jueves, 31 de octubre de 2013

juan van der hamen - plato con ciruelas y guindas 1631



Sobre un plato de peltre o estaño, propio de los ambientes domésticos de los siglos XVI y XVII, colocado sobre un alargado sillar sobriamente definido se observa un agrupamiento de frutas cuyo cromatismo contrasta vivamente entre sí: rojizo y transparente en unas, azulado y opaco en las otras; tal combinación produce un elegante efecto decorativo, aumentado por el carácter discreto del conjunto que, aparentemente, poco tiene que ver con otras creaciones del maestro, más acordes con la prosopopeya acumulativa del Barroco. Fueron varios los pintores españoles que al igual que elaboraban cuadros eminentemente complicados, llevaban a cabo creaciones de sorprendente simplicidad.El autor, sin duda, escogió estas sencillas vituallas así como los elementos que las acompañan necesariamente por el deseo de reproducir sus formas, su consistencia, su materia, sus colores y los reflejos que sobre todo ello provoca la luz que se difunde suavemente desde la izquierda. Gusta de alternar las áreas envueltas en sombra con las bien iluminadas y la gama cálida con la fría, a fin de alcanzar un concepto de perfección dotada de autenticidad, que expresa de manera convincente su sabiduría más que consumada para que el conjunto ofrezca a ojos del espectador las apariencias de la realidad.Por el momento nada puede afirmarse referente a la fecha de realización de la pieza pero, siguiendo las precisiones expresadas en el párrafo anterior, cabe pensar en una datación tardía en la trayectoria del maestro (Texto extractado de Luna, J. J.: El bodegón español en el Prado: de Van der Hamen a Goya, Museo Nacional del Prado, 2008, p. 60).

 (extraído de la página oficial del Museo del Prado :  http://www.museodelprado.es/ )



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