viernes, 11 de mayo de 2018

ignacio zuloaga - retrato de la condesa mathieu de noailles 1913


Esta obra pertenece actualmente al Museo de Bellas  Artes de Bilbao al haber sido donado el año 1919 por el naviero Ramón de la Sota quién lo acababa a su vez de adquirir en la famosa Exposición Internacional de Pintura y Escultura celebrada ese mismo año en la capital vizcaína.  Estaba valorado al parecer en cien mil pesetas de las de entonces y Zuloaga lo había pintado en París seis años antes.

El retrato como veis es espectacular, no solo por su tamaño, 151 x 196 cms, y su riqueza de color, sino principalmente por su factura : el vestido de la dama y la colcha verde brillante sobre la que descansa son sin duda de lo mejor que pintó en su vida el artista eibarrés. Una gran suerte encontrarlo en ésta exposición de Mapfre que estamos repasando, aunque repito, lo podeis ver cuando querais en Bilbao . Indudablemente se esmeró en su ejecución. ¿Quién era la condesa de Mathieu de Noailles?.

Anna Elisabeth, su nombre de pila, era a la sazón esposa del cuarto hijo del séptimo duque de Noailles, rama aristocrática francesa que se remonta al año 1663, además de princesa de Brancovan, dinastía rumana, por ascendencia paterna. Educada con esmero en su propia casa, hablaba inglés y alemán además del francés, pronto adquirió un destacado interés por las artes y especialmente por la música y la poesía. Su carácter apasionado y vital la llevaría a convertirse en una destacada figura de las letras del París de la época; admirada por muchos y rechazada por otros, es indudable sin embargo el encanto y la atracción que su poesía suscitaba en los círculos culturales que ella misma promovía.  En efecto, su salón en la avenida Hoche de París era habitualmente frecuentado por la flor y nata de la intelectualidad del momento; por allí pasaron entre otros André Guidé, Collete, Paul Valéry ó Max Jacob y, finalmente posiblemente a partir del año 1912, Zuloaga, quién ya tenía abierto su propio estudio en la rue de Caulaincourt.

Es bién conocida la abundante correspondencia entre el artista y su modelo en la que se refleja una mutua admiración. Anna, que a la sazón contaba 37 años de edad, seis menos que él, prefirió desde el primer momento trabajar en el estudio del pintor, donde las posibilidades de ser molestados o interrumpidos eran bastante menores. Lo cierto es que, por las palabras de la propia princesa, Zuloaga
acertó e incluso mejoró con creces las expectativas que en él se habían depositado :
 "Debo decirle con qué emocionante reconocimiento pienso en la perdurable gloria con la que usted me ha colmado por la presencia en el mundo de un divino lienzo sobre el cual todas las miradas se posarán asombradas cuando ni usted ni yo estemos ya."
Es decir, Zuloaga se esmeró, como hemos indicado al principio de estas notas, y Anne da la impresión que quedó subyugada por la obra, incluso se respira en estas palabras cierta admiración por el pintor como persona.......Así, viene a decir al término de los trabajos :
 
pues me encontraba muy bien en su casa, ¡no sólo
en pintura!”.
-eh oiga, no quiere ir demasiado lejos ?

 -tiene usted razón, se me iba la imaginación efectivamente demasiado lejos, pero trataba de expresar, dando a conocer esos detalles de su ejecución, un encanto especial que desde luego la obra refleja intensamente : en la postura de la dama, su maravilloso y casi sensual vestido, su mirada seductora, el pié que muestra una media de encaje, detalle ligeramente excesivo para la época, el cabello suelto y largo, todo naturalmente del máximo agrado de la mecenas y posteriormente de sus fieles admiradores y enseguida del público en general. Sin embargo nunca se expuso en París, pero sí en Estados Unidos en 1916 y 1917 para, solo dos años después, acabar en Bilbao como ya hemos comentado anteriormente.

Anna Elisabeth murió con 57 años y fué enterrada en París; era poseedora de la Legión de Honor, del Grand Prix de la Académie Francaise y pertenecía a la Real Academia Belga de Lengua y Literatura francesas. El  divino lienzo con su retrato sigue asombrando a todas las miradas que se posan en él



No hay comentarios:

Publicar un comentario