viernes, 14 de septiembre de 2012

William Blake - el beso de Judas

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La Biblia tuvo una enorme importancia en la obra ,tanto plástica como literaria, de nuestro autor. Aquí nos encontramos con un tema del Nuevo Testamento realizado con acuarela, como casi todo el resto de las láminas qué, para ilustrar la Biblia, Blake llevó a cabo entre los años 1800 y 1806, y que le fueron encargadas por su mecenas y amigo Thomas Butts, miembro de una secta protestante, la de los swedeborgianos, y quién ,contando con algún dinero , apoyó y encargó éste y otros trabajos al pintor.
Para este gran libro sagrado,  Blake llevó a cabo alrededor de 50 dibujos con témpera y más de 80 a la acuarela. El resultado es una maravillosa colección de escenas del Antiguo Testamento, del Nuevo, donde Cristo es la figura central , y también de los Hechos de los apóstoles, como la conversión de S.Pablo, y del libro del Apocalípsis.(libro de la Revelación). Además no vamos a olvidarnos, por supuesto, de sus magníficas ilustraciones, ésta vez 21 grabadas en cobre, para el Libro de Job, obra ya madura, contando más de 60 años, y de nuevo encargo , cuando atravesaba una situación económica difícil, de otro mecenas oportuno , John Linnell, quién , más aún, le compró la mayoría de sus escritos. Agradecemos desde este blog a Cesar Ojeda la inclusión de la siguiente referencia tomada del blog Odisea2008  sobre el Libro de Job.
 Aquí vemos la traición de Judas, un Judas bién barbado y aparentemente de bastante edad, señalando al Maestro con un beso. Dos figuras centrales serenas en medio del caos y la consternación que las envuelve. Pedro ,en su asombro y desesperación ante la tranquilidad con que Jesús se deja llevar al sacrificio, incomprensible para un mortal como él, la emprende a cuchilladas con el primero que le cae a mano. La escena es de una fuerza y tristezas infinitas. Compararla con otras del mismo tema realizadas por los siguientes artistas :

Giotto,    Duccio Maestra,   Dieric the Elder Bouts,   Caravaggio,   Salzillo,   Barbieri,   Van Dyck,   Caspar Isenmam,   Durero




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