jueves, 27 de febrero de 2014

salvador dali - monumento imperial a la mujer-niña 1929



es difícil penetrar en los mundos internos de Dalí, condición indispensable para intentar dar una explicación a cada uno de los elementos, siempre abundantísimos, de sus obras. Elementos qué, además, las más de las veces el pintor los incluye aislados en su significado del resto y de la obra total, esto es, cada uno vive por su cuenta en el cuadro. Esto da lugar a pensar que Dalí no tendría posiblemente muchas veces una idea precisa de todo lo que iba a sacar a escena, ni como ni en que orden irían actuando y , me atrevo a decir, ni siquiera del título, que maduraría durante su concienzudo desarrollo. No quiere esto decir que todas sus obras surrealistas puedan haber seguido este proceso y veremos también muchas con una idea central común y con todas sus partes subordinadas en su significado a la misma.
Esta obra de 1929 nos mete de lleno en el surrealismo daliniano y puede tratarse de una de sus primeras obras en la que se vislumbran luces de optimismo y de liberación de sus miedos, traumas y temores que llenan sus cuadros en los años inmediatamente anteriores. Aquí todos ellos, envueltos en el estilo academicista, relamido por los últimos brotes del modernismo aún imperante, asisten atónitos a la llegada del hada mágica que poco a poco los irá eliminando ó, al menos, sublimando : Gala.

Elena Ivanovna Diakonova , diez años mayor que Dalí, nació a las orillas del Volga, en la ciudad rusa de Kazán y tras estudiar en Moscú con resultados brillantes, vino a parar a sus 18 años a un sanatorio suizo para curarse de una tuberculosis. Allí conoce al futuro escritor surrealista Paul Eluard, joven de su misma edad con el que rápidamente congenia y con el que se casará tres años después, en 1917, en plena Guerra europea. Ambos se integran en el movimiento literario y artístico surrealista del París de posguerra, adonde acude Dalí el año 1929 de la mano de Buñuel, quién le pone en contacto con Eluard y André Bretón, una de las cabezas de éste movimiento. El pintor queda prendido en la poderosa personalidad de la joven rusa y poco a poco la va incorporando en su profunda espiritualidad, como lo demuestran las constantes citas en sus escritos. Pero el paraíso se hace realidad cuando el verano de ese mismo año, accediendo a la invitación del pintor, René Magritte y su esposa, Goemans, el marchante, con la suya, Paul Eluard y Gala con su hija y por último Buñuel, aparecen en Cadaqués.

Aquí comienza pués una nueva etapa en la vida de Dalí que inmediatamente se refleja en su obra pintada y escrita y que durará nada menos que toda la vida. En adelante serán Dalí y Gala.

Y ésta obra que estamos viendo es, como hemos dicho, uno de sus primeros frutos. Sus terrores, sus miedos sexuales en forma de cabeza de león, sus caras monstruosas, el buitre,  se desvanecen y desprenden por la parte superior  del monumento. Las manos, instrumentos indispensables y directos de la representación del subsconsciente, aparecen decrépitas, deformadadas y embebidas en la corriente ascendente liberadora, próximas ya a su liberación y regeneración que se anuncia con la llegada providencial de Gala. El mismo Napoleón y la famosísima Mona Lisa se encuentran empequeñecidos, aislados y envueltos en curvas femeninas que provienen a su vez de formas art-nouveau ya decadentes que a su vez arrancan de las rocas, las ruinas eternas y abotargadas en el tiempo inmemorial y en la propia muerte que anuncian los cipreses.
Y Gala lo comparte todo, se encuentra en el mismo maremagnun viscoso y pétreo que se retuerce hacia arriba, apareciendo aquí y allá. El mismo Dalí dice :

"Quería eregir un monumento a la mujer niña, y esta mujer niña era Gala. Sacrificarle en holocausto todos los terrores pueriles del 1900 de mi infancia. Quería que este cuadro fuese como un alba en el estilo de Claudio de Lorena pero con la morfología del Modern Style, correspondiente al más intenso mal gusto barcelonés".

