte galante y sereno


sábado, 21 de enero de 2023

luis paret y alcázar - la tienda de Geniani - 1772

 este cuadro lo pintó Paret por encargo de su benefactor  el infante don Luis de Borbón, hermano de Carlos III. Al parecer le encargó al mismo tiempo otro para que formaran pareja titulado  La prommenade au Parc, que llevó a cabo en 1773 y que hoy está en paradero desconocido, aunque se sabe con certeza que ambos constaban en la amplia colección del Marqués de Salamanca de mediados del siglo XIX.

Volviendo a Don Luis de Borbón, se sabe que a su muerte la obra pasó a pertenecer a su viuda, María Teresa de Villabriga, y posteriormente a su hija la Condesa de Chinchón, también Teresa, que habreis visto y admirado sin duda en el retrato maravilloso que le hizo Francisco de Goya y que pertenece al Museo del Prado. Luego pasó a ser propiedad del Marqués de Salamanca como ya hemos indicado. Y, finalmente, y ya para acabar este vaivén, acabó, tras pasar por otros propietarios y subastas con los que no os quiero marear, en las manos de Lázaro Galdiano quién lo adquirió en París en subasta pública por 14000 francos de 1922. Hoy pertenece al Museo que lleva su nombre en Madrid.

La obra está ambientada en la tienda que el comerciante italiano José Geniani había abierto en la calle de la Montera de Madrid. El establecimiento estaba magníficamente decorado y por ella pasaba lo mejor de la sociedad madrileña de la época. Como ejemplo, se dice que el Duque de Medinaceli se gastó allí 18000 reales en un reloj de oro esmaltado y guarnecido de brillantes para regalárselo a su prometida, no podía ser para menos, la Duquesa de Alba. 

Para mi gusto, es de las mejores que se pueden ver en la Exposición, incluso algunos historiadores  la consideran una verdadera obra de arte llena de un colorido, delicado y bellísimo, y con una caracterización de los personajes de gran personalidad e independencia, y la comparan con una muy similar del pintor francés Jean Antoine Watteau, le Enseigne de Gersaint de 1720-21. Edmé-François Gersaint fué un célebre marchante parisino que abrió un establecimiento comercial dedicado esencialmente al arte, encargando a este arista la "confección" de un cartel que anunciara, sobre el frontal de la puerta del negocio, su finalidad. Esta última quizá es más distinguida en sus personajes y objetos, diríamos más rococó, que la del pintor español. De cualquier forma sobre ambas obras se han vertido ríos de tinta, y os doy una dirección de la página Academia.edu  , donde, si os interesa, podeis ilustraros ampliamente sobre éste y otros cuadros de Luis Paret y Alcázar 

 


jueves, 19 de enero de 2023

luis paret y alcázar - escena de tocador - 1770-73

 Posiblemente os preguntareis que es lo que está pasando en esta escena tan concurrida, dibujada por Paret a base de tinta. lápiz y aguada grisácea, pero es difícil extraer de su lectura el verdadero sentido, la información que el artista trata de comunicarnos. siendo así que el mismísimo Xavier de Salas, director del Museo del Prado en los años cincuenta del pasado siglo XX y en cierto modo rescatador de la obra, no acaba tampoco de darnos una total descipción exacta de su significado; puede tratarse de un descanso en una representación teatral ó quizá solamente una composición algo más castiza dentro del estilo rococó, estilo que, por supuesto marca casi toda la obra pictórica de nuestro pintor, como lo demuestran algunos de los atuendos más populares que aristocráticos de sus caracteres.

De cualquier forma, tampoco se aprecian mucho los detalles. Por otro lado, según han revelado los estudios radiográficos llevados a cabo, parece ser que Paret había dibujado primeramente un interior nada parecido al definitivo que vemos, un interior mucho más lujoso y sofisticado en correspondencia con el estilo francés imperante, aunque las figuras son exactamente las mismas.

