miércoles, 4 de septiembre de 2013

anthony van dyck - coronacion de espinas 1618-20



esta obra, tambien propiedad del Museo del Prado, tiene, aquí si que hay que decirlo, dos clarísimos antecedentes en los que bién pudo fijarse Van Dyck para llevarla a cabo : uno del mismo tema de Rubens del año 1601 ó 1602, encargo para la Iglesia de la Santa Cruz de Jerusalén de Roma, y el de Tiziano de 1544 para la iglesia de Santa María de la Gracie de Milán y que actualmente se encuentra en el Louvre. De éste presentamos una segunda versión. Ver la similitud de composición y especialmente la posición central de Jesús coronado y sentado. En fín , los expertos coinciden en la casi segura inspiración de nuestro pintor en ellos; verlos y juzgar.

Comparados los tres, enseguida se aprecia que Van Dyck suaviza, según su ya conocida sensibilidad, las expresiones de todos los actores de la obra, y en especial la de Cristo, quién, aún parecido en el gesto y la posición ladeada de la cabeza al de Rubens,tiene sin embargo una actitud en su semblante mucho más entregada y de agotamiento. Es realmente un hombre flagelado hasta el extremo pero sin necesitar horrorizarnos con la abundancia de sangre. Coincide en todos los cuadros la representación en el figura de Cristo de un hombre de fuerte constitución, muy apreciable en hombros y brazos. Observar que Van Dyck toma el perro del de Rubens , lo agranda, lo cambia de posición y le hace ladrar. ¿si no hubiese visto el cuadro de Rubens hubiese metido al perro en la obra?. Quizá sea una referencia directa, un homenage al maestro. En fín, lo que quiero hacer notar es que, aún copiando, Van Dyck nunca se desboca y mantiene en casi todos sus personajes una serenidad que posteriormente va a ser la base de sus espléndidos retratos de la época inglesa.

Rubens permitió en esta obra que su alumno y colaborador empleara sus bocetos y traemos uno de ellos. !También el maestro utilizaba los de Van Dyck, y muy a menudo!.Quizá esto pueda dar a entender que entre ambos existía una gran comprenetración y armonía. No lo sabemos. Lo cierto es que en esta obra, por otro lado de larga ejecucción, hubo arrepentimientos y cambios en la composición y era una de las favoritas de Rubens en el Taller de Amberes y llegó a ser de su propiedad. A la muerte de éste, el Cardenal Infante por mandato de su hermano, el rey Felipe IV de España, la seleccionó junto a otras importantes obras de Van Dyck, como El Prendimiento, en la subasta al efecto, y ahora la tenemos al alcance de la mano. Existió otra Coronacion de espinas de Van Dyck que desgraciadamente fué destruida en Berlín durante la última Gran Guerra.  

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