jueves, 13 de octubre de 2022

emilio sala - expulsión de los judíos - 1889


bueno. ahora abordamos la obra de un grandísimo pintor español, quizás, dentro de su género, de los mejores con que contamos en las postrimerías del siglo XIX, no solo por sus realizaciones pictóricas de todo tipo, sino por su consideración de maestro de toda una generación de pintores. Su ensayo titulado la gramática del color fué manual de consulta indispensable para todo pintor de su época.

Aunque incluída por su tema ésta obra en la exposición del Prado que estamos siguiendo, no es sin embargo este género historicista el que más puede caracterizar a Sala, dado que en realidad solo llevó a cabo tres obras que pueden ser consideradas integradas el. Entre ellas figura la llamada prisión del Príncipe de Viana, del Museo del Prado, galardonada con medalla de plata en la exposicion Nacional de Madrid.

En efecto, bién pronto comenzó a hacer una pintura más moderna, más colorista, mucho más naturalista, cosa que podeis apreciar en sus trabajando en el jardín ó muñeca abandonada, perteneciente ésta última al Museo Thyssen de Málaga.

Sala fue también en algunas ocasiones requerido para decorar locales, entre ellos las cafeterías de la capital de España más conocidas y concurridas de su época, la Cantina Americana, para la que llevó a cabo sobre lienzos separados temas tales como la manzanilla, el champán, el bocadillo ctr., y el restaurante Fornos donde, a su vez, representó obras relacionadas con el té, el café, el vino... en fín, como veis tenía una gran predisposición para incorporar en sus obras todo tipo de innovaciones relacionadas con la decoración artística y facilidad para hacer suyos cualquier avance y novedad que se cruzara en su carrera.

La obra que estamos contemplando fué presentada sin ningún éxito en la Exposición Universal de París del año 1889, pero si lo alcanzó en la de Madrid del año siguiente y definitivamente en la de Berlín un año después, donde fue galardonada con medalla de oro; en vista de ello, el Estado español la compró para incorporarla al Museo del Prado.

Es una obra muy estudiada y valorada por los estudiosos ya que, observarla con atención, incorpora algunas innovaciones respecto a lo que, como norma general, marcaba la mayor parte de otras obras de éste género:

en efecto, en primer lugar su formato es vertical en vez de horizontal.

siendo un ámbito reducido el que acoge toda la escena, su concepción espacial, dejando bastante vacío el primer plano, hace parecer la estancia muyo más grande

sitúa al judío, interpelado ante sus inquisidores, completamente de espaldas, remarcando su "innoble" condición de reo.

Torquemada, posiblemente es él, invocando violentamente un gesto acusador, descaradamente está de espaldas a los mismísimos Reyes, que permanecen ausentes y rígidos en segundo plano, enfatizando así la preponderancia eclesial en el asunto

por último, la ejecución es mucho más suelta y luminosa, anticipo de toda su obra posterior, acercándose ya a los próximos pintores mediterráneos.        

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