 A Claudio de Lorena lo hemos ya visto en este blog como autor de numerosos cuadros representando amaneceres hermosísimos que acontecen casi siempre en escenas de muelles junto al  mar. Ver Puerto con Villa Médicis en la exposición Arquitecturas Pintadas. En efecto Dalí enmarca su bello monumento a Gala dentro de un amanecer prometedor, lleno de los buenos augurios y promesas que su encuentro con su nueva compañera sin duda le va a deparar. Y, al fondo, a contraluz, aparecen las pequeñas figuras del Angelus de Millet del cual hablaremos en una próxima entrada. Como vemos, vuelve a arremeter contra el Modern Style, el gusto decadente de moda, uno más de los atributos a eliminar en el arte que había denunciado en el famoso Manifiesto Antiartístico Catalàn, Manifest Groc, manifiesto amarillo por el color de su portada, de 1928, publicado junto a Lluís Montanyá y Sebastiá Gasch y en el que se llegó a calificar de estrecho y pútrido al ambiente cultural y artístico catalán ,y, entre los entes denunciados, figuró hasta el Orfeón Catalán, con su repertorio manido de canciones.

Un apunte final que puede ser cierto : en la parte superior, junto a la cabeza de león-terror hacia el sexo, introduce una jarra, sí, es una jarra, ver su barroca y amanerada asa. Al parecer Dalí representaba con jarras su propia virginidad, él fué virgen hasta la llegada de Gala, y el hecho de aparecer una piedra justamente encima que ha provocado su rotura, puede interpretarse como la pérdida de esa virginidad. La jarra de marras lleva dos caras, ¿de hombre y de mujer?, ¿Dalí y Gala, ella con su bigote?. Es posible, lo dejamos a la interpretación de cada uno .Con la obra de Dalí hay primero que ver y después que leer en sus numerosos escritos, en su correspondencia, ó en su Diario Intimo del que ya hablaremos.     

viernes, 21 de febrero de 2014

salvador dalí - pájaro pescando 1928


entre los años 1926 y 1929 Dalí visitó París e hizo una visita al Taller de Picasso, al que admiraba, enseñándole algunos de sus cuadros que había llevado consigo. Es de sobra conocida su salutación de entrada : 
-he venido a verle a usted antes de visitar el Louvre-, 
a lo que Picasso contestó :
 -ha hecho muy bién-,
 contestación un tanto fría y que muestra un pintor ya orgulloso y convencido de su obra. Dalí, por otro lado, también lo estaba. Ese mismo año visitaría así mismo a  Joan Miró en Bruselas, ya un verdadero surrealista. Un año después, en 1928, año de la creación de la obra que presentamos, en otra de sus visitas a la capital del Sena, conoció Dalí en París al grupo de artistas que se hacían llamar surrealistas, entre los que estaban el escritor Paul Élouard y el pintor  René Magritte. Dalí era un joven de 24 años y estaba a punto de entrar en una nueva fase de su pintura que se desarrollaría rápidamente y abarcaría ya el resto de su larga vida.

Antes de seguir con el cuadro que nos trae, es obligado que hablemos de tres pintores , cuya obra, en mi opinión, tuvo una gran influencia en mucho de lo que realizó Dalí, no solo en estos años sino también posteriormente. Por supuesto me estoy solo refiriendo a la reproducción de elementos puramente formales ya qué, en todo lo demás, nuestro pintor es absolutamente original, único e imprevisible. Estos pintores son, por orden de edad, Jean Arp, pintor y poeta alsaciano, diecisiete años mayor que el de Figueras, Joan Miró, once años mayor y finalmente Yves Tanguy, parisino tan solo 4 años mayor. La influencia de Miró es indiscutible como podeis ver en su Carnaval de Arlequín de 1925 , mientras que de Arp toma sus formas onduladas, ver sinó su Tete-paysage de 1926.

Dalí conocería a Tanguy en sus primeros viajes al París de entreguerras, cuando éste ya había sido admitido en el círculo surrealista de la mano de  Jacques Prévert, poeta y autor teatral qué posteriormente desarrollaría su obra dentro del cine, y está claro que incorporó algunas características de su forma de hacer, como de nuevo las ondulaciones pero también los escenarios un tanto áridos y desolados y la inclusión de sombras de gran significación. Véase su gran pintura representando un paisaje, del año 1927, qué es indudablemente muy parecida a algunas obras dalinianas de éste período.

