miércoles, 18 de mayo de 2022

curación de un jóven ciego - francesco albani


 

el año 1604 Carracci recibió del noble español Juan Enríquez Herrera el encargo de llevar a cabo la decoración y trabajos aplicables de la capilla de su propiedad en la iglesia de San Giacomo degli Spagnoli, en el mismo lugar que hoy ocupa la de Nuestra Señora del Sagrado Corazón en la plaza Navona de Roma.

La capilla en cuestión estaba dedicada al parecer al franciscano y santo Diego de Alcalá, objeto de culto y veneración por sus obras y por sus curaciones milagrosas; entre ellas, parece ser, estaban las del mismísimo infante don Carlos, hijo de Felipe II de España quién, como sabeis, a pesar del milagro, tuvo una vida corta y desdichada. Pero también intervino milagrosamente en la del propio hijo de Herrera. De ahí que los milagros de San Diego sean el principal motivo de los frescos que la decorarían y que vamos a ver ir siguiendo. 

Este que vemos estaba situado en uno de los muros laterales de la capilla y representa al santo con un recipiente de aceite en su mano izquierda mientras con su derecha pasa éste suavemente sobre los ojos del invidente. El fresco es atribuído casi con unanimidad a Albani de quién incluso se conservan dibujos preparatorios en el Museo Nacional de Estocolmo. 

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