todo lo dicho en la entrada anterior sobre la Exposición de Chicago del año 1933 se podría decir de la de New York acontecida seis años después, en una situación mundial, sin embargo, bastante más crítica. La exposición fué inagurada tan solo cuatro meses antes de que las tropas alemanas cruzaran la frontera polaca y ,no obstante, el acontecimiento, me refiero por supuesto a la exposición, fué una explosión de optimismo y esperanza en la humanidad.
El mismísimo presidente de la nación, Franklin D. Roosevelt, uno de los grandes dirigentes que ha tenido Norteamérica, presidió la ceremomia de inaguración y su discurso a tal efecto fue televisado por primera vez, constituyendo para la cadena NBC su estreno en las emisiones para la ciudad de New York. El milagro de la televisión había llegado. El espíritu de la muestra se condensó en el slogan : el mundo de mañana, es decir la esperanza en un mundo mejor a través del esfuerzo y el trabajo de cada día y con la ayuda de la tecnología y los avances de la ciencia. Toda la nación y todo el mundo andaban muy necesitados de un poco de fé en el futuro, y todo lo mostrado en esta gigantesca feria contribuiría a conseguirlo.
Y el cartel que vemos también sigue esta línea : maravillosa la muchacha en su semblante pleno de alegría y optimismo elevando su mano al cielo en un gesto que quiere superar todas las tristezas y amenazas de la época. Unos castillos de fuegos artificiales, asomando por detras de uno de los edificios más representativos de la exposición, una esbelta y afiladísima aguja, acompañan su movimiento y lo enfatizan. El cartel es todo alegría. El panorama mundial era todo tristeza. Ni idea tenían la mayoría de los ciudadanos que pasaron por la Feria ese año que su país acabaría erigiéndose en protagonista de primera fila en la contienda que estaba a punto de empezar y que éste mismo espíritu optimista y decidido les daría alas para luchar por un mundo en paz y en contínuo progreso, como así ha sido en general a raíz de la última gran guerra.
Esos edificios blancos representados,recién mencionados, Perisphere y Trylon ,constituyeron el emblema de la Exposición. Uno en forma de enorme aguja de tres caras (trylon) de 190 metros de altura, y el otro una esfera , también enorme , de 180 pies de diámetro que albergaba en su interior toda una gran representación del mundo del futuro en forma de una ciudad con toda clase de adelantos que el visitante veía desde arriba según era conducido sobre un pasillo móvil, y quedaba extasiado ante los adelantos y ventajas que la técnica y la ciencia aportaban : !que maravillosa y cónfortable la vida en una ciudad así!. A la salida recibían un pin con la frase impresa : He visto el futuro. Hoy han desaparecido, pero durante bastantes años fueron utilizados en representaciones teatrales, y su imagen y, sobre todo, su significado, han servido como iconos en multitud de creaciones , desde cómics hasta produciones cinematográficas, la más conocida de ellas, Pinocho, donde Walt Disney utiliza estos símbolos en la isla del placer, ese lugar atractivo y de perdición donde son conducidos los niños perezosos .
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