En cierto modo, esta obra y algunas más, me recuerdan al pintor veneciano nacido a comienzos del XVIII, Pietro Longhi, del que adjunto su obra La visita de 1746.  


miércoles, 18 de enero de 2023

luis paret y alcázar - comitiva preparándose para un baile de máscaras - 1767-70

nacido el año 1746, el mismo año que Francisco de Goya, de madre española y padre francés, el niño Paret se matriculó en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid con tan solo 11 años, bajo la tutela artística de Antonio González Velázquez , que por entonces ya había llevado a cabo la decoración pictórica de la cúpula y las pechinas de la iglesia de la Santísima Trinidad de los Españoles en Roma. Con 17 años tuvo la suerte de poder viajar a la Ciudad Eterna como pensionado, gracias a la oportunidad que le brindó el infante don Luis de Borbón, hermano del rey Carlos III, donde permaneció hasta 1766.

La obra que vemos es de un año después y no deja de ser curioso el hecho de que, acompañando a su firma el artista nos informa de su edad en ese momento, 21 años, quizá para destacar orgullosamente su precocidad en esto de las bellas artes. También hay que constatar otra particularidad que la caracteriza, y es el tratarse sin lugar a dudas de ser el primer cuadro sobre el tema de las máscaras que se pintaba tras la prohibición de este tipo de festejos en España por Felipe V. Levantada ésta, Paret conmemora así el Carnaval de Madrid de 1767, fiestas que a partir de ahí se permitieron pero sometidas a un control especificado en un Reglamento.

Permitirme que os traiga siguiendo con ello un comentario muy sabroso sobre las normas aconsejadas en esta nueva regulación;(extraído del comentario de la pag. del Museo del Prado) :

El 4 de enero de 1767 se publicó por orden del gobierno un minucioso reglamento de los bailes en máscara para garantizar “la tranquilidad, decoro, y prudencia con que deben concurrirla, los que la gocen; pues el efecto de la máscara iguala a cuantos la usan, en la confianza de ser todas personas bien intencionadas, respetuosas del público, de civil educación, y adictas a las disposiciones del buen gobierno”. Todos los disfraces tenían que ser confeccionados para ese fin, y las telas debían ser de buena calidad para evitar cualquier indecencia, aunque sin ser preciosas ni estar guarnecidas con adornos delicados como gasas o flores, pedrería o perlas, “aunque sean falsas”, “pues igualándose todos por la máscara, no hacen al caso distinciones demasiado sobresalientes, que tal vez se determinan a usar personas sin conveniencias para ello; consistiendo la principal diversión de la máscara en la mucha concurrencia, en la variedad de trajes, en la conveniente decencia de ellos, en hablar, bailar y entretenerse con el grueso de objetos, que se presentan”. Los “vestidos de disfraz de húngaro, armenio, marinero arriero e inglés” y los “zapatos y guantes de máscara” se vendían o prestaban siempre "con permiso superior", y estaban prohibidos los disfraces de magistrados, eclesiásticos o religiosos.

Os aconsejo que leais el resto del comentario en: 

https://www.museodelprado.es/coleccion/obra-de-arte/baile-en-mascara/993b2b5a-c5c7-4938-b315-291986103c2b 

Seis años después volvió la prohibición

Para mi gusto, esta es la obra más bella exhibida en esta exposición, en la que más se aprecia el gusto rococó y en la que el colorido se manifiesta más suave y delicado. En palabras de Juan J. Luna, Jefe del Departamento de Pintura del siglo XVIII del Museo del Prado,..... Paret es como un meteoro que aparece de pronto en el escenario artístico de la España del XVIII.......Esto es, algo muy distinto de lo que se venía pintando, un caso singular, algo excepcional del que debemos sentirnos orgullosos. 

martes, 17 de enero de 2023

luis paret y alcázar - anibal en el templo de hércules en cádiz - 1766

 algunos de los cuadros que podemos contemplar en las primeras salas de la exposición tratan de presentarnos un estudio comparativo entre éstas y las de su contemporáneo Francisco de Goya, qué como dijimos en la  entrada anterior, era exactamente de su misma edad; además de eso tuvieron unos comienzos como artistas bastante similares hasta el punto de ser galardonados ambos, Paret primeramente el año 1760 en la exposición de la Real Academia madrileña por su obra Estudio de la abdicación de Bermudo I, rey de Asturias, en Alfonso II el Casto  y después, en 1766, esta misma Academia le otorgó un premio de segunda clase por la obra que estamos contemplando sobre Aníbal; a su vez Goya, de viaje por Italia, viaje que al parecer se hubo de costear de su propio bolsillo, se presentó al concurso convocado por la Academia de Parma el año 1771 con su obra, era tema obligatorio, Aníbal vencedor contempla por primera vez Italia desde los Alpes, consiguiendo, si no premio, si una mención especial del jurado, qué, al parecer de muchos, no supo ver la calidad y dominio de la técnica que ya adornaba la labor del pintor aragonés.

