y este es el otro cuadro del Greco què, desgraciadamente, no veremos al visitar la Capilla de San José. Si encontraremos una copia aceptable pero no el original qué se encuentra en la Galería Nacional de Washington, donde fué a parar, junto con el de la Virgen y el Niño, no sin dan lugar el hecho
a una gran polémica a nivel local y nacional sobre si se pudo o no evitar. Aquellos años de finales del XIX fueron de exaltación de la figura del Greco como pintor, y no solo eruditos y estudiosos del mundo del arte se interesaban cada vez más en su pintura, sino que galeristas,coleccionistas y particulares con posibilidades económicas, intentaban hacerse con alguna de sus obras a cualquier coste, obras que según llevamos viendo, estaban muy repartidas por todo el mundo, dada la gran producción de versiones y copias que salieron del taller toledano 300 años antes. En éste caso no se trataba de copias de taller sino de obras únicas y de las mejores del cretense. Sea como fuere, hoy día aún no han vuelto a su capilla de origen que es donde deberían estar por pertenecer al proyecto original de un artista, en este caso un altar del Greco. No es lo mismo visitar a un hombre ilustre que a su secretario particular ó ir a ver las joyas de la Corona en Londres y encontrarse con copias de las mismas. Lo mismo ocurre con la Trinidad de Stº Domingo el Antiguo, en el Prado, ó la Asunción de éste mismo templo toledano que aún sigue en el Instituto de Arte de Chicago por mor del dinero. Yo mismo vi por mi cuenta la copia que la ha sustituío e, ingenuo de mí, creí durante algunos años que había admirado algo salido de las manos del Greco, hasta que me desengañaron los profesores y los libros.
Afortunadamente en esta exposición estamos viendo el original del San Martín cedido para la misma.
San Martín, el santo más famoso y celebrado en Europa al comienzo del invierno. Son innumerables las parroquias en Francia y en el resto de Europa que están bajo su advocación. El 11 de Noviembre se come ,se bebe, se matan los cerdos ó los gansos cebados, dependiendo del lugar, ó se reparten regalos entre los niños a la manera de los santa Claus ó san Nicolás. En este mismo blog podeis admirar la obra de Pieter Bruegel el Viejo el vino de la fiesta de San Martín restaurado magníficamente por Elisa Mora y su equipo. Así, la festividad de San Martín de Tours coincide con el primer vino del año, acontecimiento que he podido saborear algunas veces en la vecina Francia, donde se vive intensamente. Yo lo hacía en las instalaciones de Airbus en Toulouse, donde se paraba el trabajo para saborear durante algunas horas ese primer vino nuevo que nos sabía como las mismas glorias fuese cual fuese su calidad. Podeis leer el siguiente artículo de Celtiberia.net donde se habla de esta festividad.
http://www.celtiberia.net/es/biblioteca/?id=760
-oiga, puede volver al Greco, por favor.
Perdón, eran algunos recuerdos. Siempre asociaré a San Martín con Airbús Industries y perdonemé mi frivolidad. Esta obra fué realizada por el Greco a su libre elección y es desde luego producto de su nueva forma de hacer, donde todo se sale de la ortodoxia y la formalidad. Soldado nacido en Hungría al servicio de la Roma imperial, socorre a un mendigo en Amiens, Francia, y no pudiendo ofrecerle dinero ó alimento, le entrega la mitad de su capa. Le vemos cortándola en dos partes con su espada. Esa misma noche Martín soñó que recibía la visita del mismo Jesús envuelto en su restante media prenda, "lo que hagais por ellos lo estareis haciendo por mí", y el hecho le llevó a convertirse de la noche a la mañana en fiel seguidor de su doctrina. A partir de ahí la tradición y las leyendas locales fueron haciendo el resto hasta convertirlo en uno de los más populares santos de Europa. Patròn de Francia y Hungría, a su muerte a los 81 años fué escoltado hasta la tumba por un cortejo de más de 2000 monjes. Es además el patrón de Buenos Aires.
El Greco representa tres figuras de lo más insólito: un jovencito imberbe de tez muy pálida revestido de riquísima armadura sobre un desproporcionado caballo, da parte de su capa a un mendigo, casi un adolescente, exageradamente alto y anguloso de formas. El resto, cielo gris y un paisaje escaso de fondo donde se intuye uno de los puentes toledanos; no hay más historia y sin embargo el resultado es un conjunto de lo más espiritual y sugerente, como si ese alargamiento de las figuras las acercasen ya hacia lo eterno.
Por otro lado el personaje principal de éste hecho no es quién debería ser, Martín, sino el propio mendigo, que en su excesiva elevación y actitud serena y humilde está ennobleciendo al soldado montado convirtiendo toda la escena, como decimos, en un acontecimiento totalmente sobrenatural.
Para finalizar debo deciros que hoy mismo he recibido en Toledo la desagradable sorpresa de no poder visitar la Capilla de San José por estar, otra vez cerrada al público. Estuvo abierta durante el año del Centenario, 2014, y , aún no he podido averiguarlo, hoy por hoy, vuelve a no estar visitable. Esperemos que dure poco.