Así pues Dalí, con éstas influencias, acabado su servicio militar, un tanto light gracias a un padre bién relacionado, inmerso en las doctrinas psicoanalíticas freudianas, novedosas en la Barcelona de esos años, con un ojo puesto en los escritos de Paul Élouard, y ávido de romper con todo lo antiguo y académico, se esforzaba con ahinco en el hallazgo de una nueva forma de ver la realidad y, sobre todo, de encontrar la pintura que debía corresponder a unos años tan repletos de cosas tan modernas como los nuevos vehículos, la nueva arquitectura y, por supuesto, la nueva forma de hacer poesía; no hay que olvidar que muchos consideran a Dalí como un poeta surrealista y desde luego, siempre que tuvo ocasión se aplicó a la pluma con la misma devoción que al pincel.  
Fruto de estos anhelos, muy normales estando en plena juventud, es la incorporación de imágenes, muchas de ellas a través de ciertos animales, en las que representa la degradación y lo rancio de todo aquello obsoleto y fuera del espíritu de una nueva época llena de originalidad y avances. El los llama "putrefactos", término adoptado junto a García Lorca, y se vale principalmente de asnos, pájaros y vacas, consumidos en su pobredumbre, lisiados en alguno de sus miembros  ó desesperadamente tratando de desprenderse de su defectuosa anatomía perfectamente deformada por el propio pintor.

Pájaro pescando, ó bién pájaro y pescado, es un collage donde uno de sus putrefactos se debate en su deformidad por zafarse inútilmente de la arena que se ha apoderado de parte de su cuerpo corrompiéndolo mientras aún uno de su miembros en forma de mano trata de hacerse con un pez. La escena esta envuelta en la oscuridad que una de las lunas dalinianas ilumina con un rayo perfectamente lineal y geométrico. El tomar estos animales tan degradados posiblemente no es simplemente un capricho espontáneo del pintor sino que obedece a las impresiones que en sus primeros años recibió al observar más de una vez animales en estado de descomposición en el campo ó en la playa. Lo cierto es que el tema de la degradación física inevitable en la naturaleza estuvo siempre presente en su obra. Ni mucho menos es ésta la única obsesión de Dalí. En obras posteriores hablaremos de otras muchas de las que los animales ocupan un gran capítulo. 

viernes, 14 de febrero de 2014

salvador dali - composicion con tres figuras 1926


cuadro de grandes proporciones para lo que nos tiene acostumbrados el Dalí de ésta primera etapa, nada menos que 190 x 200 cms. El cuadro pertenece hoy en día al Museo Montserrat y podeis ver que está respirando clasicismo y al mismo tiempo, ver especialmente la figura femenina de la derecha, se apoya en la forma de construcción cubista que recuerda a Picasso. Dalí añadió además un sobrenombre a la obra : Academia neocubista,  que el eminente profesor , Rafael Santos Torroella, quizá su más acertado estudioso, cree lo puso el pintor como venganza contra la Academia de San Fernando de Madrid de donde acababa de ser expulsado. De sus influencias cubistas en ésta época da fé el hecho, en su primera exposición en las Galerías Dalmau de Barcelona que ya hemos mencionado en otra ocasión, de haber separado en espacios diferentes los trabajos cubistas y neo-cubistas, esto es, neoclásico - cubistas, de los que denominó miniaturistas, que comprendían todas las demás, . Naturalmente la obra que presentamos estaba en el primero de estos grupos. 
Pues bién, Torroella nos dice además que muy posiblemente Dalí haya querido representar en ambas figuras de mujeres clasico-cubistas a la virtud, la de la derecha, y a la lujuria, la de la izquierda, y ambas, formando un triángulo con él, acompañarían a un personaje ya visto en muchas ocasiones en éste blog y que jugó un papel importantísimo en el mundo imaginativo y creativo del genial catalán : S. Sebastián. Torroella afirma que éste se sentía incluso "misteriosa y patéticamente identificado" con el mártir.