El cuadro representa a Aníbal, general cartaginés, en el templo de Hércules, presentando votos a sus dioses antes de emprender campaña contra Roma. Este templo se encontraba al parecer en la bahía de Cádiz cercano al actual Sancti Petri y su nombre se debía a griegos y romanos que identificaban al dios fenicio Melkart con Hércules.

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lunes, 16 de enero de 2023

luis paret y alcázar - el nigromante - 1770-75


 Pluma sobre papel verjurado, amarillento, 271 x 190 mm 

comenzamos la visita a ésta exposicion de Luis Paret Alcázar con uno de sus dibujos a pluma, en la que destacó ya desde muy temprano, en sus inicios como artista, aún siendo difícil para los estudiosos la datación de los mismos. Según se indica en el comentario a ésta obra del propio Museo de Prado, podría haberse inspirado para llevarla a cabo en un dibujo de Jean-Baptiste Le Prince, Le magicien perteneciente al Instituto de Arte de Minneapolis, lo cual es perfectamente factible dada la gran influencia que tuvo nuestro pintor con éste artista francés.

Paret fué a lo largo de su carrera un entusiasta en la disciplina del dibujo con tintas e incluso en la preparacíon de las mismas, como lo demuestra el hecho de haberse encontrado algunas referencias que lo demuestran. Extraído del comentario del propio Museo del Prado, aludido anteriormente, inserto aquí el siguiente párrafo:

 El grabador de la Casa de la Moneda Pedro González de Sepúlveda recogió en sus diarios varias recetas de Paret para elaborar tintas. Además de fórmulas para las tintas parda y dorada, incluyó otra para elaborar una tinta negra especialmente adecuada para los dibujos: "Paret dice que con agua de jabón sobre la losa del pintor que se muele bien el humo de pez para hacer tinta y después se pone un poco de esponja en el tintero que sirve de cendal y se le añade espíritu de vino y un poco de agua goma, o con vinagre estilado que estima buena para líneas limpias y delgadas y no extiende y si no se le echa goma es buena para dibujos que se quiere suelten la tinta o lo dibujado". En esta última frase, como vemos, menciona que era adecuada para dibujos que requerían soltar tinta; es decir, ser transferidos a otro medio, ya fuera otra hoja de papel (contradibujo) o una lámina de cobre preparada con cera para recibir por presión, mediante el tórculo, el calco de un dibujo que luego era grabado.

 


jueves, 31 de octubre de 2013

luis paret y alcazar - oropendolas 1774



Aguada de pigmentos opacos sobre papel verjurado. Perteneciente al Gabinete de Historia Natural del Infante Don Luis de Borbón.

 (extraído de la página oficial del Museo del Prado :  http://www.museodelprado.es/ )

luis paret y alcazar - ensayo de una comedia 1772-73



Era frecuente en el Madrid dieciochesco la celebración de fiestas con representaciones teatrales en casas particulares. En ellas tomaban parte, improvisándose como actores, los dueños de la casa y sus amigos. Una de estas íntimas sesiones de teatro, en fase de ensayo, constituye el tema del cuadrito de Paret. Los personajes aparecen en distintas actitudes y con vestimentas adecuadas a la obra a representar. Al fondo, una de las señoras cose un traje. El cuadro de tema taurino que cuelga de la pared da a entender que se trata del domicilio de una familia distinguida de aficiones modernas. La estancia es alumbrada por una araña de seis lamparillas de aceite que están encendidas (Texto extractado de Quesada, L.: Luz y Lumbre en la Pintura Española, 1992, p. 88).
 (extraído de la página oficial del Museo del Prado :  http://www.museodelprado.es/ )