miércoles, 8 de febrero de 2017

pierre bonnard - la table 1925


 Estamos ahora frente a la primera obra de Bonnard que pasó a formar parte de la Tate Gallery de Londres   al año siguiente de su ejecución, en 1926. Dos años antes, el acaudalado magnate textil y gran coleccionista de obras de arte Samuel Courtland destinó nada menos que la suma de 50.000 libras para la adquisición de obras de marcado carácter impresionista ó post-impresionista, las cuales pasarían directamente a formar parte de los fondos de la National Gallery y de la Tate Gallery de Londres. Magnífico gesto de un hombre apasionado hasta el extremo por el arte y, desde su encuentro con la pintura francesa del momento en la exposición llevada a cabo en el Burlington Fine Arts Club, con los abanderados de estos movimientos del otro lado del canal. Así, obras como los melocotoneros en flor de Van Gogh,  El Bar del Folies-Bergère de Manet ó una de las famosas Montañas de la Victoria de Cezanne, entraron a formar parte de éste lote, del qué, como hemos indicado, formaba parte también  la Table de Bonnard, un Bonnard ya por entonces conocido y valorado por artistas como Matisse y Signac, aún cuando tuviese detractores, algunos del calibre de Picasso, pintor que nunca le comprendió, quizá por poseer sensibilidades totalmente opuestas.
El genial malagueño consideró a nuestro pintor como un perfecto "indeciso" y de éste modo le tachó , permitirme la palabra, para siempre. Así, escribió de él:

....no es pintura lo que hace. Nunca va más alla de su propia sensibilidad. No sabe como escoger. Cuando pinta, por ejemplo, un cielo, quizá lo pinta primeramente azul, más ó menos como lo vé. Pero se fija después algo más y vé que lleva algo de color malva, y aplica uno ó dos toques de éste color. Pero a continuacíón detecta que el azul es algo rosa, sí, lleva rosa, así pués no hay ninguna razón para no añadir algo de rosa. El resultado es un potpurri de indecisión. Si sigue mirando añadirá también amarillo....en lugar de decidir inicialmente que color tiene realmente. La pintura no se hace de ésta manera. La pintura no es cuestión de sensibilidad, es cuestión de aprovechar el poder de la naturaleza, estar por encima de ella, no esperar que nos suministre información y buenos consejos.......

-y digame, usted con cual va?.

-Pués mire, yo no soy ningún experto en el análisis exhaustivo del arte, pero la primera regla a aplicar en todos los casos al ver una obra es pasar de las posibles formas de ejecución que pueda haber tenido el pintor de marras y ajustarse al verdadero resultado final, qué es lo que realmente nos transmite el artista; si definitivamente el cielo que refiere Picasso nos aparece como una amalgama torpe de colores amontonados en el lienzo, tendría razón don Pablo, pero mucho me temo que casi nunca es así, y si no repase sus lienzos y dígame donde aparece algo que moleste ó este fuera de la armonía y belleza que en general pone en cada centímetro cuadrado de sus obras. No, viendo las obras de ambos pintores, a Picasso lo que le sacaría de quicio sin duda sería la aparentemente lenta elaboración y minuciosidad del francés derivada de su afán de exactitud y de querer plasmar la esencia de los objetos y las actitudes, el color de la manzana incorporando uno a uno todos sus matices, sombras y reflejos en toda su gama, ó las múltiples tonalidades de la nieve a la luz de la tarde......objetos todos que Picasso despacharía con colores lisos y líneas precisas, rápidas y, es verdad, acertadísimas al primer intento: aquí mando yo y decido, no me someto a nada.
El resultado, en ambos pintores, son obras llenas de fuerza y belleza, cada una por su lado, pero eso es lo mejor : la inmensa diversidad que caracteriza el mundo del arte.     

Así, con ésta adquisición para la Tate, Bonnard entra en el mismo saco que los post-impresionistas, aún cuando su forma de ver la realidad le separa claramente de ellos; es un artista cada vez más independiente aún cuando se puedan ver en sus cuadros algunos parecidos e incluso formas de hacer que vemos en las obras de impresionistas y post -impresionistas coetáneos declarados. En efecto, no fué ,ni mucho menos, un pintor directo, no representaba el objeto llevándolo al lienzo según se le presentaba, tal como haría Van Gogh y muchos otros impresionistas. Todos y cada uno de los objetos que podemos ver en la table , todas las escenas cotidianas ambientadas en interiores domésticos ó en bellos exteriores de jardín e incluso sus paisajes más amplios han pasado por sus blocs de apuntes, sus estudios previos de taller y, principalmente, por su propia recreación mental, hasta ser entes arraigados y familiares dispuestos ya para su traslado a la obra. Es un artista de lenta y concienzuda elaboración que se apropia de lo cotidiano, lo hace profundamente suyo y, por fín, lo introduce en la superficie de su cuadro., no como un objeto aislado, sino entrando a formar parte de un todo armónico donde los colores y su interrelación constituyen su principal objetivo.

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