La obra es típica de las fiestas galantes de Watteau, pequeñas 
escenas de comienzos del Rococó que representan placenteras fiestas 
rodeadas de árboles y naturaleza exuberante llenas de exquisita 
sensualidad, delicadeza y lirismo. Watteau muestra en estas piezas 
escrupulosos estudios de la sociedad del momento sin dejar escapar algún
 toque cínico proveniente de su conocimiento de la escenografía teatral 
de la Commedia dell Arte. En esta obra el artista ha representado a una 
serie de parejas y grupos de personajes en el claro de un bosque, 
presididos por las fuentes de Neptuno, dios de los Océanos, y Ceres, 
diosa de la fecundidad y del matrimonio. Es un claro ejemplo de su 
técnica, de pincelada rápida y jugosa, y gran sensibilidad para el uso 
de la luz, características que tomó de los cuadros barrocos de Pedro 
Pablo Rubens y de la pintura veneciana. Este cuadro aparece registrado 
en el inventario de 1746 de la colección de Isabel de Farnesio 
(1692-1766) en el Palacio de La Granja de San Ildefonso, en 1794 en el 
Palacio de Aranjuez y en 1814 en el Palacio Real de Madrid.
 (extraído de la página oficial del Museo del Prado :  http://www.museodelprado.es/ )

 
 
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