Mas esta obsesión era compartida también con su amigo Lorca, íntimo en estos años, y cuya relación con Dalí ha sido objeto de múltiples estudios y llenado páginas enteras. Lo que sí está del todo claro es la gran impresión que a ambos les causó su encuentro en la Residencia de Madrid, y que derivaría, tras las visitas del poeta a Cadaqués, en un enamoramiento mutuo, mucho más fuerte en el andaluz, pero que a la postre influyó en la obra de ambos genios. Además, siendo Lorca homosexual, pretendió consumar su amor más allá de lo meramente platónico, encontrando siempre la oposición del pintor, aún cuando hubo verdaderos idilios entre ambos. 


Todo esto viene al caso para tratar de identificar al tercer personaje de la obra. S. Sebastián, especialmente a partir del siglo XIX, pasó en determinados círculos artísticos a ser considerado un verdadero icono homosexual, y aquí Dalí lo introduce surgiendo de las aguas con un aspecto apolíneo y portando  un instrumento de su invención para medir la pasión y la agonía, según dice él mismo en su famoso texto San Sebastián, como clara referencia a los sentimientos entre ambos, referencia que se completa con sus cabezas picassianas en forma de busto y fusionadas a la manera de Picasso, descansando sobre una roca que sobresale del mar.

Como veis esta obra es una completa descripción freudiana del momento que ambos amigos estaban atravesando y que se refleja en el abundantísimo epistolario, el sinfín de cartas cruzadas entre Lorca y Dalí, con el que afortunadamente podemos contar , muchas más las del segundo, cuarenta, que las del poeta, tan solo siete, puesto que Ana María vendió parte de ellas y otras muchas las destruyó la propia Gala que odiaba esta relación. 
 Transcribimos una de las cartas de Dalí a Lorca :

querido Federico:

Te escribo lleno de una gran serenidad y de tu santa calma; veras: ya hace un poco de mal tiempo en este bendito septiembre, llueve, hace viento, ancla un barco en el puerto; eso hace sentir mas el interior, y los ruidos suaves de los trabajos suaves y quietos en los interiores ... Mi hermana cose ropa blanca a mi lado cerca de la ventana, en la cocina se hacen confituras y se habla de poner uvas a secar; yo he pintado toda. la tarde, 7 olas duras y frías como son las del mar ... mañana pintare 7 mas; estoy tranquilo porque las hepintado bien, además cada vez el mar se parece mas al que yo pinto. Resulta también que san Sebastián es el patrón de Cadaqués,¿te acuerdas de la ermita de San Sebastián en la montaña de Peni? Pues bien, hay una historia que me ha contado la Lidia, una historia de San Sebastián que prueba lo atado que esta a la columna, y la seguridad de lo intacto de su espalda. ¿No habías pensado en lo sin herir del culo de San Sebastián? Pero dejo eso y voy a contestarte tu carta de situaciones, como ¡viejos! amigos que ya somos. Tú no harás oposiciones a nada, convence a tu padre que te deje vivir tranquilamente sin esas preocupaciones de aseguramientos de porvenir, trabajo, esfuerzo personal y demás cosas ... , publica tus libros, eso te puede dar fama ... América, etc., con un nombre real y no legendario como ahora, todo Dios te estrenara lo que hagas, etc., etc.
... Yo sueño en irme a Bruselas para copiar a los holandeses en el museo; mi padre esta contento del proyecto ... ¿Venir a Granada? No te quiero engañar, no puedo; por Navidad pienso hacer mi exposición en Barcelona, que será algo gordo; hijo; tengo que trabajar esos meses como ahora, todo el santo día sin pensar en Nada Más. ¡Tú no puedes darte cuenta de cómo me he entregado a mis cuadros, con que cariño pinto mis ventanas abiertas al mar con rocas, mis cestas de pan, mis niñas cosiendo, mis peces, mis, cielos como esculturas!
Adiós, te quiero mucho, algún día volveremos a vemos, ¡que bien lopasaremos!
Escribe. Adiós, adiós. Me voy a mis cuadros de mi corazón.

