jueves, 21 de febrero de 2013

edward hopper - torres de S.Francis, Stª Fé 1925



otra preciosa acuarela de estos años, donde una vez más hace al sol y a su luz protagonista de la escena, Tampoco falta el poste de la luz ó del telégrafo y aprovecha una vez más su sombra arrojada para proyectarla con soltura sobre el conjunto urbano. Frente a la arquitectura vertical y ecléctica de las torres opone la horizontalidad y simplicidad de estructuras planas modernas y austeras, sin asomo de adorno o complejidad alguna, un aglomerado de modestas paredes y tapias de barriada. El contraste entre ambas , que acentúa con el color cálido de los ocres de las primeras, es la clave de esta bellísima composición.
La iglesia de San Francisco de Assis de la ciudad de Santa Fé, en el estado de Nuevo Mexico, una iglesia de estilo ecléctico construída en 1878,  empleando estilos arquitectónicos pasados, pero de cierta gracia al menos en sus torres, es famosa por alojar dentro la Capilla de Loreto donde se encuentra su famosa escalera en espiral.  -Oiga, famosa ¿porqué?- Pues por considerarse en cierto modo un milagro su propia existencia y su equilibrio estático. -Explíquese, porque....-. Posiblemente la rapidez de su construcción  en un plazo relativamente corto, gracias al empleo de materiales prefabricados y al uso de elementos de sujección de avanzada tecnología, al estilo de la torre Eifel francesa, y el no existir documentación alguna sobre su ejecucción, sorprendió a los habitantes de Santa Fé, hasta tal punto que se empezó a hablar de milagro y esta referencia a lo sobrenatural se extendió a su propio equilibrio como estructura, sin duda en cuanto pudieron contemplarla, pues, podeis verla, es , al menos aparentemente, un reto a la mecánica clásica. Más aún , la barandilla, el pasamanos, se puso bastante más tarde, por lo que el efecto de puro milagro qué esa espiral casi sin apoyos hacia los cielos produciría, debió ser contundente en la mente de los parroquianos.

Ese año , todas en Santa Fé, Hopper pintó, ya liberado definitivamente de sus encargos y contratos como ilustrador y también, qué lástima, como grabador, siete nuevas acuarelas que entregó enseguida a Rehn para su venta. También de ese mismo año es skyline near Washington square, acuarela sobria y muy representativa del espíritu que poco a poco iba caracterizando ya casi todas sus obras. Fué llamada durante un tiempo, Autorretrato, aludiendo quizá a la talla física del propio Hopper , pero podría también haberse referido a su carácter y estilo de trato.

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