El año 2016 se llevó a cabo en el Museo de Prado de Madrid una exposición de éste escultor catalán, Miguel Blay y Fábrega , para celebrar el 150 aniversario de su nacimiento en el pueblo de Olot.
Se presentaron en ella 19 piezas de gran belleza, naturalistas y llenas de contenido simbólico entre las que se encontraba la que ahora presentamos, obra en escayola realizada en nuestro país, inmediatamente después de regresar de París, ciudad en la que estudió y en la que años más tarde en 1901, además de ser galardonado con primera medalla en la Exposición Universal celebrada el año anterior, recibiría el título de Caballero de la Legión de Honor.
Blay en sus obras se adhiere al modernismo más puro en la delicadeza de sus curvas, sus formas ondulantes y cierta inspiración en la naturaleza. Podeis admirar a este respecto su conjunto escultórico llamado la canción popular que decora una de las esquinas de la fachada del Palacio de la Música Catalana de Barcelona.
Otra de sus esculturas presentada en la exposición del Prado de 2016 antedicha es la que lleva por nombre Eclosión , obra en mármol de Carrara, que decoró en el pasado los jardines de la Biblioteca Nacional de Madrid y que probablemente hayais admirado más de una vez en nuestro museo madrileño al que pertenece.
De nuevo plenamente dentro de las intenciones de nuestra exposición, al ideal representa el amparo de la pureza, la virginidad y la inocencia del alma, amparo ó preservación simbolizados en la figura femenina que porta esa flor y delicadamente, único contacto, toma el codo de la niña. Esta, a su vez, recoge sus brazos sobre su pecho principiante en una actitud de gran dulzura y candidez.
Para mí lo mas hermoso del conjunto es la curva que conforma el abdomen de la pequeña; si alguna vez la veis, fijaros en este maravilloso detalle naturalista y a la vez lleno de sensualidad.
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