Salvador Dalí.

martes, 11 de febrero de 2014

salvador dalí - figura en una ventana 1925


antes de la llegada de Gala a la vida de Dalí, dispuso siempre de su única hermana, Ana María, como modelo incondicional hasta el punto de conocerse al menos doce obras en las que la podemos encontrar. Las relaciones entre ambos fueron, al menos en la primera etapa del pintor, excelentes, desde compañera de juegos infantiles y juveniles y colaboradora en algunos de sus trabajos hasta compenetrarse lo suficientemente como para compartir ideas e incluso muchas de sus excentricidades.
La misma Ana María nos dice:

“Pintaba paciente e infatigablemente, y a mí no me cansaba posar para él (…). Durante las horas en las que le servía de modelo, yo no me cansaba de observar aquel paisaje que ya, para siempre, ha formado parte de mí misma. Pues siempre me pintaba cerca de alguna ventana. Y mis ojos tenían tiempo de entretenerse en los detalles más pequeños”.

El año 1925, cuando Salvador la pinta en este retrato que vemos, Ana María conoce a Federico García Lorca en Cadaqués durante las vacaciones y entre ellos se establece una bellísima amistad, como la de dos almas gemelas; la correspondencia entre ambos sería en adelante abundantísima. Al fín y al cabo ella era además, condición no siempre indispensable en una relación profunda, una joven intelectualmente inquieta, de buena formación y con aficiones literarias que la llevaron a escribir más de un libro. El encontrarse frente a un poeta de la inmensa talla de Federico en plena etapa creativa y además amigo de su hermano, suponemos que  produciría en esta chica de diecisiete años una profunda impresión. Mas este sentimiento fué mutuo, el poeta llegó a idealizarla y de sus cartas se deduce su fuerte obsesión por ella, con la que pasó muchos momentos dulcísimos en el paraíso mediterráneo de Cadaqués del año 1925.

En la primera exposición individual que celebró Dalí en las galerías Dalmau de Barcelona en Noviembre de aquel mismo año figuraban nada menos que ocho retratos de su hermana, todos ellos en un estilo bastante clásico y centrados en su busto.

Así pues no debe sorprendernos la existencia de esta obra, figura en una ventana, que el pintor llevaría a cabo de la forma más natural dentro de la vida cotidiana de aquel año de Cadaqués. Aunque se ha escrito muchísimo sobre ella, analizándola hasta la saciedad y vertiendo toda clase de juicios y comentarios siempre positivos, pienso que en general es excesivo este enorme clamor popular. Se trata de un retrato, original si se quiere por estar de espaldas, muy bello, sencillo de ejecución, abierto a una ventana, sí, pero para mi gusto no alcanza el nivel de una obra magistral.

Sin embargo la imagen es conocidísima, hasta diría que familiar para muchísima gente y hace emerger un Dalí amable y sensato frente a lo que es casi toda su obra, la verdadera obra con categoría en la que, aquí sí, las obras maestras aparecen en abundancia.

Empero, no pretendo ni mucho menos restarle ningún mérito al retrato, del que yo me quedaría con el maravilloso relieve de la muchacha situado entre dos espacios, el interior y el exterior, relieve que se establece simplemente con las zonas sombreadas de las nalgas y con el movimiento del pié derecho. Y, por supuesto, el otro gran acierto  es su bellísima tonalidad, el gris azulado que se extiende por las cortinas, el vestido, el mar y casi la propia pared. En fín, la obra queda ahí, como un oasis relajante inmediatamente antes de comenzar la vasta, imparable y turbulenta producción daliniana.

