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La visita del médico , ó quizá se la hubiera podido llamar "el mal de amor", que posiblemente es lo que Metsu nos quiere mostrar: una dama de la clase media-alta, desde luego acomodada, que languidece por algún tipo de carencia amorosa que le provoca melancolía, falta de apetito ó cambios bruscos de humor. No, no nos estamos aventurando demasiado en nuestras conjeturas sobre las intenciones del pintor, ya que este tema estuvo de moda precisamente durante gran parte del siglo XVII en Holanda, y no solo Metsu, sino también Samuel van Hoogstraten, Jan Steen y muchos otros pintaron mujeres, casi siempre adolescentes y jóvenes, aquejadas de esta romántica dolencia. Incluso se sabe que durante la segunda mitad del siglo se dieron en las Universidades de Leiden y Utrecht hasta diecisiete disertaciones sobre el tema. Fijaros en el doctor y sobre todo en la dama de compañía de la derecha, observar que su gesto no es en ningún modo de tristeza ó abatimiento sino más bién se nos antoja un tanto suspicaz. De los pintores mencionados, Jan Steen se lleva la palma con casi cincuenta visitas de Doctor, y dos de ellas las traemos aquí : Jan Steen (1), Jan Steen (2).
Pero hablemos de Gabriel Metsu . Hace poco más de un año, quizá dos, tuvimos en Madrid la suerte de ver una exposición, creo que también en el Prado sobre el gran pintor del Siglo de Oro holandés Vermeer, y creo que a las numerosísimas personas que tuvieron el gusto de verla, entre las cuales tuve la suerte de encontrarme, nos dejaron sus obras realmente maravillados. Pués bién, hace un siglo y pico , hacia finales del siglo XIX, nos hubieran traído no a Johannes Vermeer sino a Gabriel Metsu, como la figura indiscutible de la pintura de género holandesa en su mayor época de esplendor. En efecto, durante todos los siglos XVIII y XIX , Metsu era el más considerado y mientras sus obras eran febrilmente admiradas y adquiridas para las colecciones de los nobles de toda Europa, Vermeer era casi desconocido. Ha sido durante el siglo XX cuando la figura de este último ha sido redescubierta , estudiada y, meritoriamente, admirada.
Del porqué de los valores de nuestro artista y su obra no hace falta desarrollar ninguna tesis, basta con ver este cuadro que hemos traído. No puede ser más hermoso ni estar mejor construído e iluminado, la blancura central rodeada de rojos y granates y rematada por una falda de una calidad, color y textura asombrosas, solo quizá superadas por las franjas de armiño blanco que enmarcan la chaqueta. Fué un gran pintor de escenas de la vida corriente de los holandeses el Siglo XVII, al principio escenas más rurales y posteriormente de la clase media y la nobleza. Traemos uno de sus autorretratos, que se autotituló Autorretrato de un cazador bañándose, !un autorretrato bañándose!, no es nada corriente en la historia del Arte, pero no direis que no nos permite conocer a Gabriel Metsu algo mejor que con un simple retrato de cara .Metsu se autorretrató también como personaje de alguna de sus obras.
Otras obras suyas y algunas damas más con mal de amor
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