sábado, 2 de noviembre de 2013

johan martin van rohden - acueducto cerca de roma 1796


ahora nos encontramos frente a un ejemplo característico de veduta, una más entre las numerosísimas que se pintaron durante todo el siglo XVIII , la mayoría de ellas en Italia y de las que hablamos en la entrada anterior. Podemos decir que es una de las clásicas con ruinas, motivo muy reproducido en algún momento por todos los vedutistas. Se trata de los restos de un acueducto, un "sobreviviente"entre los más de 12 acueductos que en un momento dado daban de beber a la ciudad más populosa del Imperio. Del gran poder de atracción que en todas las épocas, pero especialmente a partir del Renacimiento, han tenido las ruinas del Imperio Romano, abundantísimas en casi todos los territorios que formaron parte del mismo, estas vistas constituyen un testimonio fehaciente. Esta, pintada por Van Rohden, representa un acueducto de consistencia, como veis, un tanto sólida, donde el pintor se ha esmerado en los detalles del aparejo de ladrillo con el que están hechos casi todos sus muros y arcos, sin escatimar tiempo en el dibujo de todas las hiladas, ladrillo por ladrillo, de todas las líneas horizontales de rigidez y hasta de los orificios de anclaje de los sucesivos andamios que utilizarían en la construcción. Lo cual significa que Van Rohden se ha sentido atraído por la magnificencia y esplendor de los sistemas constructivos de la Roma antigua hasta el detalle, pués de otro modo con muchos menos pormenores habría bastado para conseguir una vista tan bella como ésta, sinó más.

Pintores "estudiosos" de la manera de construir romana como Van Rhoden nunca faltaron en esos años. El principal sin duda fué Piranesi quién, instalado en Roma desde 1744 dedicó sus mejores años y esfuerzos a grabar todo lo que existía ó se iba descubriendo de sus antiguos y excelsos moradores ; de ahí salieron sus famosísimas y laboriosas vedute y más tarde en 1761 su publicación titulada Della Magnificenza ed Architettura dei Romani, donde defendió a capa y espada la supremacía de la cultura clásica romana sobre la griega. Todo esto en el ambiente de una ciudad cuajada de pintores italianos y extranjeros y totalmente de moda entre la nobleza y los círculos artísticos de toda Europa. Por otra parte, desde hacía unos años el futuro Rey de España Carlos III, entonces virrey en Nápoles, se había volcado en las excavaciones de la ciudad de Herculano que pronto pudieron ser visitadas por el público.


Van Rohden visitó por primera vez la ciudad eterna a sus diecisiete años y a pesar de su juventud se adaptó y fué rápidamente apreciado en sus círculos artísticos , siendo uno de los fundadores del grupo de pintores alemanes llamado Pintores clásicos románticos. Su carrera en un principio se desarrolló entre ésta ciudad y su país natal, Alemania, donde fué pintor de la corte del elector de Hesse durante casi tres años. Vuelto a Italia, permaneció allí hasta su muerte a los noventa años de edad.

Es apreciable en esta obra la maravillosa iluminación solar anaranjada que establece apoyándose en las sombras perfectamente dibujadas de la ruina y la acertada introdución de las tonalidades verdes en perfecta armonía con el resto del color ocre-anaranjado dominante.

Ver este otro paisaje, verdadero paisaje, del año 1824, ya ventiocho años después, realizado por el pintor en el parque Chigi de Roma y esta estupenda página con una serie de obras relacionadas con el paisaje de ésta época.

No hay comentarios:

Publicar un comentario