A continuación traigo otros de los retratos de Ana María que hemos mencionado y también algunas de sus obras posteriores con figuras de espaldas entre las que se encuentra alguna que también la representa :
retrato de ana maria 1925

retrato de mi hermana 1925

retrato de ana maria 1924

retrato de mi hermana 1924

ana maria 1924

ana maria cosiendo 1926

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venus con cupido 1925

desnudo en el agua 1925


espalda de muchacha 1926

chica del ampurdan 1926

muchacha en la ventana en figueras 1926

muchacha sentada vista desde atras 1928

retrato geodesico de gala 1936

mi mujer, desnuda, contemplando  su propia carna convirtiéndose en escalera, tres vertebras de una columna, cielo y arquitectura  1945

Gala contemplando Corpus Hypercubus  1954

Dalí de espaldas pintando a Gala de espaldas eternizada por seis córneas virtuales provisionalmente reflejadas en seis espejos verdaderos 1973

 Dalí levantando la piel del Mediterráneo para mostrar a Gala el nacimiento de Venus 1977

 

           





lunes, 10 de febrero de 2014

salvador dali - retrato de luis buñuel 1924


en febrero de 1921 falleció su madre, Felipa Domenech, y su padre, meses después, volvió a contraer matrimonio con su cuñada Catalin, hermana de Felipa. Fué un golpe brutal para Salvador; el mismo nos dice : "el peor golpe de toda mi vida; yo la adoraba; para mí era única. Llorando y con los dientes apretados juré qué, con todo el poder de la luz divina, un día mi glorioso nombre rescataría a mi madre de la muerte y del destino". Consciente de los dones  recibidos, no solo artísticos sino también intelectuales, Dalí desde muy temprana edad se vió un genio es todos los sentidos, ve en su futura gloria la solución de todos los problemas incluyendo como vemos, la misma muerte.

En el otoño de 1922 llega a Madrid acompañado de su padre y de su hermana para presentarse al examen de ingreso en la Escuela de Bellas Artes, un exámen famoso por su dureza: seis días jugándosela delante de una escultura clásica sin consejos ni correcciones, esperando solo al cabo el juicio final. Tras muchos  abandonos y vueltas a comenzar, comienza desde cero su trabajo el último día de la prueba y...!es aceptado!. El dibujo , a juicio del tribunal, es perfecto.
Tiene 18 años y se instala en la Residencia de Estudiantes, instituto adscrito a la Institución Libre de Enseñanza. Allí entrará en contacto enseguida con un grupo de intelectuales entre los que se encuentran Federico García Lorca, Pepín Bello, Eugenio Montes y Luis Buñuel, al que vemos en el retrato a la edad de 24 años.

De la Academia a la Residencia y vicebersa; así fueron los primeros años de su estancia en Madrid. Encerrado en su habitación, estudiaba y trabajaba sin descanso. Cinco meses después cambió ese ascetismo por la vida de la calle, comenzando una época de verdadero bohemio, alternando las clases con los cafés y las tertulias artísticas y políticas de moda. Pero nunca abandonó el estudio, en esos momentos enfocado en el cubismo y en Braque, ni sus visitas dominicales al Prado.

Buñuel había recibido una estricta formación jesuítica en el Colegio del Salvador de Zaragoza, y, aunque lo abandonó resentido por algún choque con el profesorado, mantuvo una ferviente fé católica hasta ya la época de su entrada en la Universidad, donde tras sucesivos cambios, acabó decantándose por los estudios de Filosofía. Pero desde su más tierna infancia su pasión por el cine fué siempre constante. Su amistad con Dalí daría lugar a una estrecha colaboración entre ambos a medida que se iban introduciendo más y más en la corriente surrealista; fruto de la misma sería la sorprendente y casi brutal película Un perro andaluz, que se estrenaría a el año 1929, en la que se encadenan una serie de sueños extraídos de las propias obsesiones tanto de Dalí como de Buñuel con el objetivo de provocar en el espectador un verdadero impacto a través de sus imágenes.

También se dió tal colaboración en la realización del film La edad de oro, aún cuando ya en ésta época las relaciones entre ambos no eran tan estrechas, puede ser por la entrada de Gala en la vida de nuestro pintor ó, quizas, debido a la imposibilidad técnica y de censura para incorporar al guión ideas dalinianas excesivas hasta para el mismo Buñuel, quién ,por otro lado, progresaba rápidamente en las nuevas técnicas cinematográficas, lo cual le distanciaba de un Dalí a su vez cada vez más inmerso en el surrealismo pictórico y teórico.

