martes, 29 de octubre de 2013

martin rico - autorretrato 1908



un óleo sobre cartón entelado del año 1908, año en que murió en Venecia, su ciudad adoptiva desde 1870, y en el que se retrata con un gorro de cosaco y una expresión un tanto triste. Como Madrazo y Fortuny, Rico fué un pintor que pasó la mayor parte de su vida fuera de España y, aún siendo bién reconocido aquí, recibió varias medallas y menciones honoríficas en certámenes nacionales, quizá lo fué todavía más en el exterior. Así, recibió nada menos que la prestigiosa Legión de Honor por parte del gobierno francés en reconocimiento de su excelente cooperación en la organización del Pabellón de la Exposición Universal de París del año 1878, cooperación junto a Raimundo de Madrazo y en la que aportó varias de sus obras. 
Pero no paró ahí la cosa, puesto qué, como ya hemos indicado anteriormente, fué su intensa labor en la ciudad de Venecia lo que le dió fama y una gran proyección internacional, amén de los consabidos beneficios económicos.

Henry James, autor estadounidense de la famosísima obra  The Portrait of a Lady (1881), vivió muchos años de su vida en París e insistió en muchas de sus novelas sobre el contraste entre su jóven país y la vieja Europa a través de compatriotas suyos introducidos en ambientes de este lado del Atlántico. Digamos que fué un escritor con la mirada puesta en el exterior y una parte de esa atención la puso en la ciudad del Véneto. Si teneis ocasión no dejeis de leer sus ensayos sobre ésta ciudad, Italian Hours, escritos entre 1872 y 1909, donde nos lleva por varias ciudades de Italia con los ojos bién abiertos ante lo descomunal de su riquísimo legado cultural e histórico. Algunas de sus novelas transcurren por supuesto en Venecia y pronto se pusieron de moda en la sociedad norteamericana de la época que puso sus ojos en la hermosa ciudad italiana y los ha mantenido permanentemente hasta hoy día: un lugar del Viejo Mundo que adoran.

En estas condiciones, Rico y otros muchos pintores establecidos en Italia, empujados por esta corriente favorable, llevaron sus lienzos no solo a los grandes salones, sino también a algunos de sus principales museos. De ahí lo dispersa que está su obra y lo difícil que puede resultar reunirla para su exposición conjunta. Ello indica el gran mérito que para sus organizadores ha supuesto el llevar a cabo en el Museo de Prado la que estamos comentando.

Nuestro querido pintor enviudó ya viviendo en Italia y volvió a casarse con una muchacha de la misma ciudad italiana, siendo ésta la época más feliz de su vida. Con éste cuadro terminamos nuestro repaso a ésta magnífica exposición que hemos tenido la gran suerte de ver reunida por primera vez.

A continuación os traigo una página de Wikimedia Commons con algunos de sus cuadros que no hemos comentado y otros dispersos que tampoco han sido expuestos en la misma.

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