jueves, 26 de abril de 2012

Kees Van Dongen - mujer con sombrero negro

   
                 
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un cuadro que de seguro ha llamado la atención de la mayoría de los visitantes de esta exposición y de los que hayan tenido la oportunidad de verlo en el Hermitage. Es un retrato elegante y vistoso y pertenece a uno de los fauves, una de las fieras, como los tachó por primera vez el periodista parisino Louis Vauxcelles al emplear la frase cage aux fauves, jaula de fieras, apelativo un tanto exagerado, pero que ayuda a entender por donde iban los tiros. En efecto, encontrarse con las obras de aquellos artistas que expusieron en el Salón de Otoño de 1905, así de repente, en aquellos días de principios del S.XX pudo ser razón más que suficiente , sobre todo al ver su intensidad y disposición de colorido y el olvido de cualquier regla académica de las cuales renegaron abiertamente , para calificalos de tíos fieras, y lo de tíos lo añado  yo para españolizar la frase y hacerme entender bién. Estos años de finales y principio siglo (XIX - XX) constituyen en el mundo de la pintura una gran caldero donde se están cociendo al mismo tiempo varios estilos, quizá diferentes pero todos con el signo de la innovación y la premura del cambio. Y los fauves son unos de ellos ; ponerse delante de una de sus obras llenas de espontaneidad y color es siempre un acontecimiento para la vista y para el espíritu y constituye con seguridad un reflejo directo de la propia personalidad del autor ; además se aplican en la simplificación de elementos , la máxima sintetización, y la mayor emotividad a través de la aplicación del color puro , antinatural , lo más irreal posible. ¿os suena esto?. Pertenece a todos los que atravesaban ésta época tan movida de la historia del Arte.
Quizá la invención de la fotografía hizo pensar a los artistas en un arte mucho más objetivo, personal, separado de la realidad ; para la realidad ya teníamos a la fotografía, vamos definitivamente a rebuscar en nuestro interior, no mires hacia fuera sino hacia dentro, pinta ese arbol rosa y azul en lugar de verde y deformalo a tu gusto si así lo estás viendo tú mismo. Los resultados no fueron feos y caóticos sino bellísimos y emocionantes. Y si no, véase una muestra en el siguiente enlace.

Kees van Dongen, holandés de Rotterdam, aterrizó en París como cualquier artista de la época que se preciara de tal, a punto de finalizar el siglo, en 1899,  y en 1905 estaba ya con los fauves entre los que se encontraban Matisse, Vlaminck y Derain . Además, como no, se estableció en Montmartre, y ese mismo año de 1905 se mudó con su mujer Guus y su pequeña hija Dolly al Bateau-Lavoir, una zona en  la parte alta de dicho barrio bastante cutre pero en la que coincidió casi puerta con puerta con Picasso, su amante Fernande Olivier y algunas de las modelos que colaboraban con Picasso cuando se podía. Compartieron modelos , no amante, y llegaron a ser grandes amigos pero siguieron direcciones distintas. El español ya sabemos, van Doegen derivó casi enteramente hacia el retrato y poco a poco hacia el retrato exclusivo de la alta burguesía : de la pobreza a la fama y el bienestar . Casi todos son retratos de mujer en diferentes ambientes, todos selectos , y muchas de ellas con sombrero, sombreros elegantes, maravillosos algunos y totalmente a la moda. He aquí varios cuadros con sombrero , algunos de van Dongen .El sombrero llegó a ser elemento indispensable en el atuendo de cualquier dama parisina y atributo de su acomodada posición, especialmente unos años después, ya en la llamada Belle Epoque.

Kees van Dongen tuvo encargos de este tipo todavía en pleno 1936 después de haber sido introducido en la alta sociedad, aunque algunos no puedan ser considerados plenamente fauvistas. El que nos ocupa, todavía de 1908 si lo es totalmente. Observar los colores rojo y azul escondidos entre las sombras, las zonas amarillentas del rostro en zonas que deberían estar cubiertas de sombras, la maravillosa pincelada esmeralda claro de la barbilla, los tonos negros del vestido y del sombrero ,alto e inacabado y finalmente esos ojos grandes, hermosos y serenos que no miran a ningun lado merced a la indefinición del cristalino al prolongar su negrura hacia la izquierda. No sigo, me estoy extendiendo mucho, pero os dejo un precioso video sobre sus obras bajado de youtube y debido a juancarlos14151, a quién se lo agradecemos; acompañándolo va  la canción de Juan Manuel Serrat aquellas pequeñas cosas .

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