El retrato en cuestión, qué regaló a su amigo, expresa con precisión la dureza de rasgos, tanto físicos como psicológicos del famoso cineasta. Observar la fuerza de carácter que emana de sus labios y de su barbilla y especialmente de su mirada, y que el maestro ampurdanés hace resaltar en un fondo frío, enjuto y sereno. Para mí, de los mejores retratos de Dalí, y los tiene excelentes, y si no, véase éste de su padre de 1921. Este de Buñuel vuelve a incorporar algunos cortes cubistas pero obedece más al clasicismo en el retrato que se observa en ésta época en muchos pintores, entre ellos el mismo Picasso. Según se cuenta, Buñuel colgó orgulloso el cuadro en sus casa, dándose la circunstancia de ser el único, debido a que padecía de aracnofobia y los cuadros colgados eran escondite idóneo para estos insectos.       

  

jueves, 6 de febrero de 2014

salvador dali - la jorneta 1923


con esta obra llevada a cabo el año 1923  vamos a comenzar un recorrido por la exposición que tuvo lugar sobre Salvador Dalí durante el verano del pasado año 2013 en el Museo Reina Sofía de Madrid, que despertó un enorme interés y ante la que las colas fueron constantes. Me llevó 2 horas y media, mitad al sol, mitad a la sombra, de un caluroso domingo del mes de agosto, el encontrarme en la puerta de acceso de este enorme y , especialmente ese día, fresco edificio, antiguo hospital reconvertido . Pero mereció la pena recorrer sala tras sala, a cual más repleta de obras de este genial artista. Una ocasión única de verlas reunidas, aunque, como siempre pasa con estos pintores tan prolíficos, su obra daría para varias muestras similares en extensión.
Al presentároslas a continuación intentaré separar el Dalí artista del Dalí figura pública, pués sobre esta última ya se ha escrito y comentado de todas las formas posibles, y además, tratándose de una personalidad excesivamente proclive a mostrarse ante los medios, las anécdotas y sucesos de su larga vida, incontables y las más de las veces extentóreos, pudieran emborronar ó incluso desviarnos de lo verdaderamente importante en Dalí: su enorme calidad como pintor y la maravillosa serie de obras que continuamente fué realizando dentro del movimiento surrealista y que lo sitúan a la cabeza de sus filas.
Podría ser fuente de escándalos, aparecer a diario en nuestra radio y televisión, obsequiarnos con discursos descabellados ó vestirse de la forma más disparatada e informal, pero cada vez que se ponía delante del lienzo ó lienzos de turno llegaba la paz y el sosiego: aparecía el artista y lo que tocaba se convertía en oro.

Esta obra la hizo con 19 años y para entonces ya era Dalí todo un pintor con esa única y declarada vocación .Nacido en Figueras, hijo de un notario de la localidad, librepensador y anticatólico, no conoció a su hermano mayor de su mismo nombre, Salvador, que había muerto nueve meses antes de su nacimiento. Este triste suceso pudo haberle influído más adelante en su carácter, lo cual sería tal vez simplemente una conjetura, aún cuando el mismo hizo alusión a ello en varias ocasiones, pero ya desde muy pequeño dió señales de cierta rebeldía ante todo tipo de ordenamiento e imposición. Así lo vemos asistir sin ninguna atención ni dedicación a la Escuela Pública de Figueras siendo trasladado por su padre al colegio Hispano-francés de la Salle, donde al menos aprendió el idioma del país vecino, idioma en el que siempre se expresó con facilidad y soltura. En lo que sí progresaba rápidamente era en el dibujo hasta el punto de llamar enseguida la atención de sus propios padres y profesores. Era, en efecto, un prodigio, como lo demuestran algunas obras que os traigo: Paisaje cerca de Figueras del año 1910 cuando contaba !seis años de edad! ó esta otra, Vilabertrín, realizada con 9 años.

El mismo pintor reconoce que fué con los hermanos de la Salle donde aprendió las primeras nociones de dibujo que desarrollaba a continuación en casa aprovechando todos los momentos y todos los lugares en los que pudiera aislarse y dibujar. Así, cuenta que improvisó su taller en una bañera abandonada que por supuesto le servía simultáneamente para refrescarse en los meses agobiantes de verano. Allí pintaba pequeñas acuarelas de paisajes y copiaba al óleo reproduciones de los grandes maestros encontradas en la biblioteca de su padre.

