martes, 1 de octubre de 2024

artemisia gentileschi - susana y los viejos -1623

 la bella Susana, sorprendida cuando sale del baño por dos hombres ya viejos, muestra con su gesto su rechazo a las pretensiones sexuales de estos. El juicio al qué tuvo que enfrentarse nuestra pintora, del que ya hablamos en nuestra anterior entrada, Judith y su criada, tuvo una gran repercusión entre la población de Roma y, aunque fallado a su favor, debió marcar para siempre su vida y como consecuencia su interés a la hora de elegir los temas que llevar a sus obras, al menos en los años posteriores a su paso por el citado tribunal. Posiblemente esta obra que estamos viendo fué una consecuencia directa de ese estado de ánimo. Al fín y al cabo nos está mostrando un acoso sexual, ó mejor, un intento de llevarlo a cabo.

De cualquier forma, Susana y los viejos es uno de los temas bíblicos que más veces se ha llevado a los lienzos.

Podéis encontrarlo en capítulo 13 del Libro de Daniel. Según reza, Susana, mujer de un rico comerciante judío, se bañaba tranquilamente en los jardines que poseían. Los viejos en cuestión no eran ni mucho menos extraños en esa casa ya que, como jueces que eran, tenían gran relación con el marido de Susana. Admiraban como cualquiera su belleza, pero se fué despertando en ellos el deseo de poseerla hasta que un día deciden abordarla cuando se baña, sola y sin ninguna de sus sirvientas alrededor,  con esas intenciones. Al rechazarles, la amenazan con la acusación de haberse citado con un joven, y que para ello habría prescindido de sirvientas. Esto es la acusarían de adulterio, delito que en aquellos tiempos y en esa sociedad se pagaba con la muerte. Susana no cede, prefiriendo la muerte a ser deshonrada. Citados todos a juicio, este se desarrolla en en unos términos totalmente amañados y la joven esposa es condenada a muerte. Implora a Dios su ayuda y éste manda a Daniel, todavía un niño y futuro profeta, quién intervienen el proceso y pregunta por separado a cada uno de los viejos acusadores: bajo que árbol pecaba Susana con el supuesto joven ?, uno contesta , bajo una encina y el otro bajo una acacia. Finalmente ella es absuelta y los viejos son dilapidados.

Como veis, el suceso es en esencia muy parecido al que le aconteció en su vida real a Artemisia, quién en su obra prescinde de cualquier tipo de vegetación y otros detalles que pudieran ambientar una escena desarrollada en el  precioso jardín de cualquier rico comerciante. Compárese con el cuadro del mismo título debido a Pedro Pablo Rubens y que pertenece a la Real Academia de bellas Artes de San Fernando

el tema lo trató Artemisia en otras dos obras:   la que pertenece a The Burghley House Collection, Stamford, Lincolnshire., del año 1622, y la de la Pinacoteca Nacional de Bolonia de 1652


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