cuando la mujer del pintor, Jo, posó para este cuadro, tenía ya 69 años, por lo que o bién Hopper fué bastante benévolo repesentándola ó quizás ésta se conservaba todavía muy bién físicamente. Ese cuerpo podía muy bién ser el de una mujer de treinta y tantos , pero........A mí, personalmente, me parece excelente que represente como quiera a su mujer, ó mejor, que haga uso del modelo en la forma que desee, envejeciéndola, embelleciéndola ó rejuveneciéndola , al fín y al cabo , los/as modelos solo sirven al pintor como objetos de los que extrae lo que necesita para su obra, esto es, no están para ser exactamente copiados sino para ser utilizados . En esta y en muchos otras obras de Hopper sabemos que la mujer es Josephine, su propia mujer, porque nos lo ha dicho ella misma desde sus anotaciones y diarios, pero, ...¿quién era la famosa Gioconda?, ¿se parecía a la modelo?, ó bién ¿se la inventó totalmente Leonardo?. Desde el punto de vista de la calidad y emoción artística de la obra, nada de ésto importa lo más mínimo, en realidad solo tienen estas questiones interés para el estudioso , ninguna para el emocionado espectador fascinado por la belleza del rostro de la muchacha.
En este caso, la mujer no es más que uno de los seis objetos que componen la austera y alegrísima obra de Hopper ; los otros son : un cielo azul radiante de la mañana, un edificio de ladrillo rojo que representa el exterior, la ciudad americana, la calle, después viene una gran ventana abierta ó cerrada con cristal que marca la división interior -exterior, una pared magníficamente soleada, y una cama utilizada. Todo inundado de sol y , sorprenderos, estudiado por su autor hasta el más mínimo detalle, según bocetos qué así lo confirman. Así pues las obras de Hopper son tan sencillas de composición como complicadas de estudio y elaboración. No hay nada dejado a la improvisación.
Podeis comprobar la similitud que hay entre su otra obra Rooms by the sea y ésta . Parece que solo se diferencian en la mujer y que la primera tiene el mar de Truro y la segunda la ciudad de Nueva York. Pero ambas son tremendamente optimistas y llenas de vida.
Os dejo una página excelente de interiores de Hopper , obras con escenas de interior, de cada una de las cuales se puede extraer en mayor o menor grado algunas de sus más definitorias características . Entre ellas están , por supuesto, Morning sun y Rooms by the sea, que junto a Woman in the sun y Sun in an empty room, pertenecen a los años 50 y 60´s, época creo bastante luminosa y alegre en lo que al color se refiere.
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