La Jorneta, un paisaje de Cadaqués, la pinta mucho más tarde, en 1923, bién en Madrid, bién de vuelta a Figueras después de haber sido expulsado de la Academia de Bellas Artes, puede que injustamente al ser considerado cabecilla de un enfrentamiento general del alumnado contra el profesor Daniel Vazquez Díaz. La pena era temporal, por un año, pero a Dalí no le importó lo más mínimo, pues realmente nunca esperó sacar ningún provecho de la Academia. Sea como fuere, lleva a cabo esta obra influído por sus lecturas contínuas sobre los movimientos en boga, qué , en este caso lo llevan a tomar el cubismo como forma de hacer , al igual que realizaba obras acercándose a los impresionistas, qué temporalmente le habían seducido.


Muy parecida a ésta es  El rec de la Jorneta (el barranco de la Jorneta), del mismo año, un cuadro en cierto modo clasicista representando un paisaje  también con algunos asomos cubistas.

finalmente os traigo una página en la que se muestran algunos cuadros realizados durante éste período, todos ellos muy influídos por el movimiento cubista así como por Joaquim Sunyer  y en alguno de ellos por Cezanne.

martes, 4 de febrero de 2014

jose santiago perlado - portalon ( comillas)


acuarela llevada a cabo in situ, al aire libre, casi un apunte rápido y en algún momento de su ejecución hasta de forma un tanto precipitada por la amenaza constante de lluvia como suele ser frecuente en la costa norte de España.
Por supuesto, esta vieja puerta de madera un tanto vieja y deteriodada de acceso a algún prado ya no existe en la actualidad, la zona ha sido remodelada y acondicionada en forma de parque semiurbano, pero en aquel momento era un bello rincón semisalvaje envuelto en una lujuriosa vegetación que me empeñé en resaltar. El color es un tanto monocromo evitando incluso,  perdonarme el verbo que posiblemente no sea muy ortodoxo, azular, esto es, alejar los últimos eucaliptos del fondo de la derecha que darían profundidad a la vista pero harìan perder su unidad y contínuo verdor. También las puertas estas bañadas ligeramente en este tono general que se  refleja intencionadamente en sus lamas.

lunes, 3 de febrero de 2014

jose s. perlado - playa de buelna (asturias)


acuarela de una pequeña y recogida playa de Asturias perteneciente al pueblo de Buelna en la zona occidental de esta región, próxima ya a Cantabria. Se trata de una ensenada guarnecida por suaves acantilados y con un islote rocoso característico que es el que aparece en la acuarela. Esta fué realizada desde la misma playa en una deliciosa tarde de verano creo que el año 1986 ó quizá un año antes. La fecha la calculo por la edad estimada de mis tres hijos, según los veo en el cuadro. Falta el más pequeño, David, qué aún no habría nacido. La chica, con chaqueta roja, es Virginia, mi mujer. Posiblemente sería también el día que descubrimos esta playa. Era la tónica en los veranos que pasábamos en la villa de Comillas, uno detrás de otro desde que nos casamos y hasta hoy, en que seguimos todos embrujados por la costa norte de España : las excursiones vespertinas en busca de nuevas playas ó de nuevos pueblos y de las que jamás volvíamos decepcionados. Concretamente, ésta nos sedujo nada más verla, y además recuerdo que estaba desierta, !no había nadie!. Después hemos vuelto muchísimas más veces, solos ó acompañados por todo el familión de hermanos y sobrinos, bañándonos la mayoría de las veces con sol ó bajo la lluvia templada estival tan deliciosa en el Cantábrico. Pero aquel primer día no lo olvidaré. Queda además el cuadro.

Este se vendió hace mucho y creo que para en un pueblo asturiano no demasiado lejos de éste lugar. El ferrocarril de vía estrecha, FEVE, pasa muy cerca de aquí, pero ésta playa queda escondida. Por carretera es muy cómodo alcanzarla.